A través de la Resolución 33/2021, la cartera educativa brindó días atrás una guía con recomendaciones sobre las condiciones de higiene y organización para las actividades específicas que desarrollan estas instituciones, además de las orientaciones generales indicadas y basadas en el distanciamiento social, el buen uso del tapabocas, la higiene de manos, así como la ventilación de los espacios y el evitar las aglomeraciones.

El protocolo para las áreas destinadas la práctica formativa de las escuelas técnicas indica que  se deben disponer de puestos de trabajo individuales que respeten la distancia de 2 metros. En el caso de que no sea posible o las actividades requieran hasta dos estudiantes, se deben incorporar medidas o recursos de barrera.

Asimismo se establece que el control y accionamiento de la energía en el taller, laboratorio o espacio productivo, así como alistamiento de cada puesto de trabajo para cada actividad formativa deben ser realizados por el docente a fin de disminuir el contacto de personas con elementos comunes.

De igual manera, cada estudiante debe realizar la limpieza y desinfección de las herramientas que retira del pañol. También se indica que los elementos de protección personal —guardapolvo, mameluco, guantes, calzado, protector ocular, barbijo, entre otros— son de uso obligatorio, individual y no intercambiable. El documento también establece cómo se debe proceder con los elementos comunes, la ropa de trabajo de los docentes, entre otras disposiciones.  

Respecto al funcionamiento de las escuelas que cuentan con albergue, el protocolo señala que las burbujas por grupos de estudiantes deben mantenerse  durante toda la convivencia. Se debe poseer más de un barbijo en la medida que hay que lavarlo diariamente y prestar particular atención a la limpieza de los lugares comunes: baños, cocinas y aulas.

Las instituciones educativas con albergue establecerán períodos de presencialidad rotativa, con periodos sugeridos de 15 días de permanencia y 15 días mínimos en el domicilio. El ingreso de las familias será con cita previa o cuando lo considere necesario el personal directivo, con las medidas de bioseguridad requeridas. Los  turnos de comedor deben respetar las burbujas y el distanciamiento y en las habitaciones se deben distribuir los espacios de tal manera de alternar la ocupación de las camas y agrupar por grupos familiares. De igual manera se debe asignar el uso de los baños de acuerdo a las burbujas, entre otras medidas de higiene y bioseguridad.

En las orientaciones para las escuelas de educación especial se insta a garantizar la presencialidad de todo el colectivo de estudiantes, considerando sus condiciones de salud y garantizando el distanciamiento social. Para ello se debe contar con el certificado del profesional de salud de cabecera que avala la asistencia, sí como tener en cuenta las enfermedades pre-existentes que pueden condicionar mayor riesgo para adquirir infecciones respiratorias y/o complicaciones. En este sentido, deberán preverse estrategias no presenciales para los estudiantes de riesgo alto como así también para aquellos cuyas familias hayan decidido que no asistan de forma presencial.

En el caso de aquellos niños que no puedan usar el barbijo, se abordará la situación de una manera consensuada atendiendo a la singularidad y particularidad del estudiante; con aquellos que estudiantes que requieran mayor contacto físico para su participación y aprendizaje, se implementarán medidas de protección adicional.

El protocolo para escuelas de la modalidad también brinda indicaciones sobre técnicas de limpieza y desinfección de sillas de rueda, espacios para el cambio de pañales, entre otras. Asimismo aborda recomendaciones en relación a la dimensión pedagógica educativa, vinculadas la organización del personal docente, el ingreso y egreso de estudiantes, los recreos y el comedor.