Los sentimientos de angustia, temor y ansiedad todavía persisten en el país ante la aparición de la COVID-19, enfermedad clasificada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como pandemia.

Aunque la cuarentena ya no exista, lo que se exige en la actualidad a los ciudadanos es responsabilidad social, conducta que está lejos de ser absoluta en nuestra comunidad. Sino veamos algunos ejemplos: fiestas clandestinas detectadas cada fin de semana, poco respeto a las medidas sanitarias y locales de entretenimientos donde sus dueños miran para el costado cuando los clientes se van amontonando en el lugar, provocando un caldo de cultivo de este virus.

El impacto en la salud psíquica de los sanfrancisqueños, que se fue agravando con el correr de los meses desde marzo del año pasado, sigue calando profundo y aparece la posibilidad concreta del suicidio como respuesta ante tanta incertidumbre. Así lo muestra un adelanto de la tercera etapa del estudio impulsado desde San Francisco que mide efectos en la salud mental en personas de todo el país.

Héctor Badellino, uno de los investigadores del mismo y profesor titular de la cátedra de Biología y Neurofisiología del Comportamiento de la Facultad de Psicología en la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES), advirtió que en esta nueva etapa de investigación el 20% por ciento de la población encuestada (hasta el momento poco más de 2000 personas) pensó en algún momento en el suicidio: “Si bien algunos no lo harían, que el 20 por ciento haya pensado en eso habla a las claras que el impacto psicológico sigue siendo muy importante”, consideró y remarcó: “Con que un mínimo porcentaje lo cumpla es grave. Por eso se debe generar en la gente confianza e insistir en el cuidado”.

“Estas vacaciones de verano deben ser entendidas como diferentes porque es evidente que los casos positivos van en aumento”.

Este escenario es reforzado mediante datos provistos por el Hospital Iturraspe a El Periódico en el segundo semestre del 2020, desde donde se observó un incremento de los intentos de suicidios que llegaban a la guardia del nosocomio.

Por otra parte, el médico manifestó que el inicio del encierro trajo cambios importantes en el estilo de vida de la población y que de la primera etapa del estudio a la segunda los índices de malestar fueron en aumento: “Lo que medimos es ansiedad, estrés, depresión, trastornos de sueño. En la primera etapa se notó un aumento importante comparado con lo sucedido en el mundo. Luego, cuando lo volvimos a hacer en mayo y junio los índices se duplicaron. Por ejemplo, la depresión moderada o severa en marzo era del 24 por ciento y en mayo subió al 47; el insomnio era del 70 por ciento en la segunda etapa, duplicando la cifra de la primera. En nuestro país el impacto psicológico ha sido notable, muy marcado”, afirmó.

No hay temor a enfermarse

Badellino recordó que entre las preocupaciones que mostraron los encuestados en las dos primeras etapas de la investigación, que llevaban a los trastornos de ansiedad y depresión, en primer lugar se hallaba la economía familiar y luego aparecía la falta de vínculos sociales: “El factor económico fue lo primero, el quedarse sin trabajo y no tener dinero para cumplir con las obligaciones. La segunda era social, no verse con los amigos, sobre todo en los más jóvenes”, enumeró.

No obstante, algo le llamó la atención al investigador de lo que hoy van receptando: “No hay miedo a enfermarse en la actualidad, la población argentina no tiene miedo a enfermarse de acuerdo a lo que vemos en la última etapa del estudio. Sí lo había al comienzo de la pandemia. Eso seguramente, sumado a otras condiciones como el cansancio y lo prolongado del aislamiento, lleva hoy a un relajamiento absoluto de las condiciones de cuidado”.

Cómo transitar las vacaciones

La necesidad de cortar con el estrés cotidiano que implica una pandemia y, al mismo tiempo, lidiar con el trabajo, las tareas del hogar, el cuidado de familiares y otras responsabilidades, llevó a miles de personas a planificar sus vacaciones o el uso de su tiempo libre, situaciones que siempre conllevan emociones positivas, ya que suelen ser fuentes de nuevas experiencias.

Será por eso que unos dos millones de personas aprovecharon el cambio de año para vacacionar desafiando los potenciales peligros que presenta una pandemia. En este sentido, Badellino sostiene que en estos momentos más que tener temor lo que hay que priorizar es el “autocuidado”.

“La depresión severa en marzo era del 24% y en mayo subió al 47. En nuestro país el impacto psicológico ha sido notable”, afirmó Badellino.

Las vacaciones son necesarias para todas las personas. Pero estas vacaciones de verano deben ser entendidas como diferentes porque es evidente que los casos positivos van en aumento. Es indispensable descansar, pero no tiene que significar relajarse en los cuidados, aunque evidentemente se nota un hartazgo en las medidas”, analizó y sostuvo que el desobedecimiento por parte de la comunidad también es síntoma de la relajación de las autoridades. A ello, le sumó que existe una “falsa idea” de que la vacuna solucionará todos los problemas: “Se va a un ritmo lento y por ahora no fueron vacunados los mayores de 60 años, tampoco los niños y adolescentes que, seguramente estos últimos, serán los encargados de propagar el virus en la segunda ola”, concluyó.


Continúa vigente la encuesta

La tercera parte de investigación se encuentra en marcha y quienes quieran participar de la encuesta, que es anónima, pueden hacerlo. Hay que ingresar a este link

El equipo de investigación está integrado por: Dr. Héctor Badellino, Lic. Emilia Gobbo, Lic. Mabel Cachiarelli. Se suman estudiantes de la Carrera de Psicología de UCES San Francisco: Martín Biotti, Valentina Álvarez y Camila Gigante, y Eduardo Torres (CONICET-UNC) y Emilia Aschieri (Facultad de Lenguas UNC).


Prevención de conductas suicidas: teléfonos de ayuda

Existen varios centros de asistencia al suicida y personas que estén atravesando crisis pueden llamar al (0351) 2266135, al 0800 122 1444 -opción 6- o al servicio de Salud Mental del Hospital Iturraspe, (03564) 421392. Especialistas en la temática destacan que los comportamientos suicidas pueden reducirse con apoyo y tratamiento de especialistas en salud mental.