Walter Grahovac, ministro de Educación de la provincia, especificó algunos de los protocolos que se utilizarán para el regreso a las aulas en Córdoba y analizó los escenarios que pueden plantearse una vez concretada la presencialidad escolar.

—¿Cuáles son los principales protocolos para la vuelta a clases?

Son los que predominan en todos lados: distanciamiento, barbijo, distanciamiento dentro del aula, por eso vamos a hacer un trabajo de bimodalidad, que plantea un curso, grado, división o como quieran llamarlo que pueden integrar 15, 16 alumnos o menos. Un grupo de esa cantidad puede guardar el distanciamiento. Entonces, un curso tendrá clases presenciales una semana, otro grupo la otra y así funcionará el sistema de rotación. También habrá medidas, como tener alcohol sanitizante o alcohol en gel, las aulas aireadas y también los baños y la limpieza a fondo del establecimiento, incluso los tanques de agua. En líneas generales eso es lo esencial para que vuelvan las clases. Esto no es como al principio que se veían esas imágenes de Corea o países asiáticos, que son otras culturas, con chicos atrás de esos parapetos de policarbonato. No es necesario. Según la experiencia, la humanidad ha entendido cómo se comporta el virus y sabemos que con las medidas que universalmente se aplican, podemos volver a clases. Los chicos, además, tienen poco riesgo si se contagian. El tema es que los docentes tengan el mayor nivel de protección, que además del barbijo tengan una mascarilla para evitar cualquier situación que se pueda generar con los alumnos.

—Las realidades que viven los colegios dentro de la Provincia de Córdoba son también muy distintas. No es lo mismo una escuela rural que otra en la Capital. ¿Los protocolos serán unificados o estarán adaptados a cada institución?

Se van a adaptar a la situación de cada institución educativa. El Carbó, por ejemplo, tiene más de tres mil alumnos, es un edificio viejo con determinadas condiciones de infraestructura que no las podemos modificar, entre otras cosas, porque es un edificio histórico. Hay escuelas de 100 o 150 alumnos que viven otra realidad, o escuelas rurales que tal vez podrán tener un 100% de presencialidad. Los protocolos son normativas generales que luego hay que adaptarlos y ver la realidad de cada escuela, cada zona y estar atentos respecto a cómo se comporta la contagiosidad en los distintos ámbitos. Se analizará la realidad de cada institución educativa, entonces algunos establecimientos pueden tener 100% de presencialidad y otros tendrán la bimodalidad. Se les va a consultar a los directores de los establecimientos. El criterio general es el distanciamiento. En zonas urbanas si tenés 30 chicos en un aula de 49 metros cuadrados no garantizás el distanciamiento, entonces tenés que dividirlo en dos, pero en un aula de ese tamaño con 15 chicos podrás tener clases todos los días.

—¿Hay protocolos en caso de que un alumno o un docente dé positivo de Covid-19?

En ese caso se aislará esa burbuja. Si se detectan contagios, ese grupo queda aislado hasta tanto se restituyan las condiciones para poder volver a la escuela. Cuando detectemos esto a través de los centros de salud, hospitales, lo cursaremos al COE. Donde haya un infectado, esa burbuja o grupo estable de alumnos dejará de tener clases hasta que se den las condiciones para que puedan volver.

—¿Siente acompañamiento por parte de la Uepc en esta decisión de volver a clases?

En Córdoba predomina la racionalidad. En ese marco conversamos, coincidimos o disentimos. No es la actitud de algunos dirigentes de otros distritos. Aquí no nos cabe la disputa. Me siento acompañado porque ellos cumplen su rol y nosotros cumplimos el nuestro.

—¿La vacuna es una condición “sine qua non” para la presencialidad?

No, durante el 2020 los trabajadores de la salud y la seguridad estuvieron en exposición directa con personas contagiadas y lo han hecho con los cuidados necesarios. Han cumplido con su labor. Lo mismo el sector privado, la industria, el comercio o la prensa. Se cumplen los protocolos y se lleva adelante la actividad. La vacunación no es un requisito para sostener la presencialidad. Con vacuna, mejor, estamos todos más tranquilos y es lo que todos deseamos. Pero si no llega la vacuna en el tiempo pensado, o hay alguna dificultad, teniendo los cuidados que corresponden se puede mantener la presencialidad. Salvo que la situación epidemiológica cambie. Si la situación epidemiológica va a una línea roja con altos niveles de contagios, escasez de camas de terapia intensiva y el COE nos indica que hay que suspender la actividad, entonces se acatará. Pero mientras los indicadores estén en verde o en amarillo, con acciones de prevención se puede cumplir con las distintas labores.

—¿El ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, acompaña las decisiones de Córdoba?

Sí, totalmente. En el Consejo Federal a veces podemos discutir porque son 24 provincias en distintas situaciones, todos tenemos situaciones similares, con escuelas rurales, semirurales, urbanas chicas, grandes. Podemos tener distintas perspectivas de cómo hacer las cosas, pero en ese sentido el Gobierno nacional escucha y acompaña, no tenemos dificultades. Las coincidencias nos dan fuerza y el disenso no es un problema, el problema surge si tomamos el disenso como una oposición irracional en vez de escuchar las distintas perspectivas para tomar las mejores decisiones. En el caso del Consejo Federal predomina lo segundo.  

MEDIDAS PARA VOLVER A LAS AULAS

◆ Burbujas de 15 alumnos.

◆ Distanciamiento.

◆ Uso de tapabocas y mascarillas para docentes.

◆ Limpieza profunda de establecimientos educativos, incluidos tanques de agua.

◆ Aireación de aulas y baños.

◆ Disponibilidad permanente de alcohol sanitizante.

◆ Seguimiento de situación epidemiológica

Fuente www.perfil.com