Sandra Bulacio, una docente de escuela técnica en San Francisco, necesitaba a fines del año pasado alguien que realice trabajos en carpintería para su casa. Al no tener ningún conocido apeló a las redes sociales, en especial a los grupos de trueque de Facebook, donde no sólo predomina la oferta sino también la demanda, como si fuese un gran supermercado digital.

Cuenta que ese día cometió el lapsus de escribir que necesitaba un carpintero, aunque rápida de reflejos –recuerda- pensó: ¿por qué no poner carpintera? Algo que terminó haciendo, aunque sin imaginar la respuesta.

“Enseguida me empezaron a escribir centenares de mujeres, muchas pensando que daba una especie de capacitación”, narró a El Periódico la licenciada en Gestión Educativa. La réplica obtenida ante su pedido, que era otro, fue disparador para conformar un grupo cerrado e innovador, también en Facebook: Mujeres con oficio San Francisco y zona, que hasta la última semana contaba con 580 integrantes con oficios convencionales en su mayoría, pero con ansias y necesidad de capacitarse en trabajos que tradicionalmente hicieron y hacen los hombres: albañilería, pintura, carpintería, electromecánica, entre muchos otros más.

A su vez, este espacio virtual funciona para estas mujeres como promoción de lo que hacen, además de encontrar formas de aprendizaje, sumando voluntades para la enseñanza y también gestionando capacitaciones en organismos públicos.

Romper los estereotipos de género en el mercado laboral, el desafío de más de 500 mujeres
Sandra Bulacio y María Cecilia Minetti, las docentes que armaron el grupo.

De la conformación del grupo –que es independiente y no tiene relación política partidaria, aclaran- también formó parte otra docente de escuela técnica, María Cecilia Minetti, quien aseguró que darán en breve un paso más importante: convertirse en una asociación civil, lo que les permitirá tener personería jurídica y proyectar más alternativas para que estas mujeres, cada una con su historia de vida, puedan crecer, formarse y terminar de derribar los prejuicios que todavía cargan sobre sus espaldas.

“Este grupo funciona de manera colaborativa entre los oficios, conformando una pequeña base de datos de las mujeres para generar trabajo”, destacó.

Un grupo amplio

La brecha generacional entre las participantes del grupo es grande. Hay mujeres desde los 19 años hasta más de 70. Sin embargo, la tecnología en este caso, a través de las redes sociales, las une en un mismo objetivo.

Bulacio explicó que la intención es que el grupo esté conformado por mujeres como “una forma de ayudarnos entre nosotras”. La docente reflexionó que “socialmente” los trabajos considerados de hombres “están mejor pagos” y que el género masculino siempre ha sido el elegido en las fábricas y empresas locales: “Acá participan chicas que saben de costura, cocina, panadería, pero quieren saber hacer trabajo de albañilería o herrería, por ejemplo”, contó.

“Nos gustaría que las empresas nos tengan en cuenta para pasantías una vez que conformemos la asociación civil”.

Ya no quedan dudas de la marcada desigualdad que presenta el mercado de trabajo para las mujeres. Desde siempre, aunque menos ahora, las actividades percibidas por la sociedad como masculinas se jerarquizan y valorizan de manera diferente. Por tal razón, la iniciativa de las docentes pretende generar actividades con independencia laboral como también otros tipos de empleos.

Asimismo, Bulacio indicó un dato no menor: que cada vez más mujeres se anotan en escuelas técnicas para realizar sus estudios secundarios. Y para reafirmarlo vale este ejemplo. Según datos recolectados por este medio a inicios de este año, para la matrícula 2020 el Ipet nº 50 "Emilio F. Olmos", la popular “Escuela del Trabajo” sumó 12 nuevas alumnas a las 54 que ya tenía de años anteriores, rompiendo ya con el estereotipo de que las escuelas técnicas son un territorio masculino.

De 19 años a más de 70

Esta es la franja etaria que compone el grupo. La tecnología, a través de las redes sociales, las une en un mismo objetivo.

Capacitaciones gratuitas

Minetti aportó también que la idea pasa hoy por conseguir capacitaciones gratuitas, porque en la ciudad son muy pocas las exclusivas para mujeres y las que existen tienen pocos cupos. No obstante, al grupo se suelen subir tutoriales, cursos y talleres en oficios que se encuentran por internet y que son de uso gratuito.

CÓMO UBICARLAS

En Facebook: Mujeres con oficio San Francisco y zona

Otra cuestión importante que remarcan las docentes es la necesidad de que la gente cambie lo que llaman “representación social”. “Han pasado casos de que una mujer se presenta a entregar un presupuesto en pintura de obra y el hombre que necesita un pintor le explica a ella cómo debe hacer el trabajo, algo que no pasaría con un trabajador varón. Por eso hay que cambiar la cabeza”, indicaron, como forma de abrirles el juego también a ellas.

Claro que las historias de vida muchas veces marcan contextos familiares, que también llegan al grupo: “Surgieron cosas como la violencia de género y tratamos de funcionar como nexos para que se intervenga en esos casos”, señaló Minetti y recalcó: “Queremos que la mujer que necesita trabajar tenga un grupo donde promocionarse y salir adelante; conseguir pasantías para que las empresas las tengan en cuenta”.