Valentina González, líbero de Estudiantes de La Plata y de la Selección Argentina, fue una de las primeras deportistas en volver a los entrenamientos en cancha. La sanfrancisqueña está habilitada -desde hace unos meses- por estar considerada como una de las posibles integrantes de la delegación de Las Panteras que afrontará los Juegos Olímpicos de Tokio en 2021.

Su regreso a los trabajos tiene algo de especial porque volvió a El Ceibo, el club que la vio nacer en este deporte, y como si eso fuera poco también lo hace junto al profesor Maximiliano Montenegro que fue su entrenador en ese club cuando ella era pequeña.

En diálogo con El Periódico, González se mostró muy agradecida por esta oportunidad porque encontró muy buena predisposición. "Nosotras nos volvimos el 9 de marzo cada una a su casa y recién en abril nos habilitaron a entrenar a los deportistas olímpicos, hablé con Odrino, Cesca e Iturburu, rápidamente me dieron el ok, fueron muy amables en dejarme volver a entrenar en el club donde arranqué junto con Maximiliano Montenegro y mi hermana que me ayuda alcanzado las pelotas para que sea más ágil el entrenamiento", comentó.

"Pude venirme a tiempo para pasar todo esto en casa y ese no es un detalle menor porque estoy con mi familia, tratando de disfrutarlos a ellos en este momento que es especial y que nadie lo esperaba", agregó.

"Agradezco mucho el hecho de poder entrenar, muchas no tienen esta oportunidad, así que valoro la posibilidad que me dieron desde el club, al profe Maxi, el gym Sportstyle que me brindó elementos, el municipio; me dieron todo para que pueda trabajar de la manera más similar a lo que veníamos haciendo", dijo González.

Volver a los orígenes: Valentina González disfruta del entrenamiento en El Ceibo

Entrenamiento personalizado

Para Valentina, la chance de volver a trabajar en cancha es muy importante y encontró varios aspectos positivos en este tipo de entrenamientos. "Hay varias cosas positivas para rescatar, tengo contacto con la pelota, espacio, y no es lo mismo el entrenamiento en equipo. Es un entrenamiento especializado, es dinámico y te cansa más que por ahí en una situación de entrenamiento en conjunto", señaló.

"Tratamos de trabajar situaciones lo más real posible. Por ejemplo: en Córdoba y en inferiores la pelota que se usa es otra, así que compré tres pelotas para que sea lo más real posible porque cambia mucho, esa pelota flota mucho más y tiene otras características", dijo al líbero del "pincha".

 "Una fuera de serie"

El profe Maxi Montenegro se deshizo en elogios en una entrevista concedida días atrás a este medio y se manifestó muy contento de poder contribuir -nuevamente- con Valentina. "Tiene un nivel superlativo, fuera de serie. Tuve el agrado de tenerla como alumna en su niñez, desde los 9 a 12 años hasta que pasó a otro club e hizo su carrera. Siempre hacía el doble o más de lo que se le pedía en lo técnico y en lo físico. Siempre fue muy comprometida y diferente desde el trabajo y la autoexigencia, a pesar del talento", comentó.

"Más allá de que nunca perdimos el contacto, ahora nos volvimos a reeencontrar en la cancha de donde ella salió y donde compartimos esta pasión. Ella venía haciendo trabajos físicos, pero no hacía trabajos con pelota, logró volver a ponerse en contacto con la pelota y yo encantadisimo; yo lo disfruto porque veo a una atleta de otro nivel, exigida al máximo, uno le tira fuerte -yo juego desde los 14 años- y más allá de la capacitación que tengo, la exigo y ella inmutable. Al principio estábamos un poco fuera de tiempo por mi falta de estímulos, pero después nos encontramos en el entrenamiento", agregó Montenegro.

Igualdad: la lucha continúa

En enero de este año las jugadoras de voley presentaron un pedido de profesionalización del voley femenino y de igualdad entre la competencia femenina y masculina. Valentina fue una de las firmantes de ese pedido y en ese sentido contó que "todavía no hubo grandes avances en la Liga, pero sí del Colectivo Doble Cambio -un espacio conformado para mejorar las condiciones del voley femenino-".

"Es un constante ir por más, la verdad que están trabajando mucho, tenemos a una de las chicas de nuestro club que lo integra y nos pasa los informes de toda la semana. Hay reuniones y se consiguen cada vez más cosas, están pudiendo tener reuniones con la FEVA y la Metro, que no es poca cosa. Esto recién empieza, pero se avanza enormemente", comentó.

Además, la Provincia de Buenos Aires fue la primera en aprobar la obligatoriedad de la Ley Micaela en el deporte y en ese marco González contó que "hicimos dos cursos en lo que va de la cuarentena, los entrenadores también tuvieron que hacerlo de manera obligatoria, incluso de la selección. Está muy bueno todo lo que se está generando, ahora hay una Secretaría de Género en la Metropolitana, que antes no lo había, es un paso a paso"

Volver a los orígenes: Valentina González disfruta del entrenamiento en El Ceibo

Lo que pasó y lo que viene

En cuanto a la temporada que quedó trunca, González indicó que "el balance fue bueno hasta que pudimos jugar, ni hablar que nos dejó un gusto amargo el hecho de que se corte porque se venia lo más lindo, los últimos weekends para definir cómo seguía el torneo, pero tendremos revancha, a esta altura ya ni se habla de ese torneo y se habla de una nueva liga, 'borrón y cuenta nueva'".

"Recién ahora se habla de que las chicas que viven en La Plata van poder juntarse con el protocolo, pero para hacer algo más físico y esperan hacer algo en canchas de beach para empezar a hacer una pretemporada, pero no se hizo nada todavía, no sabemos cuándo vamos a poder volver", agregó.

La Selección

Valentina también contó que aguarda el momento de volver a entrenarse junto a todo el selectivo pensando en los JJOO. "La idea es entrenarnos de la mejor manera para que cuando llegue el momento en que podamos juntarnos no tener que empezar desde cero, que sea un pretemporada más técnica y que lo físico este suplido. El objetivo ahora es que podamos mantenernos bien físicamente, cada una en nuestro lugar para poder volver y que no sea un arrancar de cero desde lo físico", señaló.

"No sabemos cuando vamos a poder juntarnos todas en Buenos Aires, se hicieron dos burbujas en Córdoba y en el Cenard, pero yo no fui porque la verdad que iba a perder mucho haciendo cuarentena, al regreso no tenía donde hacerla y corría el riesgo de traer la enfermedad", finalizó.