Los fiscales a cargo de la causa por espionaje ilegal que se tramita en la Justicia Federal en Lomas de Zamora pidieron la indagatoria de Darío Nieto, exsecretario del presidente Mauricio Macri, a partir de las pruebas recolectadas en la causa principal por tareas de inteligencia clandestina de la AFI durante la gestión de Cambiemos.

Su teléfono celular, según reveló el diario Ámbito, es una de las piezas fundamentales que motivan el llamado de los fiscales Cecilia Incardona y Santiago Eyherabide que ahora deberá validar el juez Juan Pablo Augé. A su vez, se solicitó que sean nuevamente indagados los extitulares de la AFI Gustavo Arribas y Silvia Majdalani, además de los espías integrantes del grupo “Super Mario Bros”.

A todos se los involucra en el expediente principal que investiga espionaje a políticos, jueces, dirigentes y personalidades. “El objetivo de estas tareas de inteligencia ilícita fue, a partir de la información recolectada, influir en la situación institucional, política y social del país”, fue una de las conclusiones a las que se arribó en la causa. Y que Nieto “conocía especialmente el entramado ilícito que se investiga”, a partir de las “notas” que guardaba en su celular.
 
La nómina de espías sobre los que la fiscalía pide que sean nuevamente indagados contiene a Alan Ruiz, Leandro Araque, Facundo Melo, Jorge “Turco” Sáez, Emiliano Matta y la exsecretaria de documentación presidencial Susana Martinengo. Además, solicitaron lo mismo para Diego Dalmau Pereyra, Gustavo Marcelo Cicarelli, Jonathan Nievas, Andrés Patricio Rodríguez, Javier Bustos, Daiana Baldasarre, Jorge Ochoa, Mariano Flores, Dominique Lasaigues, María Belén Sáez, Juan Carlos Rodríguez, Mercedes Funes Silva y Martín Terra, amigo de Arribas. Denise Aya Tenorio y María Andrea Fermani en la nómina.

Todo mientas se activó, en paralelo, el capítulo de espionaje penitenciario.

La Justicia investiga la conformación de una organización criminal construida desde el propio aparato del Estado Central, en especial desde el Poder Ejecutivo Nacional y una de sus dependencias directas, la Agencia Federal de Inteligencia”, precisaron los fiscales Incardona y Eyherabide. 

Múltiples víctimas

A partir de un dictamen de más de 190 carillas, se relataron los hechos atribuidos a esta organización que tuvo múltiples víctimas, entre ellas, Cristina Fernández de Kirchner y Horacio Rodríguez Larreta, además de dirigentes del PJ, referentes eclesiásticos, diputados, gobernadores y periodistas. Detallaron la existencia de varios grupos de WhatsApp: Super Mario Bross, Grupo Pilar, Grupo Argentina, Grupo LS Tres, y Grupo Cueva en los cuales los espías intercambiaban mensajes respecto a varios “objetivos”. Entre ellos, como publicó este medio el domingo pasado, la responsabilidad de Arribas, Majdalani y Alan Ruiz sobre el espionaje contra Salvatore Pica y Florencia Macri, hermana del expresidente. 

Espionaje político, probado

La calificación provisoria respecto a sus roles los ubica, junto a Dalmau Pereyra a la cabeza de la asociación ilícita dedicada al espionaje político. “La obtención de información y producción de inteligencia que se ha probado en esta causa, y tuvo múltiples y variados destinatarios, consistió, por ejemplo en la obtención de información de una de las principales políticas opositoras al gobierno de Mauricio Macri, Cristina Fernández de Kirchner, a quien siguieron y controlaron sus movimientos, sus actividades partidarias, sus aliados”, indicaron en el escrito. Ese párrafo pareció condensar las conclusiones que podría comprometer al expresidente en el próximo paso de responsabilidades, partiendo de la base que hubo espionaje político en base a las pruebas. Los apodos de las víctimas en las misiones: “CFK”, “Madera”, “Llave”, “Durazno”, “Ramona”, “Pibito”. Otra conclusión. El “flujo de información de inteligencia ilegal” llegaba a “funcionarios del Poder Ejecutivo Nacional”.

Nieto, complicado

Respecto de Nieto, a quien desde Cambiemos se le hizo una defensa pública, la Justicia lo encontró relacionado a varios informes de inteligencia que fueron elevados por Martinengo respecto a la actividad de los mapuches y sobre todo los relativos a supuestos incidentes que se preparaban en diciembre de 2017 con la reforma previsional.

Esas comunicaciones entre Martinengo y los espías Araque y Sáez terminaron comprometiendo a Nieto, considerado el jefe formal de la exsecretaria de documentación presidencial que recibía a los espías en Casa Rosada. El 25 de junio pasado, a las 14:16, Nieto envió un mensaje a Soledad Furneau preguntándole quién era el abogado de Martinengo.

También que borró parte de su celular mientras estaba encerrado en el auto, cuando ocurría el allanamiento a su domicilio. Y que dejó allí una suerte de reclamo dirigido a “Mauricio” para consolidar “un relato coherente”, cuando el caso de espionaje estalló y Martinengo quedó involucrada. El objetivo era “desmentir todo”, en una suerte de contención de daños, según la investigación de la Justicia.

Nota de fecha 19 de junio: “Mauricio me llamó Cristian –seguramente porque la Turca lo llamó (en alusión a Majdalani). Hizo hincapié en que falta un relato, que estos tipos habían estado en la Metropolitana, nosotros los llevamos a la AFI y nadie se hace cargo ni hay explicación para eso, que alguien tiene que tomar el tema Alan Ruiz (no sabe si es de la Turca, de Patricia o de quien) para que desmienta todo”, indicaba Nieto en su mensaje en el que aludía al expresidente y en el que lo ponía al tanto de los avatares del caso y en la escasa reacción que había tenido el PRO cuando empezaron a proliferar los espías bajo su mando. “Pero que lo que falta es un relato y una historia coherente de todo, que no basta con que la Turca diga que es todo mentira y no se haga cargo”, escribió Nieto en su teléfono.

Los legajos, uno por uno
 

El dictamen desarrolla las comunicaciones y mensajes respecto a otros casos de espionaje: la diputada Graciela Camaño y su pareja, el sindicalista Luis Barrionuevo, incluyendo la ráfaga de fotos que obtuvieron de él saliendo de su domicilio. Waldo Wolff, Pablo Bruera, el periodista Hugo Alconada Mon, Hugo y Pablo Moyano, Nicolás Massot y Emilio Monzó figuran enlistados en los legajos de prueba detallados por los fiscales, cuyas pruebas sobre el espionaje ilegal ya habían sido comunicadas cuando fueron citados como víctimas por el juez que inició la investigación, Federico Villena. Allí, los seguimientos y tareas de vigilancia fueron el eje del espionaje.

Rosenkrantz 

La cuestión también abarca el espionaje al presidente de la Corte Suprema Carlos Rosenkrantz a partir de lo que fue el interés de los espías por obtener los registros respecto a la imagen del juez de la Cámara Federal Martín Irurzun y del operador judicial Fabián Pepín Rodríguez Simón tomando un café en un bar. Es uno de los legajos “novedosos” que se incorporaron como prueba para pedir las indagatorias. El padre “Paco” Olveira también estuvo bajo el radar de los espías, que lo califican de “agitador” en los informes que elevaban.

Interna en Cambiemos

Respecto del vicejefe de Gobierno Diego Santilli, además de lo que se expuso sobre sus seguimientos, los fiscales detallaron que el interés de los agentes era establecer su nexo con Ramón Muerza, sindicalista de Comercio sobre quien debían indagar en elementos disvaliosos. “Si el Rafa lo está bancando a (Armando) Cavalieri, de última le pedimos la venia a la patrona y yo me siento con él”. Para la justicia, ese diálogo hace referencia al barra de Boca Rafael Di Zeo -que armaba políticamente con Martinengo, según ella misma declaró- y la “patrona” no sería otra que Majdalani. A todos, espías y exfuncionarios del Poder Ejecutivo los englobaron dentro de una asociación ilícita dedicada a violar la Ley de Inteligencia. Con la recopilación de prueba, esta causa se transformó en el caso de espionaje político con mayor nivel de prueba de la historia reciente.

Con información de Ámbito.com