La chapa es un material noble, sin dudas. Sólo hay que saber trabajarla. Y es lo que supo aprovechar Luciana Poli en sus ratos libres dentro de la empresa Lumetal, que lleva adelante con su marido. Así, lo que empezó como un pasatiempo terminó convirtiéndose en un emprendimiento.

“Chapado a la antigua” nació con la intención de innovar en el mercado de la decoración de interiores, no solo de San Francisco sino además de varios rincones del país.

“Hacer deco en chapa surgió en mis ratos libres. Yo estoy en la administración de Lumetal y acá son todos varones y por ahí los temas de conversación pasan por el fútbol u otras cosas. A raíz del ir y venir por la fábrica empecé a ver el sobrante de materia prima que usamos y charlando con mi marido le pregunto ‘¿qué pasa si se usa?’. Así surgió este emprendimiento porque me gustaba mucho la decoración”, destacó Poli.

En la empresa que lleva unos diez años funcionando en el Parque Industrial utilizan el metal, la chapa y otros materiales como insumos ofreciendo una amplia gama de productos sustentables: eólicos, campanas y persianas de ventilación, conductos de aire y más. Y los sobrantes de la materia prima fueron los que incentivaron a Luciana a lanzar su proyecto propio.

La chapa en desuso que adorna los ambientes

“Lo que empecé a hacer fue una reutilización de la chapa que a través del diseño uno puede emplear y también de las maquinas con las que puedo contar en la empresa, que me permiten tener un buen producto. Siempre digo que el secreto está en comercializar algo que me gustaría comprar para mí, cuando yo hago un tutor o el elemento de deco que fuera, hago énfasis en que ese producto yo lo tengo que tener en mi casa”, contó Poli a El Periódico.

Esos restos de chapa que la diseñadora reutiliza, antes iban a parar a las chatarrerías.

Creaciones

Poli crea tutores, mesas, macetas, estanterías. Tiene una línea fija, como un catálogo de venta para poder comercializar a distintos locales de decoración, ya sean viveros, casas de ventas de vajilla, rubros donde el producto pueda insertarse.

“Hoy la mayoría de las deco te venden desde una lámpara hasta un servilletero, entonces es encontrar un hueco en donde poder meter estos productos. Tengo revendedores en varias partes del país, incluso esto se acentúa en la época de primavera-verano que es cuando los viveros más te llaman. El mercado es amplio porque se vende a Buenos Aires, Córdoba, las Sierras, pueblos aledaños, Rosario, Santa Fe y otros más”, destacó Poli.

La chapa en desuso que adorna los ambientes

La mujer afirma con orgullo que, si bien empezó a trabajar con el remanente de chapas de la fábrica, hoy se convirtió en un cliente más porque compra su propia materia prima. A su vez destaca que genera además mano de obra: “Para realizar el diseño, hacer un corte, necesito un soldador, alguien que pliegue. Hoy te llega un proyecto de un arquitecto y te dice ‘quiero cortar esta chapa con este dibujo’, entonces de acá (Lumetal) se lo cortamos y lo diseñamos en escala. Este emprendimiento genera trabajo, yo tengo el herrero, el pintor y así vas abriendo el camino a otros”.

Poli pretende que su experiencia sea conocida por aquellas mujeres que están buscando emprender y no saben hacia dónde caminar: “A veces digo ‘qué bueno poder estar atentas a las posibilidades que aparecen’ y en base a eso ver qué hacer porque muchas veces tenemos las cosas adelante nuestro y no las vemos. Hoy estamos incursionando con los arquitectos en paneles calados, el desafío es ir creciendo y la motivación es constante”, cerró.