Tras el allanamiento en la cárcel de San Francisco y las detenciones realizadas en Sacanta y El Arañado en el marco de una causa por estafas telefónicas cometidas a vecinos de la localidad salteña de Metán, en las últimas horas se conoció que el daño económico a las víctimas en solo dos de los casos asciende a 1,74 millones de pesos. La investigación de la Justicia de Salta determinó que la banda operaba desde la cárcel sanfrancisqueña y tenía cómplices con distintos roles en el exterior. 

Según informó el canal salteño Spacio TV, en base a fuentes de la investigación de la Policía de Salta, una de las víctimas denunció que mediante engaños le robaron primero 970 mil pesos a través de un préstamo bancario solicitado una vez que con engaños obtuvieron sus datos de usuario de un banco y luego una transferencia por 300 mil pesos.

En otro de los casos, el daño fue de 470 mil pesos, en dos operaciones distintas ($300 mil por un préstamo y $170 mil por una transferencia). 

El medio salteño agregó que hasta pocos días atrás ya había al menos nueve denuncias en Salta por estafas con la misma línea telefónica que operaba desde San Francisco. 

La forma de operar era hacer que las víctimas se trasladaran a un cajero automático simulando querer comprar un producto que las víctimas ofrecían en Facebook y con engaños obtenían sus datos de la cuenta, para vaciarlas en pocos segundos. 

El presunto líder de la banda de estafadores fue identificado como Leonardo Lucas Godoy, quien se encontraba preso cumpliendo una condena en la cárcel de San Francisco.

Estafas desde la cárcel: víctimas denunciaron robos por casi 2 millones

Cuatro detenidos e imputados

Asimismo, días atrás el fiscal penal 2 de Metán, Gonzalo Gómez Amado, imputó a Leonardo Lucas Godoy, a su hermano Cristian Godoy, a Rocío Belén Galván y a Melisa del Valle Maciel por el delito de asociación ilícita y estafas reiteradas a dos ciudadanos de Metán. Ya fueron trasladados a esa localidad de Salta.

El Ministerio Público Fiscal de Salta detalló que el hecho ocurrió en febrero de este año, cuando uno de los damnificados ofrecía a la venta por Facebook la moto de un amigo. Según pudo establecer la investigación, fue contactado vía Whatsapp por una persona que quería concretar la transacción, para lo cual le pidió que concurriera a un cajero automático y que una vez allí, lo llamaría su contador para indicarle cómo debía proceder para recibir un depósito.

Mediante engaños, los delincuentes obtuvieron datos de las cuentas del intermediario y del dueño del rodado, junto a otra información necesaria para acceder a las mismas y así obtuvieron importantes sumas de dinero bajo la modalidad de préstamos. El dinero obtenido fue derivado en pequeñas cantidades a otras cuentas.

Al detectar la maniobra, los damnificados realizaron la denuncia y la Brigada de Investigaciones 3 de Metán tuvo a su cargo el análisis bancario, telefónico y el cumplimiento de otras medidas tendientes a identificar a los delincuentes.

Banda organizada

La Justicia salteña pudo determinar que se trata de una banda delictiva organizada, que operaba con una modalidad diagramada y orquestada desde el interior de la cárcel de San Francisco y donde cada uno de sus miembros, tenían una función asignada.

Según precisaron fuentes judiciales, Leonardo Lucas Godoy fue individualizado como el cabecilla de la banda. Se encontraba alojado en la Unidad Carcelaria N° 7 de San Francisco y en colaboración con otros reclusos realizaban comunicaciones telefónicas y operaciones bancarias desde el interior de la cárcel.

Rocío Belén Galván era la encargada de extraer el dinero desde cajeros automáticos o por ventanilla.

Cristian Godoy, hermano del cabecilla, es pareja de la acusada Galván y se encargaba de la extracción del dinero y de su resguardo.

Melisa del Valle Maciel es pareja de Leonardo Lucas Godoy y al igual que la otra mujer imputada, tenía la misión de ir a los cajeros o ventanillas de entidades financieras y extraer el dinero.

Cabe recordar que con colaboración de agentes de la Departamental San Justo, días pasados se concretaron diversos allanamientos en los que se pudo secuestrar dinero en efectivo, teléfonos celulares, anotaciones, numerosas tarjetas bancarias que usaban para el manejo del dinero que obtenían de sus maniobras delictivas y otros elementos de interés para la causa.