Alfonsina Almada Busso, con sólo 15 años, es arquera de primera división de La Charitas en el torneo de la Federación Cordobesa de Hockey Sobre Césped. Su categoría original es sexta división, sin embargo por su buen rendimiento está casi obligada a subir de categoría.

Su pasión por el hockey comenzó en la escuelita municipal del club 2 de Abril en el barrio Roque Sáenz Peña. Motivada por su familia, principalmente por su madre Verónica, Alfonsina se vinculó de poco en un deporte que por aquella época (2011) comenzaba a florecer en nuestra ciudad.

¿Cómo comenzó tu camino en el hockey?

Fue a los 10 años en la escuelita municipal de 2 de abril en el barrio, fui con una compañera (Dolores Dambolena) y en mis primeros dos años estuve con las profes “Mimí” Spicher y Liliana Pasamonti. Después pasé a “charas” y luego de un año en infantiles empecé a jugar con las federadas, un año antes de la edad correspondiente.

¿Cómo te vinculás con los seleccionados de Córdoba?

Fue en el primer partido que jugamos con Charas en la B2, jugamos en La Salle, perdimos como en la guerra (risas), pero  el coordinador de los seleccionados me vio ese día y habló con mi mamá para que vaya a entrenar con ellas. Gracias a Dios ya participé de un regional sub 14 y dos regionales sub 16.

¿Y cómo llevás tu experiencia en primera?

Soy la más chica y en realidad estoy en el plantel de quinta, pero por la edad yo soy de sexta. Una se siente rara pero compartís el equipo con gente de diferentes edades, diferentes pensamientos, se aprende mucho.

¿Colaborás con el club como entrenadora?

Sí, estoy colaborando con Josefina Ghigo en la décima categoría. El club me dio muchísimo apoyo y es una forma de retribuir todo lo que recibí. Me gustó la idea de entrenar a las más chiquitas y enseñar todo lo que una pudo haber aprendido. Son entrenamientos hermosos, hay veces que te llevás miles de abrazos y eso es muy lindo.

171116PAPEL_MG_0773-3

¿Qué importancia tienen tus entrenadores en tu juego?

Resalto mucho a Nazareth Bianco y a Sebastián Vich, ellos me acompañaron y me aconsejaron mucho. Siempre estuvieron pendientes de mí, es más, “Nachu” me entrenó exclusivamente para ir a Córdoba y hasta el día de hoy el apoyo es enorme no sólo deportivo sino también en lo psicológico.

¿Cuánto tiene que ver tu mamá Verónica en todo esto?

Estoy súper agradecida, ella me dio todo. No hay palabras para agradecerle porque siempre me acompañó. Tengo una relación muy especial con ella, hablo mucho.

¿Te buscan de otros equipos?

Sí, fue muy impactante saber que me están observando de un nivel más alto. Me vieron en una clínica que hicimos en Córdoba. Después del primer partido en la B2 ya me habían llamado para el PSIDAR (Programa de Seguimiento Deportivo de Alto Rendimiento) con las perspectivas para los Juegos Olímpicos 2018. Veremos qué pasa en el futuro…