La Sociedad de Bomberos Voluntarios San Francisco es una de las instituciones más legendarias de la ciudad. Fue la primera en crearse en el interior del país y, durante muchos años, su Cuerpo Activo fue el encargado de cubrir emergencias locales y de las zonas aledañas. Todo el establecimiento progresó gradualmente junto a su personal. Lo mismo ocurrió con el paso de 50 vehículos, cada uno de ellos pensados estratégicamente para mejorar su servicio a la comunidad. Los anteriores jefes, hoy pertenecientes al cuerpo de retirados, Jorge Ronconi y Luis Silvestrelli, revisarán algunas de las antiguas unidades con las que contó el cuartel, hasta la presencia de las actuales.

En un primer momento, las iniciales autobombas de la entidad eran creadas por los mismos voluntarios que, con sus destrezas, armaban lo necesario para formar camiones que pudieran ser utilizados para los fines deseados.

En los originarios rodados, los operarios acudían a los siniestros agarrados de la parte trasera del carrozado. “A nivel seguridad, no era lo correcto”, dijo Ronconi. Por lo tanto, alrededor de 1993 se compró el primer coche con doble cabina para dirigirse a las emergencias, una decisión que fue tomada a partir de un percance ocurrido con un camarada. En consecuencia, Silvestrelli expresó: “Resolvimos apostar a más protección y dijimos ‘basta’ a ir colgados atrás”.

Las inversiones en autobombas fueron sucediendo en base a los requerimientos del momento. “Las circunstancias hicieron ver la necesidad de unidades más chicas, para llegar rápido a los siniestros. Cuando la ciudad creció, vimos la exigencia de comprar más grandes, con más capacidad de agua. Cuando advertimos que tampoco bastó para cuidar a la ciudad, creamos el Destacamento”, manifestó Silvestrelli. También hizo alusión a la “conducta” de comisión directiva que “nunca se interpuso ni se negó” a la compra de equipos.

Además, Ronconi recalcó los recursos genuinos que tuvo siempre la institución a través de los socios, de la División Seguridad, del salón de eventos y de donaciones. “El 80 por ciento se hizo con estos medios. Hay que agradecer en estos 83 años a la población de San Francisco porque persistentemente tuvieron el concepto de ayudarnos, nosotros siempre hemos mostrado transparencia en lo que destinamos el dinero”, mencionó. 

Bomberos destinó 50 unidades al servicio de la comunidad

Las unidades más memorables

En su paso como voluntario, Ronconi remarcó cuáles eran los vehículos que más se destacaron en la década del 70. En este marco, añadió: “Yo rescato las unidades 12, 13 y 14. Las primeras dos eran autobombas pesadas con capacidad de 3.500 y 2.500 litros de agua, que tenían como característica la velocidad, porque eran motores nafteros que viajaban rápidamente. Éstas trabajaron en los siniestros más grandes que tuvo la institución hasta el día de hoy, por ejemplo, el incendio del molino Boero”. Por otra parte, el equipo 14, fue diseñado para rescate en accidentes vehiculares y estuvo presente en la tragedia del ferrocarril en Sa Pereyra. 

Ambos entrevistados, coincidieron en que la anécdota “inolvidable” fue la llegada de la escalera mecánica destinada para rescates en altura, perteneciente al rodado nº 25. Su origen se remonta en Estados Unidos y sus dimensiones consistían en 25 metros de largo y una escalera que alcanzaba los 32 metros de extensión. La presentación fue todo un “acontecimiento” para la época. “Siempre se reciben con toque de sirena. En esa oportunidad, salimos a recorrer la ciudad. Recorrimos 25 de mayo, y ahí la expusimos”, dijo Silvestrelli. 

Bomberos destinó 50 unidades al servicio de la comunidad

Actualidad 

El cuartel de San Francisco, cuenta con 11 unidades distribuidas entre las instalaciones de Garibaldi y Cervantes. Las distintas carrocerías se dividen en autobombas pesadas y livianas, junto a transportes de personal y logística. El encargado del departamento automotores, Sargento 1º Gerardo Musto, aclaró que Bomberos “no queda ajeno al avance tecnológico a nivel mundial”, por lo que siempre se encuentran “innovando, buscando, modificando” sus vehículos para atender emergencias.  En este marco, explicó que desde hace “pocos años” se buscó añadir camiones que sean “multipropósito”, es decir, que cubran con la mayor parte de necesidades en siniestros.

También mencionó que los equipos tienen que quedar siempre en condiciones y preparados para una nueva salida lo cual “lleva tiempo” y sobre todo un costo muy alto, de aproximadamente 80 mil pesos de mantenimiento.

“Son rodados de mucha tecnología y, al tener 11, los gastos son dinámicos y en diferentes momentos se hace difícil afrontarlos”, añadió. Al día de hoy, el suboficial aseguró que el cuartel “está diseñado para afrontar las emergencias que se presentan”.

Por último, agregó: “Nunca tenemos un límite, siempre estamos sumando para dar una mejor atención a aquellos que nos necesitan, como así también darle lo mejor a nuestros voluntarios”.