Durante el 2019, las visitas de cursos escolares se sucedían diariamente en el cuartel de Garibaldi. Por las instalaciones bomberiles pasaron un total de 692 alumnos de San Francisco, entre ellos de jardines de infantes, primarios y algunos cursos del nivel secundario. También se recibió a 164 estudiantes oriundos de la región y, además, los voluntarios se hicieron presentes con sus equipamientos, en siete establecimientos educativos locales.

En medio del contexto de cuarentena, los encuentros no pudieron iniciarse en este 2020. Sin embargo, algunas escuelas de la ciudad se comunicaron con la Sociedad de Bomberos Voluntarios requiriendo la existencia de algún material audiovisual para los alumnos. En este contexto, se adaptó el recorrido que se hacia de manera presencial a una instancia virtual para enviar a las instituciones que lo soliciten.

La organización estuvo a cargo del departamento de capacitación de la institución. Sobre la planificación de los materiales a tratar, se encargaron el Sargento Matías Brusa, y la bombera voluntaria Carolina Valdemarin.

“Los colegios nos contactaron a nosotros por mail y desde ahí estructurábamos el itinerario. La guía arrancaba desde el museo que tenemos, se pasaba por la sala de máquinas, de operaciones y se terminaba en el vestuario mostrando nuestra indumentaria. Esto se daba así, siempre y cuando, el colegio no exigía puntualidad en los contenidos a ver”, comentó Brusa.

Estructura pre pandemia

“Establecíamos en una planilla fecha, horarios y personal que los iba a recibir. En el mail que nos enviaban se debía explicar detalladamente cuántos alumnos eran, cuántos docentes acudirían, si asistían padres o no. También pedimos la aclaración de cuántos cursos se acercarían y si era turno mañana o turno tarde”, contó Valdemarin. Agregó que se debía presentar una autorización firmada por los padres y los chicos que avalara el traslado de los menores.

Una vez dentro del cuartel, se dividía a los estudiantes en dos grupos que comenzaban el recorrido en distintos lugares del establecimiento para no generar amontonamientos. En cuanto a la demostración que se les ofrecía, Valdemarin manifestó: “Explicábamos que nosotros somos bomberos voluntarios y como lo dice la palabra, somos voluntarios, no cobramos un sueldo, hacemos un trabajo, pero sin remuneración. Que además aparte de realizar esta actividad, muchos en su vida privada se dedicaban a su profesión, otros trabajos o estudiaban”.

Además, se hacía “mucho hincapié” en las bromas que se llegan a realizar en la línea de emergencias 100, para poder concientizar a los infantes sobre las “serias” consecuencias que generan los falsos avisos. “Remarcamos la importancia de no hacer chistes, porque no solo se pierde tiempo, sino también ocasionan gastos económicos. Para que ellos entiendan, damos ejemplos de cosas que dejamos de hacer para poder acudir al incidente”, señalaron los encargados.

El traslado hacia lo virtual

Ante el pedido de algunos establecimientos sobre materiales pedagógicos, se adaptó toda la visita a breve contenido audiovisual con los puntos más importantes de las tareas bomberiles. En el video, se muestran los lugares simbólicos de la institución y además se les da consejos a los alumnos para que “no jueguen con fuego” y en caso de presentarse un siniestro “buscar la ayuda de un adulto mayor” para que sepa cómo actuar ante la situación.