Volver a lo simple, a lo artesanal pero también reutilizar y reciclar, son algunos de los conceptos en los que basa su labor Noelia Cavagliato (39), una emprendedora local que después de varios años puede vivir de lo que la apasiona: trabajar y darle vida a maderas y muebles.

Desde hace tres años, la mujer se independizó y lleva adelante su emprendimiento al que bautizó Raimunda, dedicándose al reciclado, restaurado y pintado de muebles: “No me pongo título ni nada, soy un montón de cositas chiquitas que son la suma de lo que hago diariamente”, se define.

“Trabajé mucho tiempo bajo relación de dependencia -le cuenta a El Periódico-, cuando conseguí otro trabajo de menos horas y me sobraba tiempo me anoté al taller de ‘Lili’ Bernardi, con quien aprendí un montón de lo que hago y desde ahí no paré. Trabajaba en una firma y después de hora hacía lo de los muebles. Hasta que me animé, renuncié a mi trabajo y desde hace tres años me dedico full time a esto”, asegura.

Noelia trabaja y les vuelve a dar vida u otra función a grandes placares como así también a sobras de pallets o cajones de verduras: “Todo me sirve y le encuentro una utilidad, hasta si encuentro una madera en la calle me la traigo y la transformo en otra cosa. También tuercas y tornillos oxidados que pueden servirme para crear percheros o casitas para colgar en la pared”, señala.

“Siempre mi objetivo fue este, depender de mí misma, me fui preparando de a poquito para el día de mañana animarme, ahora estoy disfrutando esto”, insiste sobre su emprendimiento.

Reciclar y restaurar muebles: cuando deja de ser un hobby y se convierte en una forma de vida

Tendencia

El reciclaje y la restauración fueron una tendencia que se afianzó en pandemia y a Noelia, gracias a un trabajo diario de difusión en sus redes sociales, le permitieron consolidarse en el rubro.

“Mi página de Instagram me sirvió mucho, subir las fotos y mostrar los trabajos que hago todos los días, la gente se enganchaba y así aparecían nuevos clientes. Pero también el boca en boca me sumó un montón”, comenta la mujer.

Reciclar los muebles no es solo una manera de darle otra utilidad a objetos hechos para un fin determinado, sino también una forma de contribuir con el medioambiente, mientras que la restauración es una forma de conservar aquellos que nos traen lindos recuerdos, o como revela Noelia, “darle otra cara a materiales de muy buena calidad que se usaban en otra época y que hoy serían carísimos”.

En la actualidad se encuentra, por ejemplo, restaurando una silla mecedora antigua, que según estima tendría unos 80 años. “Todos los muebles son un desafío, todos tienen algo por lo que trabajar y a los que hay que complacer al cliente, pero también buscarle un toque personal, que lo distinga”, refiere. 

En cuanto al reciclado, la emprendedora revela que, entre otras cosas, ha convertido respaldares de camas antiguas en resistentes sillones, con cajones de verduras creó organizadores de zapatos (mueble zapatero), también creo banquitos con pallets y con lo que le sobraba (los tacos de dichos pallets) hizo portavelas o macetas.

Reciclar y restaurar muebles: cuando deja de ser un hobby y se convierte en una forma de vida

De familia

De todos modos, Noelia no solo se aboca a los muebles, también continúa estudiando y aprendiendo nuevas técnicas como cartapesta y porcelana fría, “para poder incorporar a mis trabajos”, asegura. Además, la mujer también es dibujante y pintora en sus tiempos libres. 

Su conocimiento general sobre pinturas y trabajos en madera los adquirió de su padre Gabriel y su abuelo Atilio que tenían, tiempo atrás, taller de pintura al horno. “Era un taller gigante y con mis hermanos nos criamos jugando ahí y conociendo sobre todo lo que hacían, los diferentes tipos de pinturas para cada material, eso me despertó un poco todo esta faceta mía”, explica.

A futuro, Cavagliato sueña con un local propio en el que pueda incorporar a sus trabajos de restauración y reciclado, sus obras en pinturas y cartapesta, entre tantas cosas.

Reciclar y restaurar muebles: cuando deja de ser un hobby y se convierte en una forma de vida

Raimunda, el  nombre de su emprendimiento nace de un personaje de una película de Almodóvar, director que Noelia y su hermana Florencia admiran.

“Algunos clientes pensaban que me llamaba así, hasta me decían Rai, pero les aclaraba que no”, aclara entre risas.