“El año pasado cuando llegaron los primeros fríos estábamos con el equipo de cocina reunidos alrededor de los hornos, abrigados pero con muchísimo frío y nos dijimos ‘lo mal que lo debe estar pasando la gente que está en la calle’. Y uno de los chicos dijo: ‘¿Y si cocinamos algo para dar?’, y así nació, decidí comprar mercadería y con la gente de cocina empezamos a entregar viandas”.

Ese fue el relato de Carlos Alcaino, propietario de la franquicia El Hornito Santiagueño- bulevar Buenos Aires 287- y de cómo comenzaron a entregar viandas solidarias para personas en situación de calle y de necesidad.

Durante el invierno de 2020 llegaron a entregar hasta 70 viandas y si bien durante el verano no hubo prácticamente demanda, ahora el grupo de trabajo decidió retomar su actividad solidaria entregando comida los martes y jueves desde las 20 hasta las 22, en el local de Buenos Aires.

“Cortamos en el verano porque había menos gente y la vianda quedaba congelada. Pero con el frío decidimos retomar un poco más organizados. Las viandas se entregan recién cocinada junto con unos pancitos que comenzamos a elaborar, como para que la gente tenga para acompañar esta comida”, agregó Carlos.

El resto de los días de la semana, las viandas sobrantes se congelan y se entregan a quienes vayan a solicitarlas.

Las viandas que nacieron de un “hornito” solidario

Con orgullo y calidad

“Para nosotros que nos dedicamos a la cocina, esto lo hacemos con mucho orgullo y muchas ganas, cocinamos para la gente y no es que le damos sobras, las viandas están hechas con productos de primera calidad y pensadas para que sean nutritivas, tienen arroz, fideos, lentejas, garbanzos, verduras. La idea es que el invierno tengan contenido calórico y que alimenten bien”, sostuvo Alcaino. Y aclaró: “Esto nace de un grupo de trabajo, nadie nos pone plata y no es una estrategia publicitaria, para nada, lo hacemos porque queremos devolver un poco de todo lo que tenemos a la gente que lo está necesitando”.  

Según el comerciante, llegan a retirar viandas personas desde los cuatro puntos cardinales de San Francisco, Frontera y Josefina. Y el pasado martes, el primer día del regreso de la actividad solidaria, más de 20 personas pasaron por el local para tener su plato caliente. 

Consultado sobre sus sensaciones al encontrarse con la dura realidad del hambre en la ciudad, Alcaino reveló: “Entregando viandas me enteré que tenemos gente viviendo en plazas de nuestra ciudad, no lo sabía. Y me he encontrado con que muchas de estas personas tienen un gran corazón y no sabés lo bien que te hacen sentir cuando te agradecen”. Y añadió emocionado: “Nos pasó varias veces que algunos de los chicos que juntan cartones y que buscan las viandas pasan y nos barren la vereda o nos limpian el vidrio sin que uno le pida absolutamente nada. Gente que es muy agradecida y no hay palabras para explicar los ojos y el agradecimiento de esas personas, es algo muy fuerte”.

Carlos pidió dar a conocer la iniciativa para que la gente que lo esté necesitando, pueda acercase y tener su plato caliente de comida, en un invierno que promete ser duro y no solamente por las bajas temperaturas.