La vida te puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos. Y eso fue lo que le pasó a Viviana Vaca (30), quien fue atacada en la madrugada del jueves 14 de septiembre de 2017 por al menos tres perros doberman, cuando entró en una propiedad privada ubicada en barrio San Cayetano. Según contó en esa oportunidad, ingresó para esconderse y no para robar como en un principio se quiso instalar.

El feroz ataque de los canes le provocó graves heridas que terminaron con la amputación de sus dos piernas, lo que endureció mucho más su vida.

Poco más de dos años después del trágico episodio, a Viviana se la suele ver en la Plaza Cívica de nuestra ciudad, sobre una desgastada silla de ruedas y pidiendo ayuda para sobrevivir ella, sus padres y sus cuatro hijos.

En el medio, entre el ataque y su actualidad, Vaca reconoce que una de las mejores cosas que tuvo en la vida fue haber sido beneficiaria de una vivienda proveniente de un plan provincial (había cupo para personas invalidas) con la que pudo salir de uno de los barrios más duros de Frontera como lo es San Javier y así pasar a vivir en Santa Teresita, otro sector de la vecina ciudad. 

“Estoy pidiendo ayuda porque lo necesito para vivir. Si bien cobro una pensión por invalidez de cinco mil pesos, eso no nos alcanza”, sostiene ante la consulta de El Periódico.

Perdió las piernas tras ser atacada por perros en 2017: pide ayuda en la calle y una nueva silla de ruedas
Viviana Vaca, en un sector de la Plaza Cívica. 

La mujer contó que vive con sus padres y sus cuatro hijos de entre 10 y 15 años, y agregó que al cobrar la pensión no recibe la Asignación Universal por Hijo (AUH).

“Considero que no es justo lo que me pasó, haber perdido así mis piernas…después de eso perdí el juicio y todo fue más duro y no puedo salir”, remarca.

Viviana, quien reconoció haber tenido problemas con las drogas, aclara que debe salir a pedir para “poder comer” y cuenta que su padre ayuda gracias al “rebusque” en el basural, ya que se encuentra sin trabajo.

Según dijo, le urge tener una silla de ruedas nueva porque la que tiene se encuentra muy deteriorada. “Es la vida que me toca, es humillante esto que hago pero no me queda otra. No es justo que haya perdido mis piernas y esté hoy así”, subraya.

Su caso

En el momento donde sufrió el accidente, la joven, que ejercía la prostitución –según supo contar- había estado con una de sus hermanas previamente en un hotel alojamiento junto a un hombre. Tras una discusión con este y la amenaza de llamar a la Policía, Viviana optó por huir y resguardarse en ese inmueble privado, donde fue atacada por los perros.

Ya dentro del predio de calle Amadeo Belén Cabrera al 1500, Viviana comenzó a ser atacada por los perros del lugar. El sufrimiento duró más de una hora, hasta que una vecina del lugar alertó sobre lo que estaba pasando. Vaca peleó por su vida en el Hospital Iturraspe y pudo sobrevivir. Hoy intenta hacer lo mismo, pero ya sin sus dos piernas y una silla de ruedas que a duras penas la traslada.