El rastreo de los contactos de una persona positiva de Covid-19 es una de las acciones claves que debe realizar un gobierno para controlar la pandemia según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Consiste en determinar con cuántas personas mantuvo contacto estrecho un caso positivo, además de comunicarse con ellas para que se mantengan aisladas y realizarles un seguimiento social y de salud para determinar si pueden ser casos sospechosos. El objetivo es cortar la cadena de contagios. Ahora, la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y la Provincia firmaron un convenio para ampliar esta capacidad.

La iniciativa prevé la incorporación de 210 rastreadores y 14 coordinadores que recibirán una remuneración por su tarea. 

Gabriela Barbás, responsable de la Secretaría de Promoción y Prevención de la Salud de Córdoba, asegura que ya hay más de 300 personas trabajando en esta tarea. “Desde el momento cero, la identificación de los casos y el rastreo de contactos fue clave para Córdoba. Y sigue siendo un pilar fundamental para la contención de la pandemia”, detalla.

La funcionaria explica que continuamente se fue ampliando la capacidad de rastreo y que este convenio buscará fortalecer esta tarea, en especial, en el marco del programa “Identificar en casa”. 

Sol Minoldo, socióloga e investigadora del Conicet, está a cargo de la coordinación del acuerdo por la Provincia. “Cuando estamos detectando un caso con un hisopado casi siempre estamos llegando tarde porque estamos respondiendo a los síntomas de las personas", explica.

Y agrega que eso se debe a que la persona ya puede contagiar varios días antes de que aparezcan los síntomas.

Cómo es el "contact tracing"

“Cuando llegamos a los contactos estrechos de esos casos positivos nos estamos adelantando, porque estamos llegando a la persona que tiene una alta probabilidad de estar expuesta al contagio. Si logramos que se aísle, vamos a tener una efectividad grande en la contención del contagio”, explica Minoldo.

Los rastreadores deben comunicarse por teléfono con estas personas y darles recomendaciones de cuidado. También les explican cómo debe ser el aislamiento y los ayudan a que puedan realizarlo correctamente y con el mínimo impacto en su rutina.

Detalles del convenio

La iniciativa se realizará dentro de la secretaría que dirige Barbás e involucra a las facultades de Ciencias Químicas, Ciencias Sociales y de Matemática, Astronomía y Física de la UNC. También participa la Asociación de los Docentes e Investigadores Universitarios de Córdoba (Adiuc).

La Casa de Trejo proveerá los espacios para que los rastreadores puedan trabajar en condiciones de máxima protección en el marco de la pandemia. La Provincia equipará con auriculares vinchas a los rastreadores y se hará cargo de la limpieza de esos espacios.

Los rastreadores serán seleccionados entre estudiantes, docentes y egresados de estas facultades. El equipo recibirá una “asignación estímulo” con fondos del Ministerio de Salud. La capacitación estará a cargo de gente especializada, coordinada por la Fundación Huésped.

Más importante que nunca

Los rastreadores también pueden ayudar a identificar síntomas de Covid-19. Si esto ocurre, se lo considera un caso sospechoso y se le indica un test. “Pero también le vamos a pedir sus contactos para llegar a un segundo anillo (contactos de contacto estrecho). Va a ser clave en la estrategia de contención porque nos va a permitir llegar a los que todavía no se contagiaron", explica Minoldo.

“Nunca hay que bajar los brazos y resignarse en el rastreo de contactos a pesar de la alta transmisión. Es una estrategia que permite mitigar la pandemia. De lo contrario, el virus se habría expandido mucho más en la comunidad”, agrega Barbás.

Según la funcionaria, un caso positivo tiene 12 contactos estrechos en promedio, aunque hay situaciones con 50 y otros en que solo es su entorno familiar.

Y remarca que la investigación no tiene un objetivo punitivo sobre la conducta de la gente. “No vamos a multar a las personas, sino que es una medida de salud pública y existe el secreto profesional entre el rastreador y las personas”, asegura.

Para Barbás es clave el trabajo en conjunto con la UNC que se está realizando desde el inicio de la pandemia, con aportes de voluntarios y diferentes líneas de investigación. “Este trabajo es el deseable pero no es tan habitual”, dice.

En algunos países implementaron tecnología para mejorar el rastreo de contactos.

Fuente: La Voz del Interior