NicoláAllocco (34) tiene numerosos recuerdos de su trayectoria dentro Bomberos Voluntarios. Hijo del ex jefe del Cuerpo Activo, Néstor Allocco, admite que su pasión “viene de la sangre” y que no existe un día en que no pase por el cuartel. 

Su hogar fue uno de los chalets ubicados sobre Tucumán, donde pasó gran parte de su infancia viviendo junto a sus padres. En aquel momento, la institución realizaba numerosas kermeses para juntar fondos, donde los bomberos y sus familias iban a colaborar para la cantina y demás actividades. Refiriéndose a su presencia en esos eventos, dijo: “Tenía días de nacido y ya estaba con el cochecito dentro del establecimiento”. 

“Cada vez que escuchaba la sirena, me escapaba para ir hasta la esquina de Garibaldi para ver marchar el camión. Veía a mi papá y a sus compañeros salir con la sirena. Y eso me ponía la piel de gallina. Siempre estaba ese deseo de saber cuándo me llegaría ese momento de salir, de ayudar a la gente que lo está necesitando”, recordó.  

Jugar a ser bombero  

Alloco cumplió 27 años de “estar dado de alta” en los registros del cuartel. Ingresó como cadete con apenas ocho años en 1993. Juró en 2003, luego de haber cumplimentado su primer nivel. Actualmente, tiene 1años de estar involucrado en lo operativo y tiene el cargo de Oficial Subinspector. Confiesa que sus recuerdos nítidos datan de cuando tenía alrededor de seis años. “Vivía jugando a ser bombero, armaba la bicicleta, simulaba que era el camión. Tenía un karting que, cuando tocaba la sirena, venía hacia la esquina y simulaba que salía al incendio”, expresó.  

“No existe un día en que no pase por el cuartel” 

En cuanto a su paso por la Escuela de Aspirantes, confesó que sus superiores les enseñaron desde muy pequeños a tener valores y los preparaban para ser los voluntarios del mañana. “Nos instruían en cuanto a los equipos de los camiones. Nos formaban en cómo apagar un incendio, realizar primeros auxilios y simulacros en general, entre otras actividades”, remarcó. Además, mencionó que la institución forma a los cadetes con valores como “la responsabilidad, la humildad y el amor hacia la profesión” así como también “el compañerismo, el desinterés, el trabajar sin recibir ningún tipo de retribución material y el respeto” hacia sus compañeros.  

Su vida fuera del establecimiento 

Alloco trabaja como vendedor viajante en su empresa familiar. Además, es papá de tres niños muy pequeñosa los cuales cuida en su tiempo libre.  Nicolás expresó que se ponen en juego muchas cosas a la hora de dedicarse a la profesión. “Hay varias cosas de la vida personal que uno deja de lado para pasar a estar dentro del cuartel y hacer lo que a uno le gusta hacer. No es fácil entendernos. La persona que te acompañe te tiene que apoyar, tiene que estar al lado dándote todo el sostén necesario”, afirmó. 

“No existe un día en que no pase por el cuartel” 

Por último, remarcó que en toda su trayectoria tuvo muchos referentes que lo aconsejaron. Uno de ellos fue, indiscutiblemente, su padre. “Las recomendaciones eran simples. Hay que estudiar para que cada día uno sea más profesional, no hay que perder la humildad, el respeto y la responsabilidad que uno toma para ser bombero”, finalizó.