Kumon es una metodología exclusiva y ampliamente aplicada en todo el mundo, que tiene el objetivo de motivar la autonomía de los niños desde temprano, buscando fortalecer el potencial de aprendizaje de cada uno, de forma individualizada. Hace dos años llegó a San Francisco con el mismo objetivo: transformar al alumno en una persona autodidacta que sea capaz de aprender por sí misma.

Patricia Hernández, orientadora Kumon, dialogó con El Periódico para brindar más detalles acerca de este método japonés de enseñanza que está dirigido a niños, adolescentes y adultos y que promete excelentes resultados.

“Es un método japonés de enseñanza de Matemática, Lengua e Inglés. Más allá de que el alumno adquiera los contenidos de esas materias, se busca que el alumno se transforme en una persona autodidacta, que sea capaz de trabajar y aprender por sí solo. La intención es que cada vez el alumno necesite tener menos a una persona al lado que lo ayude a hacer las tareas cotidianas, que sea independiente, autodidacta”, explicó Hernández, que trabaja junto a dos auxiliares.

Qué se aprende

La orientadora aseguró que Kumon, más allá de los contenidos, trabaja mucho la concentración en cualquiera de las tres disciplinas: “El cálculo mental en Matemática, el raciocinio lógico, la memoria, la comprensión. Nuestros contenidos llevan al niño hasta el cálculo diferencial que es lo que se ve en primer año de la universidad. En Lengua, el gusto por la lectura. El objetivo final es la comprensión lectora y la capacidad de síntesis. En Inglés, aprender el idioma y que sean capaces de leer textos originales del idioma y comprenderlos tal cual como el autor quiso expresar en ese texto”.

Kumon, el método de enseñanza que busca desarrollar al máximo el potencial

También se trabaja la autoestima y la confianza en uno mismo. El método es totalmente individualizado. “Pueden venir dos niños del mismo grado y de la misma edad para la misma materia y los dos arrancar desde un punto de inicio totalmente distinto y ver contenidos totalmente distintos”, comentó Hernández.

Para ello, el método se vale de un test del diagnóstico, el cual más allá de los conocimientos que tiene la persona sobre la materia da la pauta de cuáles son las capacidades que el niño ya tiene y cuáles les falta desarrollar. En base a la observación directa del niño se va programando su enseñanza, y esa enseñanza.

“Es dinámica, la vamos cambiando clase a clase respetando los tiempos de aprendizaje de cada niño. A lo mejor nos sorprende y va más rápido de lo que pensábamos. A lo mejor necesita hacer más revisiones, por lo tanto lo vamos ajustando clase a clase, pero es un método individualizado y personalizado a la medida de cada alumno”, agregó Hernández.

Algo para destacar es que el método Kumon complementa a la escuela tradicional. No son clases de apoyo, porque el niño no ve lo mismo que ve en la escuela sino sólo los contenidos que necesita rever.

“Vamos hacia atrás, corregimos falencias que quedaron en el camino sin asimilarse lo suficiente y de ahí se empieza a agregar contenido. Las bases van quedando sólidas”, sumó Hernández.

Por niveles 

Las personas, en este caso los niños, están divididas por niveles. Para pasar de nivel, el niño debe hacer un test de asimilación, el cual da la pauta de si se aprendieron los contenidos que se dieron hasta ese momento: “Es para no seguir avanzando, porque eso que no se aprendió en su momento después se transforma en una bola de nieve y es cada vez más difícil de solucionar”.

El método está dirigido a personas desde los 2 años en adelante, sin límites de edad. “Tenemos, por ejemplo, adultos que hacen Inglés. El Inglés es muy moderno, se trabaja con una aplicación que se descarga en el celular, computadora o tablet y ellos escuchan hablar inglés los siete días de la semana. Como es un método, si bien vienen dos veces a la semana a clases, todos los días hacen un poco de actividad de la materia que estén cursando”, comentó la orientadora.

En la actualidad, por la pandemia, se encuentran trabajando de tres maneras: o dos clases presenciales, o dos clases virtuales, o un sistema híbrido. Por protocolo, hoy cada clase tiene una duración estimada de 30 minutos.

“Es muy llevadero y muy agradable, porque el material didáctico es propio de Kumon y está adaptado, desde el tamaño de la letra hasta el color, a la necesidad del niño que lo está resolviendo, esto es tanto para aquellos chicos que puedan presentar alguna dificultad, como para aquellos que su coeficiente intelectual o su estimulación está por encima de la media, porque de esa manera pueden seguir desarrollando toda esa capacidad que tienen”, contó Hernández.

Historia del método

El Método Kumon es una metodología desarrollada por el japonés Tōru Kumon cuyo principal objetivo es enseñar a sus alumnos a aprender por sí mismos a través de la resolución de cuadernillos de ejercicios, que gradualmente se hacen más complejos, hasta que el estudiante alcance un nivel avanzado de destreza.

En 1954, Kumon, que era profesor de matemáticas, decidió formar parte activa en la educación de su hijo debido a sus malas notas en esta asignatura. Así, desarrolló una serie de materiales que le permitieron a su hijo ir aprendiendo e ir superando contenidos que se verían en cursos superiores. ​

En 1974 se abrió el primer centro Kumon fuera de Japón, ubicado en la ciudad de Nueva York. En 1981, el método Kumon supera el millón de alumnos a nivel mundial, y en 1994, los dos millones. Hoy el método hace 70 años que está en el mundo está en más de 50 países. En Argentina, hace más de 20 años.

Contacto

Kumon, el método de enseñanza que busca desarrollar al máximo el potencial

Interesados en inscribirse o efectuar consultas pueden dirigirse a Vélez Sarsfield 314 o llamar al teléfono (03564) 15654529. También pueden escribir vía Facebook o al correo electrónico patricia.hernandez@unidadkumon.com.

Cabe mencionar que las personas pueden comenzar en cualquier momento del año. No se cierra por vacaciones.

Hecho el contacto, se concertará una entrevista en la que se escucharán las necesidades de los papás (en caso de niños) y se les mencionará lo que Kumon puede ofrecer y cómo les puede satisfacer esa necesidad. A posterior, se le tomará un test de diagnóstico al niño de manera gratuita y en base a eso se decide su matriculación.

“Pueden hacer una materia, dos materias o las tres materias, todo depende de la necesidad que quieran cubrir los papás. A medida que van superando etapas, los chicos van subiendo de nivel. Partimos de lo que llamamos puntos fáciles, aquellos contenidos que ellos conocen pero no lo dominan. Luego de un tiempo, los chicos superan su grado escolar con lo que ven en Kumon, se transforman en alumnos adelantados, entonces ahí sí reciben medallas de bronce, plata u oro de acuerdo a cuánto van adelantados de acuerdo a su grado escolar”, finalizó Hernández.