Hace casi un mes atrás, un perrito mestizo había sido arrojado de una camioneta sobre autovía 19, en jurisdicción de Frontera. El animal había sido ferozmente golpeado y tenía su hocico atado, pero pudo ser rescatado a tiempo y hoy tiene un nuevo hogar con una familia de San Francisco.

Juan Bautista, como fue bautizado por la ONG Proyecto Pulguitas, fue adoptado por Vanesa Vélez, quien le dio una nueva oportunidad, una familia y mucho amor.

"Nosotros nos enteramos de él en redes sociales porque estamos siempre viendo las historias de la ONG y porque ya habíamos tenido contacto. Cuando vimos su historia, de la forma que lo tiraron, nos dio mucha pena y nos pareció que podíamos ofrecerle un hogar para que vuelva a tomar confianza con la gente y que pierda el miedo por todo lo que le hicieron", relató Vanesa.

"Hace un tiempo adopté a una perrita de la cuadra que la chocaron y se perdió, la encontramos al tiempo y me la traje, pero es muy arisca y no se quiere quedar en casa así que está siempre dando vueltas en la cuadra", contó Vanesa.

La mujer explicó que hacía un tiempo que la familia buscaba adoptar a un perrito y vio en Juan Bautista una oportunidad de darle una mejor vida. "Con mi marido pensamos en darle una oportunidad, más allá de que en casa no tenemos un patio tan grande, tenemos al frente un buen lugar para que corra. Además, mi hija también quería adoptar un perrito y poder sacarlo a pasear", señaló.

"Lo pensamos porque no sabíamos si se iba a adaptar, por ahí no sabíamos de dónde venía o cómo era su vida anterior, la idea era ver con el paso del tiempo, pero él es feliz y verlo así de bien nos pone muy felices a nosotros también, es una satisfacción enorme haberle cambiado la vida y que vuelva a confiar", indicó.

"Nosotros trabajamos, él está acá adentro y cuando llegamos salimos a correr un poco, es muy feliz, va y viene con mucha confianza", relató.

La nueva vida de Juan Bautista, el perrito que había sido abandonado con el hocico atado

Confianza rápida

Juan Bautista casi no tiene secuelas de su maltrato. Por el contrario, es muy amoroso, algo tímido pero en pocos minutos toma confianza. "El primer día tenía mucho miedo, pero le duró apenas una hora y media. Lo dejamos un rato largo adentro con nosotros, para que se ambiente y nos conozca, no le llevó nada porque le hicimos un par de caricias, le hablamos y retomó la confianza enseguida", contó Vanesa.

"Tenemos una gata, pero se llevan bien. Ella estaba acostumbrada a estar sola en la casa, pero fue cuestión de tiempo para que se adapten", indicó. 

"No le quedó ninguna secuela, siempre le saco fotos y videos porque es increíble. Pareciera que lo tenemos de toda la vida", destacó.

"Unos días antes de traerlo le fuimos a comprar las cosas: una casita, una cuchita, un hueso de juguete y hasta un poncho", dijo Vanesa.

La nueva vida de Juan Bautista, el perrito que había sido abandonado con el hocico atado

"Demostrarle amor"

Vanesa no puede explicarse y no se imagina lo que pudo haber hecho Juan Bautista para terminar de ese modo. Y es que ninguna acción justifica su maltrato. "Fue muy cruel lo que le hicieron y lo peor es que si esa persona lo quisiera acariciar de nuevo él lo aceptaría, porque los animales son así. Tengo una nena chica y podría no traerlo, pero quisimos darle una oportunidad y demostrarle amor, son animales y aprenden lo que les enseñas", comentó.

"Nosotros nos preguntamos qué pudo haber hecho porque es muy cariñoso, no sabemos por qué le hicieron eso. Vimos muchas publicaciones de animales maltratados, la gente es muy cruel, siempre quisimos adoptar a alguno, aunque sea como hogar transitorio y un día llegó Juan Bautista. Tenía que ser él", concluyó.

La nueva vida de Juan Bautista, el perrito que había sido abandonado con el hocico atado