Se erige casi como un tótem protector en cada salida o entrada de la ciudad por el oeste, a un costado de la avenida Cervantes. Está algo escondida, a pesar de sus casi 17 metros de altura, y hay que prestar atención y fijar la vista para notar su presencia. De hecho, todavía hoy muchos sanfrancisqueños desconocen que en la ciudad se levanta una réplica de la famosa Mole Antonelliana, la obra que es un símbolo del Piamonte italiano.

En otras palabras, la Mole Antonelliana en Italia es a los piamonteses lo que la Torre Eiffel a los franceses. Y una réplica de la misma, una de las pocas que existen en el mundo (quizás la única), se encuentra aquí mismo, en San Francisco, en la parte trasera del Monumento al Inmigrante Piamontés.

La obra fue terminada en 1993, siete años después de la inauguración del monumento, y es fruto de la proyección del arquitecto local Rafael Macchieraldo. El trabajo de herrería estuvo a cargo de Ángel Dessena, herrero local. Macchieraldo no contaba con los planos de la Mole original, algo difícil de conseguir por aquellos días, pero nada quedó tampoco librado al azar, ya que trabajó en base a una maqueta. La reproducción sanfrancisqueña tiene 16,8 metros porque está construida en escala 1:10, es decir, diez veces menor a la original, que mide 168 metros.

Rafael Machieraldo proyectó tanto el Monumento como la réplica de la Mole.
Rafael Machieraldo proyectó tanto el Monumento como la réplica de la Mole.

Valorada por visitantes

La Mole, al igual que el Monumento, es paso obligado para las colectividades y representantes piamonteses que llegan hasta San Francisco, uno de los lugares con más raigambre de esa colectividad en Argentina. Y tanto Macchieraldo como José Luis Vaira, actual presidente de la Asociación Familia Piemontesa, reconocen que la réplica no es tan conocida ni valorada por los sanfrancisqueños como sí lo es para quienes llegan a visitarla.

“Los visitantes se emocionan, en aquel momento no podían creer que se hiciera una réplica u homenaje de la Mole. Casi todas las delegaciones que vienen a Córdoba paran en San Francisco y visitan el monumento. San Francisco se convirtió en un hito a través del monumento”, considera el arquitecto.

“En la ciudad toman el monumento como referencia pero quizás no piensan qué significa la Mole Antonelliana como sí lo hace la gente que viene de afuera. Quizás no nos ocupamos nosotros de darle tanta trascendencia”, admite.

Mole Antonelliana: la réplica de una torre muy famosa que en San Francisco pasa desapercibida

“Cualquier persona del Piemonte sabe lo que significa la Mole, pero no es lo mismo para el visitante local, que la mayoría no lo conoce y no tienen la percepción de que están viendo una réplica”, resume Vaira.

“El proyecto lo hice yo, con la Comisión Directiva que muchos años estuvo mi padre y fue el fundador. Con el monumento lo que se quiso hacer es dejar algo sólido y representativo para que quedase como recuerdo, porque los inmigrantes están desapareciendo”, agrega Macchieraldo.

La Mole en plena construcción. Foto: Archivo R. Macchieraldo.
La Mole en plena construcción. Foto: Archivo R. Macchieraldo.

El Monumento

El Monumento al Inmigrante Piamontés construido sobre avenida Cervantes, según Macchieraldo el único en su tipo levantado fuera de Italia, es también un sello de San Francisco. Fue inaugurado el 26 de septiembre de 1986, en el centenario de la ciudad, y su constitución actual se fue logrando con obras posteriores. Su terreno fue donado por los hermanos Aquiles y Anselmo Macchieraldo.

“Solo en Italia hay uno, en San Pietro Val Lemina, y a mi padre se le ocurrió hacer uno acá en la Argentina”, cuenta Rafael Macchieraldo.

Mole Antonelliana: la réplica de una torre muy famosa que en San Francisco pasa desapercibida

Y donde no había más que vegetación, a mediados de los años 70 se pusieron manos a la obra para alzar ese homenaje a los hombres y mujeres del Piamonte que llegaron a estas tierras y a sus descendientes.

Inicialmente el espacio se conformaba por seis columnas, cada una de ellas con un significado y que representaba a las entonces seis provincias piamontesas: Alessandria, Asti, Cuneo, Novara, Turín y Vercelli. Pero años después se agregaron otras dos provincias en esta región de Italia, por lo que debieron levantarse dos nuevas columnas en el monumento sanfrancisqueño, las de Biella y Verbano-Cusio-Ossola.

Impulsores del monumento, cuando todavía era un proyecto. Foto: Archivo R. Macchieraldo.
Impulsores del monumento, cuando todavía era un proyecto. Foto: Archivo R. Macchieraldo.

“La columnas son blancas porque significan la pureza, están abiertas hacia arriba como agradeciendo a Dios por acogerlos en Argentina y no tienen capitel porque una columna que tiene capitel es una columna que está terminada. Se las dejó truncas porque quiere decir que la relación del Piamonte con la Argentina puede continuar, ese es el significado”, detalla Macchieraldo.

LA ORIGINAL

La Mole Antonelliana lleva ese nombre porque es una obra del arquitecto Alessandro Antonelli. Fue construida entre 1863 y 1888. Es, sin dudas, el principal símbolo arquitectónico de la ciudad de Turín, capital del Piamonte, en el norte de Italia. Actualmente es la sede del Museo Nacional del Cine.

Mole Antonelliana: la réplica de una torre muy famosa que en San Francisco pasa desapercibida