Jorge Balla es un exsargento del Ejército que fue condenado a prisión perpetua por múltiples homicidios agravados, crímenes de lesa humanidad que cometió durante la última dictadura cívico-militar. Ahora, la Justicia resolvió que fuera trasladado de la vivienda de Santa Fe donde cumplía prisión domiciliaria a un domicilio en San Francisco.

En el año 2017 Balla fue beneficiado con prisión domiciliaria, aludiendo cuestiones de salud y evitando de esa manera ir a una cárcel común. De esta forma, la condena la cumplió en su casa de barrio Piquete Las Flores, en la ciudad de Santa Fe. Sin embargo, Balla siempre gozó de una prisión domiciliaria irregular que le valió para transgredir las reglas e incluso amenazar de muerte a una pareja vecina, hasta el momento sin consecuencias.

Según relató un vecino de Balla en Santa Fe, el condenado lo amenazó de muerte el pasado 5 de diciembre tras una discusión innecesaria. “Montonero hijo de puta, te voy a matar, te voy a matar por el patio”, fue lo que escuchó Juan, su vecino, de boca de Balla. Desde ese día, la vida para Juan y su pareja Daiana, quienes tienen una pequeña beba, tuvo el peor de los giros: “Desde ese momento me cambió la vida, vivir con el pensamiento de que te van a matar es una sensación horrible”, confiesa a El Periódico el hombre de 30 años, quien recuerda latente esta última situación, que además dijo que fue la segunda que mantuvo con el represor y su familia, aunque en la última oportunidad se animó a denunciar en la Justicia.

Balla dejó su domicilio días atrás. Lo retiró un coche de Gendarmería Nacional, sin esposarlo (tiene una tobillera electrónica) y se presume que ya se encuentra en San Francisco, alojado en un departamento donde cumplirá la prisión perpetua, aunque con el beneficio de hacerlo en una casa. La decisión fue tomada por el Tribunal Oral Criminal Federal de Santa Fe en un fallo firmado el pasado 4 de abril, ante los incidentes pasados con sus vecinos.

El arribo del represor condenado por la masacre de Ituzaingó y Las Heras de la ciudad de Santa Fe, despertó un repudio generalizado en la ciudad.

Calvario

Juan llegó a Santa Fe desde otra provincia. Conoció a Daiana, formaron familia y el destino les cruzó a Balla y familia en el camino. Desde diciembre de 2020 asegura que su vida es un calvario, aunque la historia comienza unos meses antes: la noche del 18 junio cuando tuvieron una primera discusión. Según contó el hombre, la pareja fue insultada no solo por el exsargento y su esposa sino además por sus hijos; y detalló que el militar ignoró la señal que pudiera disparar la tobillera electrónica que porta, salió de su casa y lo tomó a Juan por el cuello, acción que llevó a sus propios hijos a ingresarlo nuevamente a la casa.

Tenso momento en diciembre pasado. La familia de Balla amenaza de muerte a la pareja vecina. Al fondo, en la puerta de la casa, el represor condenado observa y grita.

Según explicó la víctima, en ese momento no realizaron la denuncia por miedo a lo que podría venir y a modo de cuidado del embarazo que la mujer cursaba. Pero, no se pudieron evitar las complicaciones y el hostigamiento constante sufrido por los vecinos, y asegura que eso derivó en un parto prematuro. Es que la pareja agredida ya no se animaba a visitar el patio de su casa, temiendo la violenta reacción de Balla si los escuchaba o si se trepaba al tapial o a los techos para observarlos, como hizo –según relata- en varias oportunidades.

Ya en diciembre, el día 5, hubo otro episodio que avivó el fuego. Según relató la víctima, que los nietos de Balla jugaban en la vereda frente a la ventana donde Daiana intentaba dormir a su pequeña hija, quien había estado más de 20 días en neonatología y con respirador. La joven fue a pedirle a la esposa de Balla si podía avisarles a los niños que jueguen en otro sector de la vereda, pero denunciaron que la respuesta fue aún más salvaje que la primera vez. Salieron despedidos tanto el represor como sus familiares, hijos de por medio, y rodearon a la pareja para volver a amenazarlos con lastimarlos a ellos y a su hija. Fue en ese momento donde Balla, desde el umbral de la casa, llamó “montonero” a Juan, cuyo padre fue un preso político durante la dictadura militar, teniendo en ese momento 18 años. Esta vez, la pareja decidió denunciar.

“Cuando nos presentamos en la Justicia provincial fuimos con la fiscal Roxana Marcolín que nos dice que las amenazas ‘son palabras’ y que ‘el miedo era una sensación’, algo que sentíamos nosotros”, recuerda Juan, y agrega: “Tuve una hija prematura, 22 días en la neo con respirador. Desde el 5 de diciembre no salí al patio de casa, no pude disfrutar el espacio de mi casa con mi hija, estamos con asistencia psiquiátricas y psicológica, estoy medicado, es algo horrible lo que pasó. Este tipo está enfermo, no es una persona normal y sus hijos que son responsables de él no se fueron a San Francisco, los tengo todo el tiempo a cien metros”, sostiene.

- No es cualquier amenaza, sino la de un genocida.

Es de una persona que ya mató, por eso entiendo que protegen a un asesino en desmedro de los ciudadanos que están libres. Tengo el apoyo del Ministerio de Justicia de la Nación, de la Secretaría de Derechos Humanos, de diputados y senadores de Santa Fe y la Nación, que no pueden creer que la Justicia actúe de este modo.

- ¿Pudiste observar cuando se lo llevaron?

Las cámaras que tengo lo registran cuando se lo lleva Gendarmería Nacional, sin ser esposado pese a ser una persona de máxima peligrosidad por los delitos cometidos. Se le brinda honor a esta persona. El sistema judicial nos debe proteger a nosotros, pero nos toman el pelo. Sobre todos a los familiares de las víctimas de la dictadura. El Juzgado Federal lo protege.

- ¿Crées que en San Francisco se va a comportar de la misma manera?

Va a seguir incumpliendo su pena, no sé qué puede hacer, capaz está allá y me manda hacerme algo, es mucha la impunidad que siente. Yo siento que esto va a seguir, no me siento tranquilo. Tengo custodia policial, pero durante el día. Pero tampoco es vida, quiero que se haga justicia.

- ¿Qué denuncias presentaron?

Presentamos muchas denuncias de amenazadas e incumplimiento de prisión domiciliaria a la Justicia y pedimos la revocatoria y que cumpla la pena en un establecimiento penitenciario. Pero además no es lógico el cambio de jurisdicción, aunque el Tribunal Federal es nacional, los delitos los cometió en Santa Fe.

- ¿Qué le podés decir a los vecinos de San Francisco?

La ciudad debe enterarse que se trata de un psicópata. Se fue de acá al lado y puede ser un alivio, pero su familia vive a cien metros de nuestra casa. Esto que hizo acá lo va a seguir replicando donde vaya, es una bomba de tiempo. Tiene 70 años (por Balla), nada que perder y le da los mismo estar en su casa o en la cárcel. Cuando le manifiesten otra forma de pensar puede pasar algo y la Justicia está para prevenir, no para luego lamentar.


Resolución

Mediante la Resolución Nº 96/21, firmada por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Santa Fe el pasado 4 de abril, se dispuso “autorizar que la prisión domiciliaria que viene cumpliendo el condenado Jorge Alberto Balla” continúe cumpliéndose en un domicilio particular de San Francisco.

Según el texto del tribunal, dicha prisión domiciliaria estará bajo la tutela de su hijo Maximiliano Balla y en las mismas condiciones en que fuera concedida oportunamente.

En los considerandos de la Resolución, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Santa Fe justificó su pedido en razón de las actuaciones labradas por la justicia provincial y notas periodísticas que se dieron a conocer en los medios de comunicación respecto a las denuncias efectuadas por su vecina y el pedido la esposa del referido Balla, a los fines de resguardar su vida y salud.


Pedido rechazado 

El Foro contra la Impunidad y por la Justicia de Santa Fe presentó a inicios de este año, ante el Tribunal Oral Federal de esa ciudad, un escrito para pedirle que Balla vuelva a prisión. "El genocida no solo violó reiteradamente las restricciones que le impone esa condición, sino que viene realizando acciones de intimidación y amenazas de muerte", dijeron desde el Foro y alertaron que el represor "representa un verdadero peligro para la comunidad, que la Justicia debería evitar, haciendo que regrese a la cárcel". Esto fue rechazado.