Transcurrido ya el período de vacaciones de invierno, de a poco, las escuelas retoman el ritmo de sus clases virtuales con el desafío de reformular las estrategias pedagógicas para fortalecer el vínculo de la escuela con la familia y el niño.

Los últimos meses fueron excepcionales para todos y garantizar el desarrollo de la educación supuso un cambio importante de rutina con estrategias que debieron ser flexibilizadas por parte de los docentes teniendo también que afrontar, sin ser responsables de ello, los problemas de conectividad y de acceso a la tecnología.

En ese marco, María Azucena Sánchez, inspectora de Educación Primaria Zona 2330, explicó a El Periódico que junto a los directivos de las instituciones locales se encuentran en una etapa de procesamiento de la información recolectada de los informes realizados del primer cuatrimestre, con el objetivo de trabajar en esas nuevas estrategias.

“Partimos con mucha predisposición para mejorar las estrategias que se pusieron en marcha. Estamos reformulando las estrategias de vinculación con las familias y los chicos, la planificación de aprendizaje y contenidos imprescindibles, acompañando con la evaluación formativa para que los alumnos sepan cómo continuar su proceso de aprendizaje”, señaló.

En ese sentido, Sánchez explicó que “de algún modo los docentes debieron flexibilizar estrategias donde se establecieron tiempos y modalidades que tuvieron que ser modificadas en el trascurso permanentemente”.

Expectativas

“Notamos un gran agotamiento al finalizar la primera etapa y este inicio genera una gran expectativa por la presencialidad, pero tratamos de trabajar para que el aprendizaje siga aconteciendo más allá de la presencialidad y que sigamos construyendo una escuela justa para todos, con mayores y menores dificultades en algunos contextos, pero garantizando el derecho a la educación”, indicó Sánchez.

Asimismo, la inspectora resaltó el trabajo de los docentes en la primera etapa donde se “intensificaron las situaciones laborales” y remarcó que “no es fácil calendarizar y ser estrictos con tiempos y espacios cuando uno tiene que tener en consideración al otro, que puede o no responder una actividad en un determinado tiempo”.

“Ha sido un tiempo intenso de trabajo institucional, de relaciones y vinculaciones con la familia, al comienzo con algún grado de resistencia a todo lo nuevo en tecnología, pero finalmente la mayoría de las escuelas y de docentes están en uso de ellos, privilegiado la vinculación con los niños como punto favorable para plantear el desarrollo de esta segura etapa”, explicó.

“Sabemos que nos toca afrontar una modalidad que es totalmente inédita en el sistema educativo y que no estábamos preparados, pero con distintas estrategias hemos sostenido el vínculo con niños y la familia, desde diferentes modalidades escolares dependiendo del contexto”, dijo la inspectora Sánchez.

Cabe recordar, que hace una semana atrás el minsitro de Educación de Córdoba, Walter Grahovac, indicó que había expectativas de retomar el ciclo lectivo en agosto. Sin embargo, por el ascenso de contagios y de localidades con brotes, “hemos considerado que no es oportuno el regreso a las aulas".

"Este año no termina en diciembre como es habitual, va a tener continuidad el año que viene", completó Grahovac.

Padres agotados

Para los padres el aprendizaje en casa supuso una carga horaria superlativa a la hora de acompañar al niño en el proceso de aprendizaje. También ellos debieron enfrentar desafíos que fueron variando también con las flexibilizaciones del aislamiento y el regreso a sus trabajos.

“Al principio fue un caos, por muchas razones: la incertidumbre de no saber lo que pasaba, el miedo, después nos tuvimos que quedarnos encerrados, en mi caso estoy separada y tuve que hacerme cargo de todo, seguí trabajando pero lo tuve que reestructurar. Ver también el tema de la tecnología, que la computadora esté en condiciones, la impresora y los programas”, contó María Inés Vaudagna, mamá sanfrancisqueña de dos niños.

“Quedó colgada la ropa nueva, el equipo de educación física, las chombas, fueron dos semanas y quedo todo archivado. La mochila nueva con el color que le gustaba, quedó todo acá estacionado”, señaló la mamá, que tiene a su hijo cursando el primer grado.

Su hijo menor comenzó primer grado, con todo lo que eso significa, y ello requirió mayor predisposición a la hora de sentarse a hacer las tareas. “No logramos que pueda leer solo, seguimos intentándolo con mucha paciencia para que lo logre, pero creo que lo que falta es compartir en un aula esta experiencia con sus compañeros, que si el compañero pudo yo también voy a poder y eso motiva a avanzar. Le dedico mucho tiempo porque el 100% de las actividades las hace conmigo”, explicó.

La escuela virtual sigue: entre las nuevas estrategias y el desgaste en la familia
María Inés junto a sus hijos.

En tanto, su hijo mayor cursa el quinto grado, pero también requirió un mayor acompañamiento ya que los contenidos eran un poco más avanzados “con otros tipos de libros, diferentes textos y búsqueda de información en internet que significó también un aprendizaje nuevo”.

Tiempos

Por otro lado, la mujer sostuvo que tuvieron que elegir las actividades -priorizando la escuela- porque no tenían tiempo para responder todas las solicitudes, además de tener que lidiar con la motivación, el estado emocional y psicológico.

“No podíamos con todo, es imposible por una cuestión de mis tiempos y los de ellos; hoy con ellos todo lleva más tiempo, pasa por las ganas y la motivación, hace muchos meses que viven encerrados sin ver sus amigos y están muy desmotivados. Les cambió la rutina: ya no van al club, no hacen deportes, no ven a sus referentes, a sus maestros, no es lo mismo”, explicó.

Para esto fue determinante construir una rutina que estuvo sujeta a la motivación y también a la situación del momento. “Fue un proceso, tomamos el horario de la siesta, pero hay días que tenían muy pocas ganas o salió más el sol y tienen ganas de estar en el patio entonces lo distribuimos, algún día hacemos un poco más y otro menos. Además, mamá es mamá, no es la seño de la escuela, a mamá la hacemos renegar un poco más”, dijo a modo de reflexión.

Vaudagna destaca como positivo el hecho de que sus niños hayan podido desarrollar un mayor aprendizaje de la tecnología y remarcó las bondades de aprender de manera virtual. “Para el 25 de mayo la seño se disfrazó y les explicó todo, eso lo hizo un poco más fácil y los atrapó, la seño les lee cuentos, les enseña a sumar y restar con videos que lo podemos ver todas las veces que necesitemos. Fue 100 por ciento beneficioso”, indicó.

“Todos hicimos lo mejor que pudimos, no sé cuál va a ser el resultado en cuanto a conocimiento, tengo mis dudas porque no es lo mismo, pero no quedan dudas de que tanto los papás como las maestras ponemos y pusimos lo mejor. Los resultados seguramente los veremos más adelante”, concluyó.


Situaciones complejas

La inspectora Sánchez descartó de plano la deserción escolar, aunque señaló que se presentaron varias situaciones complejas que requirieron la intervención de docentes, directivos y hasta de la inspección. “En algunas situaciones hemos tenido que dar intervención a la UDER porque eran situaciones complejas y hemos tenido respuestas de las familias en estas intervenciones”.

“La realidad es dinámica, en algún momento contamos con todos, pero por ahí notamos que alguno hace demasiadas intermitencias de en la presentación de las cosas y estamos atentos. La realidad nos plantea desafíos muy dinámicos”, sostuvo.