El próximo lunes 9 de noviembre se dará lectura al fallo del Tribunal Superior de Justicia de Córdoba (TSJ) que confirmará la sentencia o sus eventuales cambios, sobre el caso que condenó en primera instancia al periodista y ex funcionario municipal Carlos Esteban Fuentes a siete años de prisión por los hechos de “abuso sexual gravemente ultrajante” en perjuicio de una de sus hijas y “abuso sexual simple" en perjuicio de una amiga de ésta.

Por otro lado, según anunció la familia de las víctimas a través de su abogado defensor, Mario Ruíz, se conoció que el TSJ declaró inadmisible el recurso de casación interpuesto por la fiscal de cámara Consuelo Aliaga que solicitaba una condena de nueve años de cárcel y que sea imputado por el abuso de otra de sus hijas.

Sandra Amantini, madre de las víctimas, contó a El Periódico que en medio de sus dudas y temores esperan que Carlos Fuentes tenga “prisión efectiva y vaya a la cárcel”. “Desconocemos qué puede llegar a decir el fallo, solo nos queda esperar que quede firma le sentencia y que coincidan con la condena que recibió acá”. En julio de 2019, Carlos Fuentes había sido sentenciado a siete años de prisión pero pasó más de un año en libertad a la espera de que su condena quede firme. La decisión se amparó en el fallo Loyo Fraire de 2014, cuando la Corte Suprema le ordenó al TSJ flexibilizar las prisiones preventivas.

“Lamentablemente hemos perdido todas las expectativas de que se revisaran cosas que nos parecían importantes y apostábamos a que en una instancia superior de Justicia se profundizarían -se lamentó Amantini-. Nos queda esperar que, como mínimo, ya que la fiscal había pedido nueve años y le dieron siete, que la condena sea efectiva”.

En el lugar

Pese a que todavía la familia no fue notificada sobre cómo será la modalidad de la lectura del fallo-si presencial o vía remota por internet-, Amantini adelantó que estarán presentes en los Tribunales locales “como lo hicimos siempre, velando porque haya Justicia”.

Y luego insistió: “Esperemos que la justicia tenga la dignidad de darle un buen cierre a este proceso tan largo que cuando comenzamos él tenía 65 años y hoy tiene 71 y uno puede pensar que ante esta situación le podrían dar la oportunidad de una prisión domiciliaria. Eso sentaría un precedente tremendo al margen de que lo que implica frente a las víctimas que, tras tanto luchar con sus infancias arruinadas, no puedan decir que hubo justicia. Pero lo mínimo esperable es que el TSJ deje firme la condena, por lo menos como salió el juicio de acá”.