“Se piensa que la medicina tiene que ser una cosa seria y que el arte pertenece a gente poco seria, pero en realidad no es así. Es muy serio lo del arte y es una terapia impresionante”, reflexiona la doctora Cecilia Passamonte, médica generalista y actriz amateur.

Julio Kohan es médico oftalmólogo y hace pocos meses se interesó en descubrir el encanto de la actuación y se animó a sus primeros papeles.

Ambos integran el taller de teatro La Puerta y son algunos de los profesionales de la salud que se dedican al arte, no solo para “cortar” la rutina, sino también para autodescubrirse, coinciden en una charla con El Periódico.

- ¿Cómo llegan a involucrarse en la actuación?

Cecilia: No hace mucho, dos años y medio. Pero empecé por Laura Granado que es nutricionista, con la que tenemos un equipo que brinda charlas de nutrición escolar y formamos un grupito que se llamaba “Comer con arte”. Hacíamos cosas en las escuelas e interpretábamos obras para hablar de alimentación saludable. Laura empezó a motivarme con que podía empezar a actuar. Y en eso abrió el grupo La Puerta y dije que sí. Al poco tiempo de empezar, Carlos (Pioli) y Verónica (Gieco), los directores, me ofrecieron actuar en una obra que se llama Damas y en la inconsciencia total dije que sí y me di cuenta que no era un chiste. Se piensa que la medicina tiene que ser una cosa seria y el arte pertenece a gente poco seria y en realidad no es así. Es muy serio lo del arte porque una expresa otras cosas y además es una terapia muy efectiva.

Julio: Pareciera que si sos médico no podés ser otra cosa y en realidad podés abrirte a un montón de actividades. Nunca había tenido mucha relación con el arte, pero una cosa llevó a la otra. Mi esposa me anotó en el grupo de padres de la escuela Hermanos Maristas para colaborar con las actividades del año y me tocó el grupo que prepara teatro para el día del Niño. Empecé a participar de las obras del colegio y últimamente ya me llamaban para el protagónico. Entonces otra compañera de grupo empezó a insistirme a que vaya a La Puerta y me convenció, no le costó mucho (ríe).

- ¿Recibieron algunas miradas de desconfianza ante su nuevo desafío?

Julio: Nunca me limitó el hecho de tener un título para hacer lo que me gusta y tengo ganas de probar, no me importa mucho lo que pueda llegar a decir la gente. Si me gusta lo hago. En mi caso la dificultad mía es tratar de crear algo propio, un personaje, poder largar solo, necesito más la guía de los directores, pero quizá porque soy muy nuevo en el tema.

Cecilia: Hace algunos años trabajo con adolescentes y niños, creo que eso me dio mucha libertad. Antes era mucho más estructurada, los adolescentes me ayudaron mucho en aprender de lo que uno siente, a tener más energía para hacer las cosas que uno desea sin importar la edad. También me encuentro con que se me dificulta para construir un personaje y aprender la letra, una cosa son los libros de farmacología y otra es aprenderse las letras de un diálogo (ríe). A mí me costaba en un principio porque venía de otro palo y ahora me estoy soltando.

El arte como terapia: son médicos y dejan sus batas para actuar

- ¿Qué descubrieron con el teatro?  

Julio: A soltarme más al momento de expresarte y demostrar más cosas. Pude hacer cosas que no me imaginaba y después uno se sorprende con las repercusiones. Los mismos pacientes me lo reconocieron y eso es algo muy lindo.

Cecilia: En estos tiempos tan duros donde el trabajo es muy intenso y a veces se duerme poco, el teatro me ayuda a poder desconectarme un poco y poder encontrarme con otro aspecto, como el disfrutar algo. A mi familia, mis dos hijos varones y mi marido les encanta que haga teatro y hasta mi nene más chico me toma la letra y me reta cuando me olvido los diálogos (ríe). Conectar el teatro con la familia fue algo muy lindo también.

- ¿Qué opinaron sus colegas?

Julio: Lo que vieron hasta ahora lo aceptaron re bien, más allá de lo mal, bien o regular que estuvo actuado les gustó mucho. En general no tuve ninguna mala respuesta o el que la tenía se la guardó (risas).

Cecilia: En mi caso, como trabajo mucho en las escuelas, estoy con muchos docentes más que colegas directos y la verdad que está bueno y hasta ahora las devoluciones fueron muy buenas. Y tuve el agrado de que mis pacientes mayores me fueran a ver al teatro y encontrarme con ellos que me venían a saludar, fue algo muy lindo. Tengo pacientes que hasta me buscan vestuario que tienen guardado para que utilice en las obras.