Hace unos meses era algo impensado tomar clases a través de una videoconferencia. Pero con la pandemia, hoy los libros en la mesa del living, junto a la notebook, se convirtieron en un paisaje habitual.  

El Periódico te cuenta historias de estudiantes que comenzaron sus estudios superiores, que pese abandonaron las aulas por el coronavirus pero no el aprendizaje. Algunos, incluso, todavía no conocieron a sus compañeros y docentes. 

El desafío de las clases online 

ValentíLiendo (18) comenzó el cursillo de ingreso para estudiar Diseño Industrial en el Centro Regional de Educación Superior (CRES) pero, a poco de comenzar, su vida, como la de todos, cambió. 

Para el joven, que con el parate todavía no pudo rendir las materias pendientes del secundario, sostener la carrera virtualmente es complicado.

Empezar la facultad y no pisar el aula: cómo se las arreglan los ingresantes

“Es bastante difícil llevar las clases online. No es lo mismo estudiar algo que es totalmente teórico, que tenés que sentarte y leer, que estudiar algo que es más práctico necesitás que te estén ayudando”, reconoció. A pesar de ello, se mostró conforme con el desarrollo de las clases y destacó el trabajo de los docentes. 

Sobre su primer año, aseguró que no es el que esperaba. Mi primer año de facultad es medio tristeTerminás el secundario pensando que vas a empezar la facultad, te vas haciendo una idea, y cuando llegaste no podés vivir lo que estuviste esperando. Pero no queda otra. Cuando termine todo esto ahí encontraré lo que estaba esperando”, se esperanzó. 

La situación no es ajena a su grupo de amigos: “Tengo amigos que me han dicho que si siguen las clases virtuales hasta julio o agosto, iban a dejar y empezar el año que viene porque es verdad que no se aprende lo mismo en clases virtuales que presenciales, analizó. 

“Esperemos tener un año fructífero” 

Victoria Bassano (18) había empezado a cursar Ingeniería Química en UTN San Francisco cuando se decretó la suspensión de las clases presenciales. 

“Yo pensé que mi primer año en la facultad iba a ser muy diferente, con clases presenciales, que iba a poder formar un grupo de estudio con el que me iba a poder juntar a hacer las tareas y estudiar para parciales y que a su vez íbamos a compartir un momento lindo, ya que quizá íbamos a tomar mates, comer, charlar de otras cosas”, reveló. 

Empezar la facultad y no pisar el aula: cómo se las arreglan los ingresantes

“Pero cuando empezaron a suspenderse las clases presenciales –siguió- en verdad yo pensaba que no iban a ser sólo 15 días y tenía miedo de cómo se iba a llevar adelante todo esto de las clases virtuales. 

Sin embargo, para Victoria las decisiones que se tomaron fueron rápidas y acertadas: “Decidieron las cosas muy rápido y tomaron medidas muy eficientes para mí. La primera semana que ya no teníamos clases presenciales ellos (por la facultad) comenzaron a dictar clases virtualesenseñaban los temas de la manera en que podían, a lo mejor con un Power Point iban explicando, siempre nos preguntaban las dudas, nos dieron sus mails y tenemos un campus virtual de la facultad donde podemos hacer preguntas”, destacó. 

Según la estudiante, si bien prefiere “lo presencial” volver a ello tampoco será fácil. “Para mí va a ser un cambio de nuevo. Nosotros entramos a la facultad pensando que íbamos a tener clases presenciales, teníamos otra idea de lo que iba a ser nuestro primer año y todo cambió muy rápidamente. En una semana nos tuvimos que amoldar a tener clases virtuales. Pero después, cuando se termine todo esto, será otro cambio porque vamos a tener que acostumbrarnos a lo nuevo”, opinó. 

“Recién en ese momento vamos a conocer a nuestros compañeros personalmente. Ahora los conocemos virtualmentepero es algo muy distinto. Esperemos que nos podamos amoldar a las clases presenciales mucho más rápido que con la virtualidad. Esperemos que podamos tener un año frucfero, cerró. 

“Esperaba que mi año académico fuera presencial y con mates de por medio” 

Candela Ojeda (24) también tiene una experiencia similar a los demás. Ingresante de la Tecnicatura Superior en Programación en UTN San Franciscoindicó que esperaba que su año académico fuera presencial y con mates de por medio.  

Empezar la facultad y no pisar el aula: cómo se las arreglan los ingresantes

“Al comienzo de la suspensión creí que no iba a durar mucho esta modalidad de cursado virtual, con la cual no estoy disconforme, pero sostengo que hay un componente en la profesión de los docentes que es práctico y que solo se puede demostrar en las clases presenciales. Por eso siempre voy a preferir eso”, aclaró. 

A pesar de ello, supo adaptarse: “En lo particular no me está costando esta modalidad porque, por suerte, tengo todas las herramientas para ver y escuchar las clases virtuales. Tampoco tengo miedo de perder el año, es cuestión de ponerle voluntad y esperar en casa que todo mejore. Pero sobre todo, espero que al regresar a las aulas, la salud mental de toda la comunidad educativa sea prioridad. 

Según resume Ojeda, la cuarentena obligatoria “nos encontró con lo que teníamos, pero fue posible hacerlo más llevadero gracias al trabajo de todos los que forman parte de la universidad y sobretodo de la voluntad y predisposición de los docentes que aun así siguen brindando aprendizaje. También considero que este método online nos enseña a estudiar en forma consciente porque, si queremos aprender realmente, vamos más allá de los contenidos que se publican en la plataforma de estudio. 

“Quedé sorprendido con la mano gigante que te dan para seguir” 

Matías Manzur (22) ingresó a Ingeniería Industrial en el CRES. Llegó desde Chaco para trabajar y estudiar en San Francisco. 

“Cuando empecé los cursillos estaba entusiasmado, y con miedo a la vez, pensando con lo que me iba a encontrar, por suerte me fue muy bien. Empecé con muchas expectativas de conocer gente nueva, ya que vengo de lejos, y con todo un desafío, ya que me dedico a trabajar y a estudiar. Cuando se suspendieron las clases no me hice problema pensando que no iba a ser por mucho tiempo”, comenzó explicando. 

Empezar la facultad y no pisar el aula: cómo se las arreglan los ingresantes

Lo que siguió después roza la desilusión, aunque Manzur supo ponerle garra: Con las clases virtuales nos manejamos bastante bien ya que los profesores se esmeran mucho para sobrellevar esta modalidad y para que podamos entender la materia, pero no hay comparación con las clases presenciales ya que hay mejor relación del alumno hacia el profesor. Empezamos de a poco con trabajos y clases virtuales que son grabadas por si tenemos algún inconveniente de verlas. En lo particular se me complica, ya que todavía no cuento con internet en mi departamento como le está pasando a varios estudiantespero de una forma u otra siempre estamos cumpliendo con las clases y tareas. 

Matías contó sentirse “un poco desilusionado” por tener que hacer su primer año universitario de esta manera, aunque destacó la experiencia que le deja esta situación: “Si realmente querés algocon fe y muchas ganas se puede. Si pierdo este año me caeré y levantaré de vuelta haciendo doble esfuerzo, creo que de eso se trata”, afirmó. 

Por último, el joven chaqueño añadió: “Cuando conocí lo que es luniversidad pública quedé sorprendido con la mano gigante que te dan para seguir, con el sistema de tutorías dirigido por el centro de estudiantes, búsqueda de trabajo para el que lo necesite, becas, actividades deportivas. Particularmente no me considero uno de los mejores alumnos, pero tengo el mismo objetivo que todos mis compañeros. Ojalá el día de mañana lo alcancemos. Y en lo personal, ojalá algún día, de una forma u otra, pueda devolverle a la universidad pública todo lo que hace por los estudiantes, subrayó.