Una novedosa campaña inició este martes el centro vecinal del barrio Sarmiento, al convertirse en un “Punto blanco” de recolección para reciclaje de aceite de cocina usado.

El aceite usado de la cocina va a parar frecuentemente a la pileta o –en otros casos- al inodoro. De cualquiera de las dos formas, termina en los cursos de agua con un alto impacto ambiental negativo: un litro de aceite puede contaminar mil litros de agua, cantidad suficiente para cubrir el consumo básico de una persona durante un año y medio.

El fin de la campaña es justamente este: generar conciencia acerca del impacto negativo que produce su incorrecto descarte.