Noemí del Carmen Micheli tiene 66 años y es una de las pocas personas de San Francisco y Frontera que se anima reconocer públicamente que consume aceite de cannabis para calmar sus dolores producto de la fibromialgia que sufre desde hace años.

Asegura que mucha gente que ella conoce “lo consume para tratar una enfermedad, incluso médicos, pero no se animan a decirlo”. Vecina de Frontera, Micheli reconoció que tanto padeció los dolores que tuvo que recurrir también a la morfina.

El miércoles pasado, el Gobierno de Córdoba adhirió a la Ley Nacional de Cannabis Medicinal que fomentará el autocultivo y obligará a las obras sociales a garantizar el aceite de cannabis a los pacientes que lo necesiten para sus tratamientos. Lo mismo había hecho en su momento la provincia de Santa Fe.

La norma nacional fue aprobada el 29 de marzo de 2017, y establece que “las acciones de promoción y prevención deben estar dirigidas a las personas que, por padecer una enfermedad bajo parámetros de diagnósticos específicos y clasificados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), se les prescriba como modalidad terapéutica el uso de las plantas de cannabis y sus derivados”.

“La ley está aprobada pero todavía no hay producción, no se puede conseguir en farmacias o laboratorios. Por eso todavía tenemos que recurrir al mercado ilegal”, afirma sin vueltas la mujer que empezó a consumir este aceite hace seis años.

Sacarse el tabú

A los 60 años, a Noemí le detectaron fibromialgia, una enfermedad muy frecuente pero que no tiene tratamiento específico. “Afecta a los músculos y es muy dolorosa, te dan muchas medicaciones pero no hay nada que quite el dolor. A lo largo de un año terminé con morfina”, recordó.

“Buscando en internet algo para calmar el dolor encontré el aceite de cannabis.  Nunca había consumido ni aceite, o un porro, tenía el tabú con la marihuana como toda gente grande”, relató ý agregó que se contactó con una clínica de España (Kalapa Clínica, especialista en tratamiento cannabinoides) donde habló con un médico que la acercó a gente de Argentina que le podía proveer del aceite.

“Busqué un buen cannabicultor con consentimiento de mi médico general y fue un cambio total. En seis meses era otra persona, tenía otra calidad de vida. No es algo que te va a calmar inmediatamente. El cannabis lleva su tiempo para que haga efecto. A mí me terminó calmando los dolores de la fibromialgia, me ayudó con la migraña y con problemas gástricos”, aseguró Noemí, quien contó que utiliza un gotero de 30 centímetros cúbicos que cuesta cerca de 1500 pesos, el cual compra en Córdoba y le dura un mes aproximadamente.

- ¿Cómo se consume este aceite?

Son gotas que tomo a la mañana y a la tarde. El consumo va de una persona a otra. Yo lo hago todos los días, otros lo hacen hasta que les pasa el dolor y retoman si hace falta.

- ¿Le provoca algún efecto adverso?

El aceite no tiene ninguna contraindicación, no tiene efecto adverso. Pero no es lo mismo tomar gotas que fumar. Para hacer el aceite se cocina la resina de la flor y eso le saca todo lo que es psicoactivo. En un principio se cocinaba a baño maría, ahora lo hacen con unos aparatos para sacarle todo lo que es psicoactivo. Que solamente quede el THC y SBD, que son los principales componentes del cannabis para que haga solo efecto medicinal.

- ¿Con la nueva ley cambia algo?

Ahora van a empezar a investigar para qué puede servir el cannabis cuando esto ya lo sabemos. Pero por ahora nadie produce. Seguimos siendo ilegales porque no hay forma de conseguir el aceite de manera legal. Las farmacias no venden y muchos de los cannabicultores no quieren anotarse al Registro del Programa de Cannabis (REPROCANN) porque no es tan simple registrar todo. La lucha siempre fue que se permita el autocultivo. Yo no lo podría hacer porque para producir el cannabis tenés que estudiar mucho y ser especialista en las plantas, las cepas y las variedades.

- ¿Cuánto sirve el asesoramiento en estos casos?

Es importante tener el acompañamiento de un médico. Yo tuve la suerte de tener mi médico generalista que no conocía del tema, pero me acompañó y fue aprendiendo conmigo a medida que me fue haciendo efecto. Hay muchos médicos que saben que el aceite de cannabis es bueno y lo usan.

ADHESIÓN

La nueva reglamentación facilita e impulsa la investigación científica orientada a los posibles usos terapéuticos de la planta de cannabis y sus derivados. Por otro lado, avanza en garantizar el acceso a las terapias de forma segura e informada para todos los usuarios y usuarias, otorgándole al médico un rol fundamental en el acompañamiento de los pacientes.