Dueño de un amplio conocimiento en lenguas, a sus 81 años, Ronal Comba, profesor de Brinkmann, encontró una interesante manera de no dejar morir al piamontés: dictando cursos.

Si bien en un primer momento eran presenciales, pandemia mediante le pidió ayuda a su pareja y comenzó a grabar sus clases, las que hoy son distribuidas por diversos medios a personas que residen en diferentes lugares del país, así como también a propios italianos e incluso hasta a algunos piamonteses.

Sus primeros contactos con la lengua llegaron por parte de su familia. “La experiencia mía es un poco la de todos los que descendemos de piamonteses acá en la zona. En casa ya no hablaban en piamontés mis padres, pero ellos lo hablaban con mi abuelo y mi abuela. Entonces nos fue quedando en la memoria como una cosa natural”, contó Comba.

Pero el interés por los diferentes idiomas lo llevó a capacitarse en ello. “Estudié lenguas latinas y di clases, también de latín griego porque hice estudios humanísticos. Soy profesor de Lengua y Literatura Española, después hice la Licenciatura en Francés en la Universidad de Córdoba y antes ya había hecho italiano porque estudié en Italia. Fui clérigo de los salesianos, así que estuve becado en la Universidad Salesiana de Roma cuatro años, eso me ayudó a perfeccionar el idioma y después el francés por un posgrado que hice en Francia”, recordó.

Al volver fue cuando en Córdoba, Comba concluyó sus estudios en francés y se recibió de profesor y traductor del idioma. Eso hizo que, al dedicarse a la lengua latina, surgiera la inquietud de estudiar el piamontés.

Ronal Comba, el profe de piamontés que anhela editar un diccionario

De sus libros a sus cursos

Su interés en el piamontés lo llevó a dictar cursos y escribir libros para sus alumnos. Los mismos, no solamente refieren a la lengua, sino también a la cultura. El último que escribió tiene que ver con la lengua, la gramática, la literatura y algo de vocabulario. “Ese libro salió el año pasado, en realidad su segunda edición, porque tres años antes había publicado la primera que me llegó en plena pandemia, en marzo del año pasado”, comentó.

En cuanto a los cursos, los primeros que dictó tuvieron lugar en localidades de la región como Brinkmann, Seeber, Porteña, La Paquita y Morteros: “Cuando di el curso de dos años, que me habían subvencionado de la región Piemonte, ahí habré tenido 200 personas”.

Actualmente, Ronal se encuentra dictando el segundo nivel de un curso online. “Me vi obligado a hacerlo, con gusto por supuesto, porque en marzo del año pasado me llegaron esos 300 libros. Tomando mates con mi señora le pregunto ‘qué vamos a hacer con estos libros’, porque yo los presentaba generalmente en encuentros con gente. Entonces le dije que me filmara algunas clases para mandarle a mis contactos. Y así fue andando”, aseguró.

El número de asistentes, que llegó a ser de 160, fue aumentando o disminuyendo, y hasta hubo subgrupos que se añadieron. Entre sus alumnos hay personas de Santa Fe, Tandil, Salta, Tucumán y Buenos Aires.

“Comencé por WhatsApp, después creamos un link para que las clases fueran quedando y el que entrara tarde pudiera retomar desde la primera clase, lo pusimos también en YouTube. Me apoyó mucho la Federación de Familias piamontesas y así estamos trabajando”, reconoció.

Y agregó: “Se ha creado un ambiente muy lindo entre los que participan del curso. Todo ha hecho que se fuera añadiendo gente. Y la gente empieza a recordar cosas, dichos y hay incluso chistes, adivinanzas que decían los nonos en piamontés. Tenemos cuatro alumnos que son de Piemonte. Yo les pregunté para qué venían a hacer el curso que dábamos en Argentina y ellos decían que es porque no saben escribir en piamontés”, señaló sorprendido.

Que siga el legado

Para Comba, el objetivo de los libros y los cursos de su autoría es dejar huellas del piamontés y tratar de que no se pierda.

“Creo que esto nos permitirá, aunque esta lengua no se habla corrientemente ni siquiera en Piemonte, salvo en algunas familias, dejar vestigios, dejar muestras de esto que pasó, porque nuestros chicos nos preguntan cómo se dice tal o cual cosa, o por qué el abuelo dijo tal dicho. Algunos chicos saben canciones piamontesas que les han enseñado los abuelos”, explicó.

Respecto a cuáles son los motivos por los que cree que las personas están interesadas en aprenderlo, reveló: “Hay en común un factor afectivo que nos une con nuestros antepasados. Es impresionante como todos recuerdan cosas que vivieron en el campo o en la zona poblada, muchas anécdotas que tienen que ver con los afectos”.

Y sobre el final, confesó su anhelo: “Hay mucha gente que pide un diccionario, porque tenemos algunos vocabularios pero son un poco incompletos en castellano. Tengo una base. Y cuando me alcancen el tiempo y las ganas lo voy a ir haciendo despacito”, prometió Comba.

“Llevo el ritmo de la edad que tengo a pesar de que no me quedo, me muevo, ando, gracias a Dios tengo salud”, concluyó.