¿Cómo se cumplirá el protocolo sanitario en las escuelas cuando los alumnos vuelvan a las aulas, aparentemente en agosto? ¿El distanciamiento social será posible en los recreos? ¿De dónde saldrán los fondos para los elementos de higiene? ¿Habrá que modificar el espacio físico para recibir a los estudiantes? ¿Cómo funcionarán de los comedores en las escuelas con Paicor? Y, ¿cuál será ahora el nuevo rol del docente?

Varias son las inquietudes de la comunidad educativa local tras las declaraciones en la semana del ministro de Educación Walter Grahovac, quien adelantó que los estudiantes volverán a las aulas en nuestra provincia en agosto. El primer turno será para las zonas sin circulación viral, denominadas blancas, como San Francisco. Previo, en la segunda quincena de julio, en tanto, se reincorporarán los docentes para preparar el terreno: la nueva escuela.

“Recibiremos chicos y adolescentes que vienen de una situación emocional especial por el aislamiento y por lo complicado que están pasándola muchas familias. Tenemos que preparar a los docentes, que también están afectados”, remarcó el funcionario provincial.

Según se conoció esta semana, el protocolo de vuelta a clases que se viene trabajando desde hace un tiempo contempla entre sus principales medidas: pocos alumnos por aula, uso de tapabocas en el curso solo para los estudiantes secundarios y los de los demás niveles deberán llevarlo al entrar y salir del colegio, recreos escalonados con distanciamiento social y traslados seguros. Además, la limpieza permanente del establecimiento completo.

Respecto a la educación, durante un tiempo se mantendrán las modalidades presenciales y remotas que seguirán conviviendo con lo virtual. Y sobre la higiene incluye aspectos básicos como garantizar agua para el consumo y el lavado de manos; proveer jabón líquido, toallas descartables y alcohol en gel (o solución de alcohol al 70%) en espacios comunes.

El protocolo deberá ser aprobado -como los de todas las actividades- por el Centro de Operaciones de Emergencias (COE).

Lo que viene en la mirada de los docentes

Alicia Ferreyra, coordinadora de la Escuela Experimental ProA -Sede San Francisco- aseguró que espera una resolución final para saber cómo actuar en caso de que las clases vuelvan en agosto: “Tenemos intenciones de volver pero todavía no es un hecho. La escuela es la forma en que los adolescentes socializan, tienen vínculos con los pares y les suceden cosas, por eso esperamos la vuelta, pero para eso deben estar dadas las condiciones”, señaló ante la consulta de El Periódico.

La profesora de Lengua imagina una escuela que no muestre la masividad previa a la pandemia: “Si volvemos no me imagino la masividad, en los comedores los chicos comiendo ajustados, el distanciamiento social allí no se podrá cumplir y es una preocupación porque esta es una escuela donde los alumnos comen”, indicó y agregó: “Lo fundamental será cómo cambiar los tiempos y los espacios. Eso se tiene que reorganizar en las escuelas”.

Vuelta de clases presenciales en agosto: opinan desde las escuelas

Ferreyra marcó algunas inquietudes sobre el rol docente a corto plazo: “Si los alumnos no pueden ir todos a la vez van a tener que buscar estrategias. Un curso de 30 se deberá dividir de a diez. Debe haber un cambio fundamental y estratégico, sobre todo en la organización, respetando la salud y el cuidado de niños y adolescentes y respetando la situación laboral de los docentes. Todo esto requiere de una nueva estructuración”, insistió.

Respecto al protocolo para mantener la higiene en cada alumno, la coordinadora del ProA aclaró: “La sociedad ya lo tiene incorporado. Veremos si tendremos fondos para tener tanto jabón y alcohol en gel, por ejemplo, ya que somos una escuela pública”.

Regreso gradual

Para Silvana Romagnoli, directora del Colegio Superior San Martín, en los tiempos que vivimos “todo es apresurado”.

Ante la consulta de si las escuelas ya estaban listas para funcionar desde el próximo mes, dijo: “El regreso lo imagino gradual para continuar con los cuidados, bajo un sistema dual, con lo presencial y lo virtual a la vez, que no se va a suspender de un día para otro y deberá existir porque la dimensión pedagógica estará supeditada a la de bioseguridad”, sostuvo y aseguró que la prioridad es el distanciamiento social y que “habrá que readecuar los modos para lograrlo”.

También se refirió a la estructura edilicia: “Se habla de un regreso conforme a la estructura de cada espacio físico y habrá que tomar decisiones muy particulares. Si bien vamos a tener un protocolo general, cada institución educativa elaborará uno específico”.

Sobre el rol del docente de ahora en adelante, Romagnoli indicó: “Estamos preparados y si no lo estamos nos preparamos de la noche a la mañana. Como lo hicimos para adoptar la modalidad virtual, más allá de contar con dispositivos, conectividad o capacitaciones sobre determinadas herramientas. Nosotros siempre transitamos todo tipo de tormentas.

Muchos se suman a los desafíos, otros lo asumen de otra manera, pero lo que venga también lo vamos a transitar porque el objetivo es el bienestar de nuestros estudiantes”.

La directora del San Martín, dentro de tanta confusión y modalidades nuevas que trajo la pandemia del coronavirus, destacó un aspecto positivo: “Con la vuelta vamos a tener que trabajar la cuestión emocional. Pero una de las cosas que nos favoreció esta situación fue el acercamiento con las familias, algo positivo y creo que eso no se va a perder sino que se va a fortalecer”, pronosticó.

Las dudas en la primaria

María Eugenia Cortés, directora de la escuela de nivel primario Hipólito Yrigoyen, se mostró con cierta preocupación sobre cómo se aplicará el protocolo y también sobre de dónde van a salir los recursos económicos para el cuidado de los alumnos y docentes. “Queremos saber si el Ministerio (de Educación) afrontará tal cosa”.

También, la docente a cargo de la institución mostró inquietud sobre el funcionamiento del comedor, ya que ofrecen el Paicor: “Mi escuela tiene comedor y supongo que será por medio de viandas por el espacio físico, si no ¿cómo hacemos? Por más que vaya un grupo al lugar, comer tienen que comer todos”.

Cortés analizó cómo se aplicará el distanciamiento social, clave en esta nueva fase: “Si hay que modificar lo edilicio se nos va a complicar. Los bebederos, cómo se trabajará con los niños, que sepan que no deben prestarse los lápices, hay que trabajar muchas cosas. Todo lo que se trabajó en la vida sobre la solidaridad, el ser buen compañero… ahora cada cual deberá usar sus elementos”.

“Los chicos quieren volver a las aulas, a jugar y ¿cómo le vamos a hacer entender la distancia social? Como dicen los pedagogos, cuando volvamos van a necesitar un tiempo para encontrarse nuevamente, muchos estarán lastimados psicológicamente y habrá que sostener desde otros lugares también”, completó.

Sobre lo vivido desde el 20 de marzo, Cortés resaltó no solo el papel de las docentes sino también de los padres, debido a que en muchas familias el contexto para que los chicos trabajen en casa no era simple: “Por ahí hay familias con cuatro chicos pero hay un solo celular en la casa para recibir la tarea. Ni hablemos de cuando se agotan los datos y no se pueden bajar los archivos o no se puede ver un video para trabajar. Todo dependió de las ganas de contener y ayudar de las familias”, definió.


Vacaciones necesarias

Las vacaciones de invierno en Córdoba son del 13 al 24 de julio, aunque se evalúa hacer un adelanto del receso en el actual contexto.

“Las vacaciones son súper necesarias a esta altura. Adaptamos nuestras clases presenciales a lo virtual, se hizo un gran trabajo y hay que sacarse el sombrero”, resaltó Alicia Ferreyra.

Silvana Romagnoli y María Eugenia Cortés también se refirieron al receso invernal: “Estamos agobiados, es un trabajo sin horario, sin días, perdimos la noción del tiempo regulado. El receso nos permitirá descansar y a los estudiantes también porque el trabajo virtual exige más horas”, indicó la primera. “Las vacaciones son necesarias, hemos trabajado mucho tanto familias, alumnos y docentes. No ir a la escuela no significa no haber trabajado. Nuestro horario de trabajo se extendió al habitual, se resuelven problemas a cualquier horario”, destacó la segunda.

Lo que se sabe del protocolo

- El regreso será escalonado, progresivo y rotativo para no completar el espacio físico: habría entre 10 y 15 chicos en el aula con los bancos a 1,8 metros de distancia.

- Se debe garantizar agua para el consumo y el lavado de manos; proveer jabón líquido, toallas descartables y alcohol en gel (o solución de alcohol al 70%) en espacios comunes. Antes del regreso, se debe chequear la higiene de tanques de agua o cisternas.

- Cada dos horas se deben desinfectar baños, cocina, comedores y aulas, incluyendo picaportes, barandas y mesas de trabajo. En los recreos -a los que se saldrá por grupos-, el personal escolar deberá controlar que se mantenga el distanciamiento social (debe haber señalización) y, además, el lavado de manos antes de la vuelta al aula.