La crisis económica y la pandemia por coronavirus habrían generado un fuerte crecimiento de los niveles de pobreza e indigencia en la población infantil de todo el país, según un estudio difundido ayer por Unicef Argentina.

La estimación del organismo internacional señala que entre diciembre de 2019 y diciembre de 2020, la cantidad chicas y chicos pobres pasaría de 7 a 8,3 millones. El estudio generó datos actualizados sobre la ocupación de los jefes y jefas de hogar, el acceso a alimentos y la percepción de programas de transferencias sociales.

Las nuevas proyecciones alertan que, en diciembre de este año, el porcentaje de niños y niñas pobres alcanzaría al 62,9 por ciento. Unicef basa sus cálculos en datos oficiales del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) y pronósticos sobre la caída del Producto Bruto Interno provenientes del Fondo Monetario Internacional (FMI).

La encuesta de Unicef muestra que, más allá de la apertura de actividades, de la flexibilización de la cuarentena en algunas parte del país y de los programas de asistencia al trabajo y a la producción lanzados por el Gobierno nacional, hay 2,6 millones de hogares que vieron reducir sus ingresos laborales en los últimos meses.

La representante de Unicef Argentina, Luisa Brumana, destacó que el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) alcanza al 47 por ciento de los hogares, frente al 22 por ciento que lo recibía en abril. “Son 13 millones de personas que habitan en 2,8 millones de hogares donde al menos un miembro recibe el IFE”, dijo Brumana.

Y señaló que la continuidad de los programas de protección social “es clave para evitar que más hogares caigan en la pobreza extrema”. “Deben redoblarse los esfuerzos para que ninguna familia vulnerable se quede a fuera de estos beneficios”, agregó.

Alimentos

Una de las variables en las que impacta con más fuerza la disminución de los ingresos en los sectores vulnerables, es en el consumo de alimentos. Programas como la Tarjeta Alimentar, entre otros, hoy alcanzan al 36 por ciento de los hogares, y ello permitió que el porcentaje de hogares que dejó de comprar algún alimento por no tener dinero disminuyera levemente del 28 al 26 por ciento.

No obstante ello, la concurrencia a comedores populares aumentó durante la pandemia (pasó del 8 al 10 por ciento), aunque mejoró notablemente el acceso.

La encuesta de Unicef remarca una situación más crítica en los barrios populares. “El coronavirus afecta la vida de los chicos y las chicas de todas las clases sociales, pero en las familias más pobres el impacto es mucho mayor”, afirmó Sebastián Waisgrais, especialista en Inclusión Social del organismo.

En el 15 por ciento de los hogares encuestados tiene hoy que recurrir a algún préstamo o fiado por parte de algún comercio para comprar alimentos. Pero esa proporción aumenta al 29 por ciento cuando el hogar no tiene ingresos laborales; al 25 por ciento en los barrios populares; y al 22 por ciento para los titulares de la Asignación Universal por Hijo.

Covid-19

La encuesta de Unicef no sólo midió el impacto económico en las familias con niños. También incluyó percepciones frente al aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO), la situación emocional de los adolescentes y la percepción de las salidas recreativas, entre otras dimensiones.

A poco de cumplirse 160 días de conocerse el primer caso de Covid-19 en Argentina, y a 140 días de implementarse en el país el Aspo, el 87 por ciento de la población afirma que la cuarentena obligatoria puede evitar el contagio de coronavirus en su hogar.

Si bien disminuyó casi 10 puntos de abril a julio, la aceptación de esta medida aún es muy alta entre los hogares con niños y en una fase donde la protección dependerá cada vez más de las familias.

Fuente: La Voz del Interior