Varias familias de San Francisco forman parte de la población afectada que adquirieron un crédito para tener su casa propia con una cuota por un monto mucho menor al que pagan en la actualidad, como consecuencia del aumento sujeto a inflación por las Unidades de Valor Adquisitivo (UVA).

Los reclamos se replican en todo el país desde hace tiempo, sin embargo, por el momento estas familias todavía no tuvieron solución por parte del Estado o los bancos, pese a que hay personas que ya perdieron su casa y muchas otras que tienen terror de no poder seguir pagándola.

El Periódico dialogó con dos hipotecadas UVA de nuestra ciudad que están atravesando esta situación. Mirta, una de ellas, contó que en septiembre de 2019 sacó un crédito de 2,7 millones de pesos en el Banco Córdoba a pagar en 19 años, pero hoy debe 6 millones y paga una cuota de 43 mil pesos.

“Arranqué pagando una cuota de 14.800 pesos, mensualmente me aumentaba unos 1500 pesos aproximadamente. Y hoy pago 43.000 pesos por mes”, sostuvo angustiada.

“Si bien sabíamos que los aumentos serían de la mano de la inflación, cuando sacamos el crédito desde el banco nadie nos advirtió que íbamos a tener tanto incremento en la cuota”, manifestó.

En este sentido, sostuvo que, en ese momento con la ilusión de tener una casa, no pensó que iba a padecer una situación así.  “No queremos que nos regalen la casa, la queremos pagar pero que vaya de la mano del aumento salarial”, pidió.

“Yo pude terminar mi casa con ese dinero, pero tengo terror de perderla. Si bien el banco me lo debita automáticamente cada vez que cobro, no puedo seguir viviendo y cubriendo otras cosas esenciales”, explicó.

“El daño psicológico es muy grande”

Sonia es otra vecina que fue víctima de este sistema de créditos que se promocionó como el sueño de la casa propia y terminó significando una pesadilla para muchos.

En noviembre de 2017 sacó un crédito UVA para compra de vivienda en el banco Nación de 1,8 millones de pesos a pagar en 30 años. En la actualidad, asegura que tiene una deuda que supera los 6 millones de pesos. Además contó que la cuota inicial era de 9.500 pesos y hoy abona por mes más de 28 mil.

“Soy mamá soltera, docente y en su momento tenía tres trabajos. Ahora con la pandemia me quedó solo el de profesora de escuela primaria. El sueño de la casa propia era parte de mi mandato como jefa de familia”, expresó, remarcando que lo pudo cumplir, pero ahora el daño psicológico que atraviesa es muy grande.

“Esto me afecta en calidad de vida, en lo cotidiano, por la preocupación que genera una deuda de estas características y tener que pagar todos los meses una cuota que sube de a miles de pesos”, subrayó.

“Tenemos la crianza de pagar lo que se tiene que pagar. Pero pago la cuota y no me queda resto para seguir con los gastos del mes. La situación es desesperante, estoy rezando y rogando como para que nos salga un laburo más”, agregó la vecina de San Francisco.

La mujer con el crédito compró una casa usada y tuvo que refaccionarla. “Hoy vivo en esta casa pero tengo temor por mí, más que por perder la casa, porque el estado de estrés es muy grande”, reconoció.

Al igual que con los otros testimonios, asegura que desde el banco no le advirtieron nunca de lo que iba a pasar. “Yo sabía que iba atado a la inflación, pero nadie nos recomendó que no lo tomemos porque se iba a ir tan alto”, indicó.

“La debacle total también vino en estos últimos meses a raíz del descongelamiento de la cuota.  Entre el mes pasado y este mes aumentó 6 mil pesos”, sostuvo angustiada.

Tienen que modificar el cálculo de aumento

El principal pedido del Colectivo Hipotecado Nacional es que el Estado, a través de una ley reconvierta la deuda, y su cuota se actualice en función de la fórmula HogAr, que a diferencia del sistema UVA que evoluciona según la inflación, se calcula de acuerdo con la evolución del Coeficiente de Variación Salarial (CVS) entre el último día del quinto mes anterior y el último día del cuarto mes anterior al cual corresponda.

Julia Irazoqui es abogada de Córdoba capital, referente y defensora en la provincia sobre estos temas que afecta a cientos de familias.

“El reclamo puntual es el silencio preocupante del Gobierno Nacional respecto al pedido de una solución. Tienen que aprobar una ley de Congreso para que reformen la actualización de los créditos UVA para que sean atados al índice salarial”, comentó, agregando que se presentaron varios proyectos de estas características en el Congreso pero nunca le dieron tratamiento real.

Además recordó que “el propio Alberto Fernández prometió en campaña que lo iba hacer porque los créditos UVA son una estafa”.

En este sentido, remarcó que al momento de sacar los créditos nadie les informó certeramente a los argentinos cómo funcionaba el sistema UVA, cómo eran los aumentos, cómo iban a ser los pagos: “La información que dieron desde el Estado y los bancos fue un desmadre. Pero esto también lo hacen con tarjetas de crédito”, dijo.