El pasado fin de semana comenzó el torneo Asociativo de básquet en San Francisco, competencia en la cual San Isidro busca siempre ser protagonista -principalmente con las categorías mayores- con el objetivo de formar jugadores que nutran al plantel profesional en un futuro cercano.

En ese marco, el coordinador del básquet formativo Gustavo Morla encara su tercer año al frente de la primera local, pero ahora también como asistente técnico de Sebastián Torre en la Liga Argentina, puesto que sirve como nexo con la cantera y que ayuda a fortalecer el proceso de adaptación de los juveniles en el plantel profesional.

Morla contó que el inicio de la competencia local dejó muy buenas sensaciones. "Tuvimos unos dos meses de pretemporada donde no tuvimos que frenar por casos de Covid y en principio eso habla de la gran responsabilidad de los chicos y del club", explicó.

"La sensación del debut (ante Almafuerte) fue muy buena porque jugamos contra un equipo que se prepara siempre para ser competitivo, tiene refuerzos y un estilo de juego marcado. En primera nosotros jugamos con un promedio de edad de casi 18 años, digo casi porque no llega, damos algunas ventajas pero en cuanto al rendimiento se preparan para pelear de igual a igual y creo que en el debut hemos hecho un buen juego, respondieron ante la exigencia y eso me deja muy bien", comentó el entrenador.

Para los chicos de San Isidro, el último partido oficial que habían tenido fue en diciembre de 2019 y a la hora de volver había que superar las ansiedades y tal vez la falta de ritmo. "Lo primero que les dije es que tenían que estar contentos de jugar y disfrutar dentro del campo, que iban a aparecer algunos errores por falta de ritmo. Al principio iniciaron muy bien, con mucha concentración y en el transcurso del juego siempre que fue necesario pedir minuto para equilibrar un poco el equipo, pero lo supimos llevar bien entre todos", señaló.

"Lo que buscamos con los profes fue una adaptación principalmente en lo físico, cuando volvimos a los entrenamientos ya habíamos hecho un mes de trabajos individuales, entonces cuando se habilitó todo focalizamos en una adaptación física e ir progresando a medida que pasaban las semanas, fue primordial ir de a poco para que no haya lesiones y hoy contamos con todos los chicos con buen estado físico, fueron unas nueve semanas de trabajo", explicó Morla.

Cambio

Morla también indicó que tuvieron que acompañar mucho más a los chicos que pasaron desde la u13 a la u15 ya que en 2020 no lo pudieron hacer de manera tradicional al no tener competencias ni entrenamientos presenciales.

"Esos chicos cambiaron de pelota, cambiaron de aro y tuvieron que adaptarse a nuevas reglamentaciones para aggiornarse a la competencia. A partir de esa edad obviamente el juego cambia también, es mas estratégico, con mas táctica. Tratamos de que los chicos hasta los u17 puedan resolver y entender el básquet para luego en los últimos años de formación (u19) puedan competir e intentar estar en el plantel superior que es lo que hacemos desde hace tres años: competir en la local con chicos de 16, 17 y 18 años, foguearlos para que estén a la altura", dijo Morla.

Nutrir al plantel profesional

Desde hace varios años San Isidro trabaja en pos de fortalecer el proceso formativo de sus jugadores con el objetivo de poder nutrir al plantel de la Liga Argentina con jugadores propios y provenientes de sus divisiones inferiores. Este año integran el equipo Jeremías Diotto, Ignacio Cuesta, Mateo Asencio, Facundo Valdéz, Luciano Melastro, Federico Zezular y Jerónimo Suñé.

"Hoy en el plantel están equipando entre cuatro y cinco juveniles, después los minutos que tengan en cancha depende de muchos factores y de las opciones que hay en el equipo, pero entrenar con el plantel y equipar es un premio que se han ganado por su trabajo. Tenemos chicos que ya hace un par de años que se están fogueando, no han desentonado y superaron las expectativas, son procesos que tenemos que llevarlos de a poco porque el rédito no es inmediato, pero esta continuidad va permitir que San Isidro se nutra de sus propios jugadores y esto es muy importante", indicó Morla.

Para el DT también es la primera experiencia como asistente en el cuerpo técnico de la Liga Argentina, pero si bien es algo nuevo también es importante para fortalecer el proceso. "Poder conectar entre las formativas y el plantel superior hace que los chicos tengan una inferencia mayor, se sientan mas cómodos y acompañados, en ese nexo lo que se trata de buscar es colaborar en el proyecto del club que es lo más importante", comentó.

"Hemos tenido muy poca deserción y se han sumado muchos chicos u15, en el minibásquet la convocatoria fue de menor a mayor y sí se han sumado muchas jugadoras en el femenino, hay muchas chicas nuevas y nos pone muy contentos, eso hace que el club pueda seguir sumando", señaló Morla.

Objetivo provincial

Además de la competencia local el "rojo" apunta a ser protagonista en los torneo provinciales, donde en años pasados obtuvo importantes logros avanzando incluso a las fases nacionales y coronándose campeón argentino en 2017.

"El 7 de abril empieza el provincial u17 y las expectativas son que los chicos puedan transferir lo que aprenden a una competencia superior, con los más chicos los objetivos apuntan a que puedan crecer, competir y el resultado depende de otra cosa, apuntamos a construir al individuo como jugador", explicó.

Y agregó: "La u19 compite en julio, y ahí si es un provincial más competitivo con diferentes objetivos".