Braian Micheli (17) es un joven sanfrancisqueño que padece atrofia muscular espinal, una enfermedad neuromuscular que se manifiesta por una pérdida progresiva de la fuerza muscular. Esto no le impidió soñar y mucho menos ser libre para dedicarse a lo que lo hace feliz.

Braian jugó al ajedrez, bailó en una murga, hizo buceo, batallas de rap, pero la actividad en la que más se hizo conocido fue en el running. Fue un pionero, un luchador que demostró que en la vida muchas cosas son posibles si te lo proponés.

Mucho no le gusta decir que se hizo famoso y hasta le cuesta creer que con sus actos motiva a otras personas a romper la barrera del “no puedo”. Pero lo sabe, sabe que su valentía y su forma de ver la vida es fuente de inspiración.

“Siempre tuve relación con el deporte, mis padres hacían artes marciales: taekwondo, siempre estuvo relacionado así que siempre me gustó. A los 7 años vi que una publicidad de una maratón en San Francisco donde pedían donar útiles escolares para los más necesitados”, contó. Fue por su necesidad de ayudar, colaboró y aunque sabía que no la podía correr junto a su mamá –compañera incansable de emociones-  terminaron haciendo la caminata de 3k en su silla de ruedas.

“Lo que movió después fue ver la gente que no te conoce y vos no la conoces, que andá a saber las cosas que tiene en su vida, los problemas que tiene, pero viene, te saluda y te felicita. Eso fue lo que me motivó a seguir con las maratones, el apoyo que tuve de mis familiares y amigos. Me decían: ‘vos estás re loco, no tenés cabeza’”, recordó entre risas Braian.

Braian Micheli: “No abro puertas, las derrumbo”

Así conoció a Gustavo Rosso, atleta reconocido en la ciudad. A partir de allí nació una amistad y una “linda locura” de participar en cuanta maratón pudieran. Locura que hoy está en un impasse, pero que Braian no duda que en el futuro va a volver.

“No abro puertas, las derrumbo”

En estos años, Braian dice que “no abre puertas, las derrumba”, y al que no le gusta no le importa porque su impronta es mirar para adelante y seguir. “Lo más importante para mí fueron los nuevos lazos, conocer gente que también hace lo mismo que nosotros e inspirar a la gente a hacerlo, dar charlas. Creo que fue la experiencia de vida lo más importante”, explicó.

“Si algo no te da miedo es porque no te importa, es porque no lo sentís, toda cosa nueva cuando te importa y lo mostrás al mundo te da miedo. La primera vez que hice una batalla rap me dio miedo, me puse nervioso, lo hice junto a una amiga que me acompañó, pero tuve el apoyo de la gente y eso me sacó el miedo y me hizo entender que el temor es una mal necesario”, señaló.

Y agregó: “Vos si ves que al principio tenés una pared y te cuesta tumbarla, practícalo y a la próxima ponete algo detrás que te empuje; tus familiares, amigos, vas poder tumbar las paredes con las miradas. En 10 años hice lo que quise, fui a Buenos Aires, fui a muchos lados, si tuviera que dar un mensaje sería que hagan lo que quieran con su vida y no pierdan el tiempo con el virus de la crítica, porque hagas lo que hagas te van a criticar”, reflexionó.

Un clic y la memoria

Una de las cosas que a Braian más lo conmovió fue darse cuenta que su participación en las maratones habían generado algo en los demás, principalmente en sus compañeros de colegio. La escuela Proa organiza todos los años una maratón donde los alumnos diseñan el logo a modo de concurso y el diseño ganador del último año lo sorprendió.

“Lo hizo mi compañera, en el logo se ve un chico en silla de ruedas acompañado por otro y detrás el resto de los corredores. Ese día caí y no sabía que lo que yo hice había tenido tanto impacto”, explicó.


Un impasse de las maratones y una nueva incursión en la música

En 2019, Braian anunció que no seguiría participando de las maratones junto a Rosso. El desgaste físico por su enfermedad, el stress y el cansancio mental, fueron los motivos por el cual se tomó un descanso. Sin embargo, piensa en volver.

“Este año me vino bien para descansar, estuve un año sin correr, mi idea es descansar un tiempo. No estoy mal, pero después de tanto tiempo te fatiga”, comentó.

Hoy, su motivación está puesta en la escritura y en realizar contenidos musicales. “Me gusta escribir de lo que sea, no solo canciones, textos de lo que se me ocurra. Hago beatbox desde hace 11 años y eso también me sirvió para practicar, competir en batallas de trap que había dejado de competir”, indicó Braian.