Van casi 80 días de cuarentena en todo el país, aunque en el medio pasaron tantas cosas y hubo tantas modificaciones que a veces pareciera que llevamos así desde el comienzo del año. Pasa el tiempo y, si bien los resultados de esta medida en lo estrictamente sanitario pueden considerarse buenos, al menos en Córdoba y la mayor parte del país, también la situación económica se agrava y crecen las dificultades para muchas familias ante la falta de ingresos.

Hay algo también que queda claro: no hay manuales para salir de una situación como esta y en Argentina se van definiendo estrategias locales, también teniendo en cuenta los resultados que se observan en otros países, algo que ya han manifestado desde el Presidente hasta autoridades provinciales o asesores en materia de salud.

En nuestro país, en las últimas semanas distintos sectores de la oposición se centraron en el cuestionamiento a la forma en que el Gobierno nacional administra este aislamiento. Como se acostumbra en política, parecen más preocupados en llevar agua para su molino y pescar en río revuelto que en aportar alguna propuesta. Lo principal parece ser erosionar al Gobierno y esgrimir una supuesta defensa de la economía o el trabajo, sin importar las consecuencias, sin mencionar cómo quedó la economía y el trabajo gracias a muchos de los que ahora pretenden dar lecciones.

Otros proponían alegremente copiar el modelo del Reino Unido, después el de Brasil, después el de Chile, después el de Suecia… O que directamente la población se tenía que inmunizar colectivamente. Basta ver las noticias para darse una idea de los resultados de esas propuestas y hacer comparaciones.

Es cierto que la cuarentena no es la misma hoy que hace 80 días. Y claro que el aislamiento no es lo mismo para aquellos que viven la economía del día a día o con menos ingresos, que para quienes tienen un buen sueldo asegurado a fin de mes. Es normal que haya cierto relajamiento y hasta cansancio por las medidas tomadas. Surgen más problemas y no es un tema menor la necesidad de muchísimas familias que necesitan trabajar y obtener ingresos. Pero lamentablemente un virus no sabe nada de eso y los ejemplos no están en películas sino en la realidad cercana: Estados Unidos y Brasil ya son los países que encabezan la lista de países con más contagios y muertes.

Y eso no es casualidad ni mala suerte, sino el resultado de acciones políticas, o más bien la falta de ellas. Con dos presidentes que por mucho que batallen con discursos delirantes al virus tampoco le interesan: ya se cobró casi 150 mil muertes entre las dos naciones. El caso de Brasil es dramático porque su cifra de fallecimientos diarios está en aumento, casi triplicando en un solo día la cantidad de víctimas en Argentina desde el comienzo de la pandemia.

Por supuesto que puede haber críticas a los gobiernos por las medidas, faltaría más. ¿Pero qué tan bueno puede ser para la economía de un país tener decenas de miles de contagios diarios y casi dos mil muertes por día? ¿en qué favorece eso a las industrias o a las pymes? No hay soluciones ideales para salir de la cuarentena y siempre se tendrá que elegir entre la menos mala.

Más allá de los discursos irresponsables de algunos políticos o de iluminados que de la noche a la mañana se las saben a todas después de ver dos videos en Youtube y buscar la definición de epidemiología en el diccionario, lo cierto es que la mayoría de la gente cumplió con el pedido de aislamiento y prevención, y que quiere cuidarse y cuidar a los demás. Y que ahora pretende, en la medida de que se pueda, ir retomando a su vida normal. No va a ser fácil ni muy rápido, pero cumpliendo nuestra parte como ciudadanos seguramente será menos difícil.