Mauro Bongiovanni (46) fue condenado este viernes a prisión perpetua por haber asesinado a María Eugenia Lanzetti, su ex pareja. Los jueces y los ocho jurados populares que conformaron el Tribunal de la Cámara del Crimen de San Francisco dictaminaron por mayoría que el acusado tenía plena y total consciencia al momento de cometer el salvaje crimen contra su ex mujer ese 15 de abril del 2015, en la salita de la guardería “Estrellitas Traviesas” en barrio Jardín donde ella trabajaba como maestra jardinera. 

La sentencia se escuchó ante un importante marco de público que asistió al último día del juicio, donde se leyeron los alegatos. Los fundamentos se conocerán el 8 de septiembre.

Temprano, el alegato del fiscal Víctor Pezzano fue contundente y expuso con claridad que Bongiovanni había premeditado matar a Marita desde el mismo día en la mujer se cansó de la relación violenta y lo dejó, en mayo del 2014.

"Tengan cuidado, porque a Bongiovanni lo quieren hacer pasar por loco", dijo Pezzano al comienzo de la audiencia, dirigiéndose al Tribunal y a los jurados populares.

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Contundente alegato

El fiscal detalló cómo el crimen de Marita fue antecedido por numerosos episodios de violencia en la relación, tanto física como psicológica, y que la conducta violenta de Bongiovanni había comenzado desde antes de casarse, siendo novios con 18 años, tal como lo testimonió Rubén Lanzetti, hermano de Marita. 

Pezzano expuso que el acusado premeditó totalmente el asesinato, hasta el punto de que en la trágica mañana del hecho, esperó a que se retirara el médico ginecólogo que trabajaba en el Centro Vecinal (donde también funcionaba el jardín de infantes), para luego ingresar y sin mediar palabra atacar directamente a Marita con más de 10 puñaladas. "No fue ningún brote psicótico", aseguró el fiscal, quien insistió varias veces, apoyándose en las pericias médicas y en los antecedentes del caso, que Bongiovanni comprendía perfectamente la criminalidad de sus actos y que estaba en plena consciencia de sus actos.   

Por otra parte, el fiscal aseguró que a pesar de que Bongiovanni había violado nueve veces en menos de un año la orden judicial que le impedía acercarse a su ex pareja, el resultado de los peritajes que se le hicieron se inclinaron más por el riesgo de que cometiera un daño a su propia vida, que a la de un tercero, como finalmente ocurrió. El fiscal también expuso que los intentos de suicidios que esgrimía Bongiovanni para que su ex pareja vuelva con él no eran más que formas de coacción y manipulación, y que nunca pensó en matarse.

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Se detuvo en una oportunidad en que Bongiovanni ingresó armado a la casa donde vivía Marita, y en presencia de sus hijos destrozó todo lo que encontró a su paso, y que bebió dos botellas de vino. También detalló cómo en otra oportunidad se presentó armado y, tras cuatro horas intentando convencerlo, accedió a entregar un revolver calibre 22 a uno de sus hijos con la condición de que Marita atendiera a sus constantes llamados telefónicos. El fiscal señaló que eso indicaba claramente que sus amenazas de suicidarse no eran otra cosa que intentos de manipulación hacia la mujer.

También resaltó que las pericias indicaban que no tenía alteraciones psicóticas y que después del hecho recordaba perfectamente lo sucedido y se encontraba plenamente ubicado en el tiempo y espacio. También, que no estaba bajo efectos del alcohol ni drogas cuando ingresó al jardín con la intención de matar a Marita.

Fue todo premeditado y no se trató de ningún brote psicótico, ni obra de un demente, concluyó Pezzano.

Habló el acusado

Antes de la lectura del fallo, la defensa de Bongiovanni volvió a pedir que se lo declare inimputable y cuestionó a los peritos por los resultados de las pericias. 

Finalmente, Bongiovanni hizo uso de la última palabra y volvió a pedir perdón, esta vez a su familia, a la familia de Marita y a la sociedad de San Francisco. "No sé lo que me pasó por la cabeza ese día", aseguró.

Ahora, el autor y responsable de este crimen que conmocionó no solo a nuestra ciudad sino al país, cumplirá la pena de prisión perpetua en la cárcel.

La causa

Bongiovanni era juzgado por homicidio doblemente calificado por el vínculo y femicidio. La estrategia de su defensa, a cargo del abogado Felipe Trucco, fue demostrar que el imputado estaba enfermo desde antes de cometer el hecho y que no podía dirigir sus actos. Por eso en la primera jornada del juicio pidió que se lo declare inimputable. Ese mismo día, Bongiovanni pidió perdón a la familia de Marita y a la suya por lo hecho, aunque agregó que estaba “enfermo” y “no sabía lo que hacía”.

Juicio Marita: perpetua para Bongiovanni
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