Después de su tradicional audiencia general de los miércoles, el papa Francisco se tomó unos minutos hoy para cumplir el deseo de Elizabeth "Lizzy" Myers, una niña de cinco años que quería conocer cara a cara al Santo Padre antes de quedarse ciega por una rara enfermedad.

Tras la audiencia general, el pontífice saludó en la Plaza San Pedro a la pequeña, quien lo esperaba con un vestido a rayas y una muñeca en sus manos junto a sus padres y su hermana menor.

"Su deseo era poder ver al menos una vez en la vida al Santo Padre", afirmaron sus familiares en la base de la escalinata de la plaza vaticana, de acuerdo a la agencia Télam.

La pequeña, que antes de ver a Francisco pudo recorrer los principales puntos de Roma, tiene Síndrome de Usher, un raro trastorno genético que es la principal causa de sordoceguera congénita y que la dejará completamente ciega en el corto plazo.

El deseo expreso de la niña de ver al Papa antes de perder la visión generó una movida solidaria que trascendió las fronteras y terminó con pasajes sin costo para ella y su familia por parte de la Turkish Airlines, y el apoyo de la asociación católica Unitalsi para su hospedaje en la capital italiana.