“Un negociardor requiere tres herramientas fundamentales: recabar información, escuchar y persuadir a la persona para evitar que situaciones límites se conviertan en tragedias”. Así resume su delicada tarea el sargento Cristian Bermúdez (38), el negociador de la Departamental San Justo de Policía.

Su última intervención se produjo hace poco más de una semana cuando un hombre de 39 años se atrincheró en la casa de su ex pareja en barrio Bouchard y amenazó con inmolarse haciendo estallar una garrafa. Después de dos horas de negociación, el agente logró que el sujeto desista de su accionar y se entregue.

“Históricamente, las situaciones de crisis, toma de rehenes o intentos de suicidios se resolvían de forma táctica. No había negociadores en la Policía. Se analizaba el hecho, se veía la oportunidad y se intervenía. En el marco de la profesionalización de la Fuerza se decidió incorporar al grupo táctico una resolución alternativa, la del negociador”, explicó Bermúdez.

¿Por qué decidiste capacitarte como negociador?

Hace tres años que elegí ser negociador porque me gustó la posibilidad de resolver los conflictos de una forma alternativa. Todo se debió a unos conflictos que había presenciado cuando trabajaba en el CAP. Así decidí realizar el curso de capacitación que se hace en la escuela de Negociadores que tiene base en el ETER en Córdoba Capital.

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¿Cuáles son los primeros pasos en una situación de crisis que te toca intervenir?

Es importante, al momento de hacer una buena negociación, que el primer personal policial que intervenga recaude toda la información posible y que aísle y contenga la situación. Con toda esa información, lo primero que debe hacer el negociador es desarrollar un perfil psicológico de la persona y analizar el contexto socio-cultural de la vida del sujeto para buscar las herramientas y estrategias para realizar una buena negociación y que se resuelva de forma correcta.

Es fundamental escuchar para tratar de persuadir

Sí, es importante conocer el inicio del conflicto y la historia de la persona, el entorno familiar, etcétera, para de ahí ir sacando las pautas que te dan la información para ir guiando al sujeto a resolver la situación de una forma que no lleve peligro a él ni al personal policial. Hay muchas herramientas y la programación neurolingüística te lleva a reconocer inmediatamente si la persona está alterada, si es capaz de cometer una atrocidad o no, entre otras cosas.

¿Cómo es tu protocolo al momento de cuidar también tu integridad física?

Es primordial primero, aislar y contener la situación. Esto quiere decir que la persona no tiene que estar al alcance de nadie para evitar lesiones a un tercero, inclusive a nosotros. No vamos a trabajar directamente cara a cara con la persona en situación de crisis. Empezás a charlar, a conocerte, a crear una confianza y recién ahí te podés ir acercando, eso puede llevar 40 minutos o una hora. Uno tiene que asegurarle a la persona que estamos ahí para ayudar y no para complicarle la situación. Por eso trabajar de civil forma parte de las reglas del negociador, nunca uniformado porque lo que debe aparentar un acercamiento a la persona y muchas veces el uniforme choca contra la situación anímica de la persona.

¿Mientras más tiempo pase mejor, o juega en contra?

Sí, porque en todo proceso de negociación lo que se busca es ganar información tanto de la persona como del lugar donde se encuentra. Si no se puede resolver de forma alternativa, hay que lograr que el resto del personal pueda ir analizando opciones tácticas con los menores riesgos posibles. El ganar tiempo sirve a la negociación, para que el personal se vaya organizando.

¿Te tocó tener temor por tu vida?

Son casos aislados los que me ha tocado intervenir. Por lo general se tratan de hechos de violencia hogareña, intentos de suicidios. En la última oportunidad el hombre estuvo casi dos horas atrincherado con la garrafa que la abría, prendía el encendedor, la cerraba. Uno quiere preservar la vida de la persona en situación de crisis, que todo se resuelva de forma normal y no haya que lamentar una muerte. Lógicamente en todo momento se le da participación a la fiscalía y se consulta lo que le parece pertinente en cada situación de crisis.

¿Qué opinó tu familia o amigos cuando decidiste ser negociador?

Mi familia lo tomó bien, mi señora también es policía y como compañera siempre ve bien que uno quiera capacitarse y ser más profesional. A mis amigos les llamó la atención y me han preguntado mucho sobre la materia y se sienten atrapados porque hay muchos mitos alrededor.

¿Qué cosas te preguntan?

Algunos tienen una fantasía y me preguntan: ‘¿Qué haces cuando te cansás vos? Les digo que no es tan así, es todo un proceso. Para mí es una buena experiencia y es algo que me gusta.