Marcela, con el objetivo de levantar las paredes de su casa

Marcela Patricia Vos también es docente y está próxima a jubilarse. Cuenta que compró un terreno en las sierras de Córdoba, adónde se quiere ir a vivir cuando ya no pise más las aulas.

Mujeres con oficio: cinco historias de la ciudad

“Me queda poco en la docencia, hace dos años compré un lote en las sierras que estoy terminando de pagar y la idea es jubilarme e irme a vivir a un lugar tranquilo”, explicó a El Periódico. Y agregó: “Pero como los recursos son escasos, ya que no tiramos manteca al techo los docentes, pensé en una alternativa para poder alcanzar mi sueño. La idea es contratar a un albañil por una parte, pero yo contribuir por otra. Por eso me había anotado en marzo a una capacitación en la Municipalidad pero no empezó por la pandemia. Yo podría levantar las paredes, no quiero renunciar a mi sueño y creo que lo puedo llevar a cabo”, manifestó.

Así se dio el ingreso de Marcela al grupo de Facebook, básicamente en busca de la capacitación que no tiene a mano en otro lugar: “Los recursos son escasos. Soy una profesora que necesita capacitarse en un oficio no convencional para mujeres y no me doy por vencida para no renunciar a mi sueño”, remarcó.


Gretel, con proyectos propios y para los demás

Gretel Maya se define como una mujer inquieta, que necesita estar en movimiento pese a que tiene tres hijos pequeños. Su marido trabaja varias horas al día y ella hace las tareas de la casa y el cuidado de sus hijos, lo que le demanda casi todo el día. Pese a ello, no renuncia a sus proyectos.

“Me dedico a la costura, siempre me gustó. Soy de Mendoza, no tengo mi familia acá y la de mi marido tampoco. Como él trabaja muchas horas es imposibles que yo salga a trabajar”, contó la joven de 34 años, quien intentó estudiar la Tecnicatura en Gestión en el colegio San Martín, pero que en el final no pudo continuar ya que su tercer embarazo se complicó.

Mujeres con oficio: cinco historias de la ciudad

“Tengo varios proyectos, pero tengo que decidir entre trabajar y la casa y se me hace un costo alto el de niñera o guardería. Entonces me dedico a la costura, de noche. Mi fuerte es la ropa infantil y tengo un proyecto que es económico pero también social porque es ropa para bebés prematuros”, explicó.

Su llegada al grupo de mujeres fue en busca de capacitaciones, tanto en lo suyo como en oficios no convencionales: “Me doy maña en electricidad, carpintería, albañilería. Estaría bueno hacer una autoyuda entre mujeres, para capacitarnos entre nosotras, darnos la fuerza para salir adelante”, pensó.

“Mi oficio es una descarga, tengo los niños todo el día; las madres necesitan hacer cosas para descargarse”, finalizó.


Micaela, con ganas de perfeccionarse

Micaela Giménez tiene 19 años y es una de las más jóvenes del grupo. Todavía estudia en el colegio secundario, ya que cursa el 7mo año del colegio técnico IPET 264 “Teodoro Asteggiano”.

Señaló que tiene experiencia en el rubro electromecánico y realizó pasantías en la empresa Macoser. También estudió inglés y asegura sentirse apta para brindar clases particulares y realizar traducciones. A esto le anexa un emprendimiento junto con su compañero, donde personalizan indumentaria y elementos con diferentes técnicas, realizan cuadros y tatuajes, entre otras cosas.

Mujeres con oficio: cinco historias de la ciudad

“En mi caso estoy más enfocada e interesada en conseguir un laburito y capacitaciones en lo que son idiomas y seguir perfeccionándome en lo que es la electromecánica; las capacitaciones que más me interesan son carpintería y costura, junto a las otras”, explicó.

Sobre el grupo al que decidió unirse, sostuvo: “Me parece genial porque se va rompiendo el mito ‘del trabajo pesado es para el hombre’, y se nos empieza a tener en cuenta más a nosotras, quiénes también somos profesionales en estos mal llamados trabajos de hombre”, manifestó entusiasmada.


Laura y el rebusque en medio de la pandemia

Laura del Porto es profesora de Inglés, que a causa de la pandemia vio cómo se caían horas de clase. Vive sola, tiene un niño a cargo y manifiesta que debe rebuscárselas. Además de su profesión, contó que se desenvuelve bien en lo que respecta a trabajos manuales, sobre todo con madera.

“Se me cayeron en cuarentena horas suplentes que tenía y no pude tomar más. por este motivo tuve que implementar lo de la madera para tener otro ingreso para mi hogar”, señaló.

Mujeres con oficio: cinco historias de la ciudad

Entre sus producciones de madera destaca la producción de muebles pequeños, soportes para televisores que van adosados a la pared, banquetas, repisas, mesas ratonas, entre otras cosas. También se da maña en el tejido crochet y la goma eva.

“Aprendo por videos de YouTube, hice algunas capacitaciones pero nada importante”, aclaró y destacó el apoyo y la contención que surge de todas las integrantes del grupo conformado: “Es importante para generar trabajo y poder subsistir, pero también para aquellas mujeres que quieran aprender oficios no convencionales puedan hacerlo y vivir de eso”.


Natalia, con una idea latente

Natalia Gómez tiene cuatro hijos, dos adolescentes y dos bebés. Es ama de casa y realiza en la actualidad trabajos en costura.

“Hace unos años teníamos una pequeña bicicletería con mi marido y trabajábamos juntos. Ahí aprendí un poco el oficio de bicicletera. Él ahora trabaja en otro rubro, pero la idea de volver a esto siempre está latente”, indicó, asegurando que ingresó al grupo para capacitarse en este rubro, entre otros que también le interesa.

Mujeres con oficio: cinco historias de la ciudad

El impacto de la pandemia en las mujeres

Un reciente informe del Ministerio de Trabajo de la Nación detalló que las mujeres están más representadas en los trabajos precarios, más allá que la expansión del coronavirus haya puesto en evidencia las desigualdades de derechos entre quienes trabajan en empleos registrados y no registrados.

"La pandemia pone de manifiesto las inequidades de género existentes, a la vez que las profundiza. Las mujeres siguen estando más representadas que los varones en los trabajos precarios, en el trabajo informal. La recreación, el turismo, la gastronomía, la hotelería, la organización de eventos, las peluquerías, son actividades donde trabajan muchas mujeres y estos sectores son probablemente los que más sufren las consecuencias del aislamiento. En la Argentina estos serán los sectores que más tardarán en reanudar sus actividades", concluye el informe elaborado por la Comisión Tripartita para la Igualdad de Oportunidades (CTIO-Género) del Ministerio de Trabajo, un espacio de diálogo social y búsqueda de consensos, integrado por representantes de los sectores gubernamental, sindical y empresarial.