David Andrada tiene 38 años, es oriundo de Concepción (Tucumán) aunque ya se considera hijo adoptivo de San Francisco. Está casado, tiene tiene tres hijos -Blas, Noel y Jazmín- y se desempeña como pintor de obra. Y su pasión verdadera es correr. Salir a la calle, a la ruta o a cualquier camino de tierra y sentir el golpe del viento en el rostro.

Aunque lo singular del “tucu” -como lo apodan-, es verlo corriendo y con su torso desprovisto de toda ropa, llevando la remera en la mano. Sea en verano, lo que tiene lógica, o en el más crudo invierno. En definitiva, en cuero todo el año. Esto le valió que en más de una oportunidad se le queden mirando de manera sorprendida mientras él sigue en lo suyo con total despreocupación.

“Poco me interesa lo que diga la gente, vivo mi día a día, mi momento, para mí correr es una fiesta, lo demás no me interesa”, asegura David antes de entrenar un martes por la tarde con un cielo encapotado y rayos eléctricos de fondo que vaticinan la fuerte tormenta que va a venir. “Es también una terapia -agrega, corro desde que era niño, me acuerdo que estaba en la primaria en clase de Matemáticas o Lengua y mi profesor de Educación Física me buscaba para competir con otros chicos mayores, gracias a todas esas experiencias, después de un buen tiempo volví a competir en distintas carreras”, rememora.

David desembarcó en San Francisco allá por el 2003 y se sintió cómodo con la ciudad. “Una hermana estaba viviendo acá y como me gustaba viajar, me vine. El centro del país me gustó y me encantó la ciudad, ella se volvió a Tucumán pero yo me quedé”, cuenta.

David Andrada, el corredor que desafía al frío: “Para mí correr es una fiesta”

Andar en “cuero”

Andrada es el cuarto de una familia numerosa de nueve hermanos. El único, asegura, al que le gusta el deporte y las cosas antiguas. Porque otro de sus hobbies es coleccionar bicicletas antiguas, pasión que heredó de su abuelo bicicletero.

Y confirma que sale a correr con su torso desnudo porque se siente cómodo. “No llevo tanto abrigo y es muy bueno correr en cuero en invierno porque como dicen muchos que saben de esto generás lo que es la grasa parda y es lo que ayuda a no enfermarte, a que tu cuerpo se haga más fuerte. Mucha gente no lo sabía, no tenían conocimiento hasta que Gabriel Vercesi -profesor de educación física- publicó un artículo en Facebook y muchos se enteraron sobre el porqué lo hago”.

- ¿Sentiste la mirada rara ante esta conducta?

Al principio mi señora -María Soledad-, me pedía que no salga a correr así, le decían ‘che, ¿tu marido es ese loco que anda corriendo en cuero?’. Yo me reía y le contestaba que iba a salir igual, total si me enfermo, me enfermo yo y no le voy a pedir a nadie que me pague los remedios (risas).

Su rutina

“El tucu” trabaja ocho horas diarias de corrido y tres o cuatro veces por semana prepara su rutina y tiempo de trabajo. Sus entrenamientos duran de 40 minutos a tres horas.

“Corro día por medio para descansar un poco los músculos. Y por mi trabajo, porque a veces me río y es como un estilo de crossfit: ando cargando baldes, escaleras, armo andamios y todo el tiempo estoy activo”, dice.

Y continúa: “Yo programo mis salidas y mis trabajos físicos. Entreno martes, jueves y sábados. Si puedo también el domingo. El fin de semana es cuando hago más distancias. Corro de una a tres horas, pero hay trabajos que hago en 40 minutos, siempre llevando el ritmo de una carrera”.

David revela que le encanta correr distancias y participar del estilo de competencias tipo carreras de aventuras o trail running, que consiste en correr, de modo competitivo o recreativo, por senderos, huellas, caminos rurales, atravesando distintas áreas como pueden ser, cerros, bosques y ríos. Y según sus cálculos, a su ritmo de carreta, recorre un kilómetro en cuatro minutos.

David Andrada, el corredor que desafía al frío: “Para mí correr es una fiesta”

- ¿Qué no tiene que faltar cuando salís a correr?

La gorra y la música -dice levantando sus auriculares-. Voy escuchado metal sinfónico, como por ejemplo Nightwish, Therion, Eluveitie, bandas con muchos instrumentos, me encanta. Después no importa si llueva, si hace mucho calor, si hace frío, se sale igual.

- ¿Y decís que corriendo en cuero no te enfermás?

Mirá, una vez me regalaron una ropa térmica y dije la voy a probar para no despreciar el regalo. Después de correr, paré y me enfermé, hacía años que no me enfermaba. Desde ahí que corro así porque todo el sudor que desarrollás entre la ropa y el cuerpo termina siendo frío y si por esas cosas paraste, te enfermás. Y más de una vez alguno me preguntó: ‘¿Y cuándo te enfermás? Yo estoy abrigado con campera, ropa térmica y tengo frío, ¿cómo hacés?’ Normalmente ando desabrigado, en invierno más que una remera y una camperita no me hace falta, a veces miro a la gente tan abrigada y pienso que ellos son los locos, así que estamos empatados (risa).

Algunos detalles antes de correr

Antes de la actividad física, David recomienda comer mucha fruta, sobre todo si va a recorrer distancias. También aconseja realizar una activación de los músculos, es decir un calentamiento previo a la rutina física, lo que ayuda a mejorar el rendimiento y a evitar lesiones, por ello está en contra de la elongación antes del ejercicio.  

Siempre lleva unos pesos encima para, cuando termina su entrenamiento, seguir su costumbre de tomarse una cerveza. Luego se dirige a su casa y se toma una ducha con agua tibia.

David Andrada, el corredor que desafía al frío: “Para mí correr es una fiesta”

Restaurador y coleccionista

La otra peculiaridad de David es su afición a restaurar y coleccionar bicicletas antiguas: “Mi abuelo Nolberto tenía bicicletería y cuando era niño siempre iba a jugar con sus herramientas. Una vez llegó un hombre con una bicicleta de antes de la Segunda Guerra Mundial y me llamó tanto la atención que de grande empecé a buscarlas, coleccionarlas y restaurarlas”.

Llegó a contar con más de 50 bicis en su colección, pero a falta de espacio debió comenzar a venderlas. En la actualidad le quedan unas diez y un montón de repuestos.

Andrada habla con soltura sobre marcas históricas, tipos de frenos, luces y sobre cómo evolucionó la fabricación de este medio de transporte, hoy convertido en moda. Entre sus preferidas, están las bicicletas inglesas e italianas. Es más, para casarse con su compañera lo hizo a bordo de una bici inglesa marca Norman, vestidos ambos de época.

David Andrada, el corredor que desafía al frío: “Para mí correr es una fiesta”

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El corredor del infierno

Por el licenciado Gabriel Vercesi

Particularmente vemos personas entrenar, principalmente correr sin vestimenta o muy poca y nadar sin trajes de neoprene con temperaturas bajas, y captan la atención de la mayoría de la población, ¿está mal? No, para nada, al contrario, es estimular la grasa parda que vamos perdiendo de niños por las comodidades de la evolución del ser humano (calefacción, aires acondicionados, vestimentas).

¿Qué es y para qué sirve la grasa parda?

Esta grasa está ubicada principalmente en nuestra anatomía del cuello y axilas y nos sirve para protegernos del frío. Es por esta grasa en el recién nacido que le sirve para una rápida aclimatación a la temperatura ambiente.

El tejido adiposo marrón (BAT) es el sitio principal de la termogénesis dependiente de hormonas (sin escalofríos) en respuesta al frío en los mamíferos inferiores. El hipotálamo controla la activación del BAT inducida por el frío al estimular los nervios simpáticos y la secreción de norepinefrina (NE) en el BAT.

Lo relevante para nosotros (humanos adultos) es que al activarse, este curioso tejido quema calorías como “si fuera una hornalla”, pudiendo contribuir a la pérdida de peso excesivo. Al estimularla con el frío, el ayuno y/o el ejercicio fuerte, la grasa parda comanda al resto de los depósitos de grasa corporal a que entreguen la energía en ellos almacenada.

Se ha podido determinar que la grasa parda es capaz de quemar glucosa. Estos hallazgos ofrecen una ruta interesante para el tratamiento de la obesidad, la diabetes y, en general, el síndrome metabólico. A diferencia de la grasa blanca corriente, la grasa parda posee una proteína especial