Daniel Alberto (64) nació en San Martín de las Escobas, un pequeño pueblo de la provincia de Santa Fe. Allí nació su sueño por ser jugador de fútbol. Desde chico planificaba sus propios entrenamientos, de manera precaria y como él lo cuenta -a carcajadas- "hacía cualquier cosa", porque era joven y por aquel entonces "no tenía ni siquiera un entrenador ni nadie que le enseñara".

Alberto era marcador central y llegó a Sportivo Belgrano cuando tenía 18 años, se afianzó en la "verde" y hasta se asentó en San Francisco con un buen trabajo en el Banco Hipotecario. Pero sus sueños pasaban por el fútbol, apenas unos años después de su llegada se encontró con la posibilidad de jugar de manera profesional y no lo dudó.

"Me la juego, dejé el banco y me fui a Independiente. Tenía 20 años y no pensaba tanto en lo económico, yo desde chico quería ser jugador de fútbol. Mi pasión siempre fue llegar a ser jugador de fútbol profesional y tuve la suerte de poder realizarlo", contó en diálogo con El Periódico.

El reto de Grondona, Pastoriza y un título inolvidable 

Alberto contó que su llegada a Independiente se da a través de Pablo Pagani, un empresario que era socio de Pastoriza -quien en ese momento estaba en Mónaco- y que lo contactó para llevarlo a un club de primera. "A mí me habían suspendido por 6 meses, entonces Pagani me dijo que siga entrenando porque me quería llevar con Pastoriza", explicó.

"Cuando me voy a Independiente todavía estaba suspendido, Sportivo no puso ningún reparo en dejarme ir, primero fui a préstamo y después me vendieron. En un partido contra Racing, un clásico, Pastoriza me puso en el banco de suplentes pero no entré y menos mal, al otro día me llama Julio Grondona -presidente de Independiente por aquel entonces- y me dice ‘cordobés vos sos estúpido, como no avisaste que estabas sancionado, si jugabas nos podían sacar los puntos, nos matan a todos’. Yo pensé que ya sabían todo eso, entonces arranqué jugando en la reserva", recordó.

"Después fui a la pretemporada con el plantel de primera y empecé a jugar, los titulares eran Villaverde y Trossero, Pastoriza me puso de cuatro un tiempito, pero no era mi puesto. Así que tenía que esperar que ellos estén lesionados o suspendidos para jugar, tenía que esperar porque ellos eran los mejores centrales que tuvo Independiente", rememoró.

"Para que nadie saliera, a los solteros, Pastoriza nos hacía concentrar los viernes a la noche. Íbamos a dormir al hotel donde concentramos, el sábado llegaban los casados y también dormíamos ahí. Pero el viernes había que ir a dormir sí o sí", contó Alberto. 

"Y no eran sólo grandes jugadores sino también excelentes personas, con Villaverde era muy amigo, él era de Santa Fe, con Enzo también, pero era más cercano a Villaverde", dijo Alberto.

Daniel Alberto, el hombre que dejó su trabajo en un banco y apostó por el fútbol
Alberto en Independiente.


El cierre de la temporada no podría haber sido mejor, el "rojo" se consagró campeón del Nacional 1977 tras empatar con Talleres en Córdoba con tres hombres menos. "Nos echan Galvan, Trossero y Larrosa perdiendo 2-1. Talleres pierde un campeonato increíble", recordó.

"Esa noche pasamos de largo, había que estar al otro dia para tomar el avión nomás, me acuerdo que Pastoriza me dice ‘pibe festejalo que no sabes si vas a salir campeón otra vez’, y tenía razón...", indicó entre risas.

Alberto menciona Pastoriza y no le alcanzan las palabras para describirlo. Sin dudas un personaje que le dejó muchas enseñanzas y que fue como un padre para él. "Un ser extraordinario, manejaba muy bien el vestuario, formidable, un fenómeno como persona. No tenía estudios secundarios pero tenía mucha calle, un tipo bárbaro para manejar el grupo. Me ayudó muchísimo, estoy muy agradecido por todo lo que hizo por mi y por todos", destacó.

Daniel Alberto, el hombre que dejó su trabajo en un banco y apostó por el fútbol
Independiente campeón 1977.

Un susto con Bertoni

Ni bien llegó a Independiente, Daniel recordó que tuvo un episodio bastante fuerte con Daniel Bertoni, pero el propio Pastoriza lo aconsejó y solo quedó como una anécdota. "Hice la prueba en la cancha auxiliar, titulares contra la reserva y los que estábamos a prueba. En un momento lo choco a Bertoni y me dijo de todo, yo me asusté porque era Bertoni. Después me agarró Pastoriza y me dijo: ‘pibe vos tenes que jugártela, así que si tenes que ir fuerte hacelo nomas, sin mala intención, dejalos que lloren vos gánate tu lugar’", explicó.

Una extensa carrera en Francia

Tras jugar en Independiente, Alberto emigró al fútbol francés. Fue en la época del Mundial de 1978 cuando un grupo de franceses vinieron a la Argentina para observar jugadores. Por recomendación de Menotti, la idea era verlos a Humberto Bravo -de Talleres- y a Enzo Trossero -de Independiente-, pero terminaron llevandose a Alberto y al santiagueño Bravo.

"Vinieron a verlo a Trossero y justo ese partido jugué yo de titular porque Villaverde no estaba. Grondona no lo quiso largar a Trossero en septiembre porque en diciembre había elecciones y no quería desarmar el equipo porque Bertoni ya se había ido a Sevilla. Entonces le propuso que vaya yo a préstamo y después de las elecciones iba Trossero, y los franceses aceptaron. Fui a préstamo, pero me terminé quedando 12 años allá", relató.

Alberto llegó al Paris FC, un equipo casi de barrio que era el clásico del famoso PSG. "Los clásicos no eran como acá, se jugaba en el Parque de los Príncipes y el Paris FC no tenía mucha hinchada, el PSG todavía no ganaba campeonatos pero tenía mucha hinchada, llenaba la cancha siempre. Los poderosos en esa época eran el Olympique de Marsella, Nantes, Saint-Étienne, Estraburgo, esos eran los más grandes", señaló.

Los domingos, con Bianchi. "Él jugaba en PSG, entonces nos juntábamos todos los domingos a la noche a ver los goles de Europa. Quería ver todos los goles porque quería ganar la Bota de Oro, era un obsesionado del gol, un distinto", recordó.

Daniel Alberto, el hombre que dejó su trabajo en un banco y apostó por el fútbol
Alberto marca a Bianchi en un clásico de París.

Adaptarse a otro país, otras costumbres y otro fútbol no fue fácil, pero Alberto se las arregló para aprender el idioma y así poder desempeñarse mejor. "Hay que tener mucho esfuerzo personal, te ayudan pero tenes que aprender a hablar, al principio trataba de comunicarme con señas, pero tenes que hacer el esfuerzo vos. Bravo firmó por 5 años, pero no se adaptó, no le gustó, no hizo el esfuerzo para aprender a hablar y se volvió al año", indicó.

"Allá se juagab con stopper y liíbero, no se jugaba tanto en zona. Los stoppers medían 1.90 y a Bravo lo mataban porque no estaba acostumbrado a jugar así. Él venía de Talleres con Ludueña, Valencia, Alderete que jugaban cortito y al pie, con paredes, todo por abajo. Allá lo mataban a pelotazos, lo chocaban, era distinto", contó Alberto. 

Daniel Alberto, el hombre que dejó su trabajo en un banco y apostó por el fútbol
Alberto en París FC.

"Para mí también fue un cambio grande, yo venía de Independiente, con Pastoriza que le gustaba el  juego asociado. Allá se jugaba más con dos o tres pases y pelotazos arriba, centros, cabezazos, era diferente. Pero como defensor yo creo que me resultaba más fácil ese juego que el de Argentina. Allá eran más previsibles los jugadores, pero físicamente tenías que estar muy bien porque eran 90 minutos con ese juego intenso", explicó.

En Francia, Alberto jugó en Paris FC (1978-1979), Lens (1979-1982), Rouen (1982-1986), Stade Lavallois (1986-1988), Nîmes Olympique (1988-1989) y FC Tours (1989-1990).

Una etapa terminada

A principios de los 90, Alberto se volvió de Francia. Tenía 34 años y decidió retirarse del fútbol profesional. Tras su regreso comenzó su carrera como DT donde dirigió a 12 equipos, entre ellos a Sportivo Belgrano en el Argentino A y a 9 de Julio de Morteros en el Argentino B. Su último club fue Antártida Argentina en 2016.

"Cada cual tiene un período, como jugador, cuando llegás a los 32 o 33 ya pensas en el retiro, siempre hay excepciones, siempre hay un distinto de la cabeza o del físico que puede jugar mucho más. Y creo que como DT también. Son etapas de la vida, la mía ya pasó y ahora hay que dejar a la gente joven que tiene más entusiasmo, que contagie más, que transmitan sus ideas y pensamientos", explicó.

Daniel Alberto, el hombre que dejó su trabajo en un banco y apostó por el fútbol
Alberto en Antártida Argentina.

"Ahora veo el futbol pero en casa, veo al Barcelona porque me gusta el estilo de juego, la técnica de los jugadores, a Messi. Disfruto de otra manera, más tranquilo: me tomo un café, me tomo una cervecita, lo disfruto", señaló.

"Cuando Sportivo juega de local voy siempre, pero tranquilo. Soy medio raro porque me gusta estar donde hay poca gente, donde no está el griterío. Prefiero verlo, disfrutarlo y analizarlo pero para mí mismo, no para dar explicaciones a nadie. Yo soy muy reservado, pero la gente es muy respetuosa también. Y me gusta eso", indicó.

Su carrera como DT

Fue entrenador de Sportivo Belgrano (1992, 2002 y 2003), 9 de Julio Olímpico de Freyre (1993-1994), Tiro Federal de Morteros (1995-1996 / 1999-2001), Sportivo Suardi (1997), Sociedad Sportiva de Devoto (1998), Colonia Marina (2004), El Expreso de El Trébol (2005-2006) y Americano de Carlos Pellegrini (2007).

Pero como si eso fuera poco, también fue coordinador de las divisiones inferiores de Sportivo en 2008 y tras la renuncia de Cristian Domizi en el 2009 se hizo cargo del equipo en el Torneo Federal A. Dirigió 24 partidos y lo salvó del descenso (ganó 8, empató 9 y perdió 7).

También dirigió a 9 de Julio de Morteros en la temporada 2010/11 del Torneo Argentino B, volvió a El Expreso de El Trébol y posteriormente a Centro Social de Brinkmann. En el 2016 estuvo al frente del Club Atlético Antártida Argentina que fue su último club como entrenador.

La anécdota con Francescoli: “No Alberto, no podés decirme eso” 

El uruguayo Enzo Francescoli llegó al fútbol francés en 1986, jugó en Racing Matra de París y en Olympique de Marsella, pero en su estadía por el país 'galo' tuvo un fuerte encontronazo con el propio Daniel Alberto.

"Tuvimos un par de agarradas, en un partido jugamos en contra, yo le dije unas barbaridades irreproducibles. Cosas que quedan en la cancha y me quería pelear, me quería matar. Terminó el partido y me vino a buscar, salió corriendo y se chocó a un policía, estaba loco conmigo", recordó.

"Un par de años después nos encontramos en un amistoso donde jugamos los sudamericanos contra el Nantes y me decía así: 'No Alberto, no podés decirme eso', todo pausado como habla él. 'Y bueno son cosas del fútbol que quedan dentro de la cancha, yo no tengo nada contra vos, no yo tampoco y quedó todo bien'. Son anécdotas de los partidos del fútbol...", contó con nostalgia.

*En 2019, Francescoli brindó una entrevista con TNT Sports y recordó la anécdota, aunque el canal porteño lo nombra como Mario Alberto.