El secretario de Gobierno, Damián Bernarte aseguró que desde la Municipalidad existe preocupación ante lo sucedido este fin de semana, cuando se desactivaron tres fiestas clandestinas en distintos barrios, donde participaban más de 200 personas en total.

El funcionario pidió conciencia a la población para que cumpla con la legislación vigente en el marco de la pandemia del coronavirus, respetando las medidas sanitarias. También analizó el rol del Estado en materia de control, destacando que la ciudad no tiene, hasta el momento, circulación del virus.

- ¿Qué análisis merece lo sucedido este fin de semana con las tres fiestas clandestinas que se desarrollaron y que pudieron ser detectadas?

Vemos con mucha preocupación lo que se pudo constatar este fin de semana. Pareciera que los ciudadanos esperan que el Estado, en el rol de padres nos esté controlando pero siempre la responsabilidad por los sucesos es de quien nos debía controlar. La preocupación es ese pensamiento de ‘lo hacemos mientras el Estado no nos vea; si nos ve nos retiramos y vemos qué pasa. Sino seguimos’.

- No se tiene en cuenta las consecuencias de lo que podría suceder.

El tema es no reparar en las consecuencias, esta cuestión de no ponerse en el lugar del oro y que el Estado puede no enterarse. Pero con que haya una sola persona, en un espacio cerrado, con poca ventilación y aglomeración de gente puede disparar una escalada de casos que sea muy difícil de controlar en la ciudad. Y en el caso que se produzca, la culpa la tendría el Estado en ese rol de padre porque no nos controló bien.

Lo que vemos es que nunca terminamos de asumir como individuos que vivimos en sociedad y que tenemos responsabilidades. Si cada uno de nosotros hiciera ese planteo seguramente no pasaría esto que ocurrió, pero siempre ponemos la culpa afuera.

- ¿A qué atribuye esta cuestión de no respetar lo que dice la norma, que prohíbe este tipo de encuentros?

Primero es la cantidad del tiempo trascurrido donde las actividades de todo tipo que forman parte de la normalidad de los vecinos se vio alterada en lo laboral, lo social, y deportivo. El primer factor es ese. La segunda cuestión es que la gente siente que la Municipalidad los está cuidadnos, se relaja porque hay controles en los accesos y no hay circulación del virus. Finalmente, la cantidad de casos diagnosticados con Covid-19 en la ciudad es muy baja. Entonces aparece esa cosa de decir ‘estoy podrido, cansado, acá se controla y no hay enfermos, y juntémonos que no va a pasar nada’. Pero la alta transmisibilidad de la enfermedad hace que una sola persona infectada presente en un lugar con mucha gente genere un brote de casos. Ha pasado en otros lugares. Si no, ¿por qué las reuniones familiares son hasta diez personas? Porque es más fácil localizar y neutralizar contactos estrechos. ¿Qué pasaría en una fiesta de 70 personas en esas condiciones? La potencialidad de la trasmisión de la enfermedad es altísima y muy difícil sería localizar los contactos estrechos de cada uno de los participantes.

- ¿Qué mensaje debería quedar después de este fin de semana?

Lo que pasó este fin de semana debe servir para parar la pelota, pensemos en la responsabilidad que tenemos como individuos que viven con otros, en una comunidad. Decisiones que tomamos afectan la vida de otros, donde está en jugo la salud y la vida. La Municipalidad no tiene interés de hacer tareas de investigación para saber dónde se va a reunir la gente. Pensemos en los que no se detectan.

- ¿La gente involucrada se expone a sanciones administrativas pero también penales?

Exacto. Estos casos implican el inicio de una causa judicial, el ir a prestar declaraciones como imputados de un delito. La cuestión administrativa, en tanto, deriva en sanciones de carácter económico porque se infringió normativa municipal, no se respetaron normas de distanciamiento social. Habría que preguntarle a la gente si está dispuesta a tener antecedentes penales por violar la ley durante la pandemia. No puede haber un policía o inspector al lado de cada vecino, la responsabilidad empieza por nosotros.