Este miércoles concluyó el juicio por el asesinato del empresario de Brinkmann Raúl Egidio Rosso (60), quien desapareció el 19 de abril del 2018 y apareció su cuerpo sin vida el 4 de mayo siguiente en un campo, ubicado a unos 15 kilómetros al sur de la localidad de El Tío.

Según informó el portal de Radio Belgrano, por el hecho, Félix Novarese (44) fue encontrado culpable y recibió la pena de cadena perpetua que implicará que el homicida pase 35 años en la cárcel.

La fiscal Consuelo Aliaga Díaz mantuvo la acusación contra Novarese, durante el alegato, como presunto autor de "homicidio doblemente calificado por alevosía y criminis causa", delito que contempla como pena única la prisión perpetua.

En el juicio, el principal acusado admitió ser quien enterró el cuerpo de Rosso y lo cubrió con cal, pero dijo que lo hizo obligado por Monge que lo amenazó con lastimar a su familia sino lo ayudaba a esconder el cuerpo. De hecho, Novarese apuntó a Monge como el autor material del crimen.

El hecho

Raúl Rosso había desaparecido el 19 de abril de 2018. Aquel jueves al mediodía, el hombre partió en su camioneta desde su negocio en Brinkmann rumbo a la población de El Tío, a 125 kilómetros, en el departamento San Justo. El objetivo: concretar unos negocios con su cliente Novarese.

El vendedor de maquinarias nunca regresaría a su hogar.

Cuando la Policía fue a interrogar a Novarese, este dijo que el vendedor había llegado y, tras entregarle un implemento para una máquina, se había marchado. Nunca le creyeron.

Policías locales y bomberos comenzaron a realizar rastrillajes en la zona, sin suerte.

Ante la falta de certezas y el paso de los días, el fiscal Acuña convocó a más investigadores policiales y a peritos judiciales: unos ampliaron las entrevistas a testigos y analizaron datos, mientras los otros estudiaron las comunicaciones de los celulares.

Así, la pista se fue cerrando sobre Novarese.

La línea de investigación se intensificó en torno de él y surgieron testimonios que lo incriminaban seriamente: al parecer, habría intentando vender de manera fraudulenta una trilladora y la camioneta de la víctima. Esos puntos, sumados a que unos perros adiestrados marcaban rastros de la víctima en la casa de Novarese, terminaron por cercarlo.

El mismo día en que fue imputado, se hallaron los restos de Rosso. Lo mataron a golpes, lo enterraron y le tiraron cal y glifosato encima.