Tras el viaje de la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, a Moscú, la Argentina se aseguró el acceso a la vacuna rusa Sputnik V, la primera registrada contra el coronavirus y que abrió una reedición de la carrera espacial de la Guerra Fría. Por esa disputa geopolítica, el desarrollo de Moscú es cuestionado por varias potencias, incluido Estados Unidos.

Según información a la que accedió NA de forma exclusiva, el desarrollo médico del Centro Nacional de Investigaciones de Epidemiología y Microbiología "Nikolay Gamaleya" contó con más de 44 mil ensayos a nivel mundial y se espera que mil millones de personas se apliquen la vacuna entre 2020 y 2021.

Además de la Argentina, también expresaron su interés en la vacuna rusa Venezuela, Brasil, México, Perú, Kuwait, Turquía, Serbia, Bosnia-Herzegovina, Palestina, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Israel, Egipto, Algeria, Kazajstán, Uzbekistán, Corea del Sur, Nepal, Vietnam, Filipina, Indonesia, Malasia, Bangladesh e India.

La Sputnik V fue registrada el 11 de agosto, lo que la convirtió en la primera vacuna oficializada contra el COVID-19, y luego se realizaron los ensayos de la Fase 3 en más de 44 mil voluntarios de todo el mundo, lo que dio paso a que al siguiente mes se iniciara la producción en serie: las autoridades rusas esperan comenzar en noviembre la distribución a nivel mundial.

Una de las características destacadas del desarrollo científico del Centro Gamaleya es que la vacuna consta de dos dosis: la primera contiene el Adenovirus 26 y la segunda, el 5.

El tiempo entre pinchazo y pinchazo es 21 días.

En la primera dosis el Adenovirus 26 es introducido en el cuerpo junto con la proteína S, que luego es sintetizada por las células y así comienza a generar la inmunización: tres semanas más tarde, el Adenovirus 5 incrementa la respuesta del sistema inmunológico y proporciona inmunidad a largo plazo.

¿Cómo hicieron para desactivar el potencial pandémico del SARS-Cov-2? En los laboratorios los científicos rusos modificaron el virus para quitarle el gen responsable de la reproducción, por lo que así inutilizaron su capacidad para contagiar.

En la Fase 3 de la investigación, la proporción de vacunas y placebos fue de 3-1 en los 44 mil voluntarios de países como Rusia, Brasil, Egipto, Arabia Saudita, Emiratos Árabes, Filipinas e India, entre otros.

De acuerdo a los datos obtenidos por Noticias Argentinas, la aplicación provocó una respuesta de la inmunoglobulina G (IgG), uno de los anticuerpos humanos, en el 100 por ciento de los voluntarios que se sometieron a la vacuna: los investigadores rusos destacan que la Sputnik V tiene una alta eficacia en la inmunización de las personas y afirman que eso no sucede con las desarrolladas por AstraZeneca y Johnson & Johnson.

Además, los expertos del Centro Gamaleya también subrayan que el uso de adenovirus en vacunas no tiene consecuencias en el largo plazo: remarcan que no hay riesgo de cáncer ni afectación de la fertilidad.

La reconocida institución científica rusa fue creada en 1891 y cuenta con el antecedente de haber creado la primera vacuna contra el Ébola: también se destaca por poseer una las "colecciones de virus" más grandes del mundo. (Por Pablo Tallón para NA)