En Quebracho Herrado enseñan a construir con adobe

Este fin de semana, en Quebracho Herrado, se llevó a cabo un taller sobre bioconstrucción, una capacitación de la que participaron cerca de 30 personas de la región, principalmente de San Francisco, que aprendieron a construir con adobe.

Se trata del segundo taller que organiza la Fundación Valentín, que preside el ingeniero agrónomo Gustavo Morero y que ya lleva más de tres años de actividad.

Morero contó a El Periódico que participaron personas nuevas y algunas con experiencia. “Hubo chicos que vinieron el viernes, armaron las carpas y se quedaron hasta el domingo a la noche, entonces a los que iban llegando les iban explicando. Eso es lo bueno, que se transmite muy fácil, es algo que es muy manual, muy práctico”.

“Nosotros estamos haciendo una casa. En la parte que está terminada cocinamos. Entonces nosotros le podemos dar información y ellos nos brindan una mano enorme, porque trabajando de a dos se hace más lento que con veinte personas trabajando”, agregó.

El taller

Sobre el taller, detalló que constó de dos etapas, una teórica y una práctica.

Durante la primera parte, más breve que la segunda, se habla de las propiedades del adobe y, como la casa sobre la que se trabaja no está terminada, se aprenden las distintas etapas de la que consta la construcción, las estructuras, los tipos de revoque y la preparación del adobe, que se compone de tierra, arena, paja y agua.

Sobre la segunda parte, Morero explicó que “se aprende haciendo, a medida que van llegando los que no lo han hecho nunca van preguntando, se sacan todas las dudas y enseguida empezamos. Ya tenemos todo listo, la batea armada, los materiales a mano. Así que ahí nomás se ponen a pisar. Como somos muchos lo pisamos, se arma como un piletón con nylon y ahí empezamos a tirar las proporciones de arena, tierra y agua”.

Beneficios del adobe

El profesional resaltó que el adobe es un material que cuenta con numerosos beneficios.

Entre ellos, que el adobe ayuda a la casa a mantener su temperatura, tanto si hace mucho frío como mucho, lo que hace que sea más fácil de acondicionar y de refrigerar.

Además, que las viviendas son perdurables: “Hay construcciones de adobe que tienen más de 500 años en distintos lugares del mundo”.

Por otra parte, el ingeniero destacó que el material que se utiliza es mucho más económico que otros.

Y por último, que “hay algo intangible, como que venga gente a ayudarte. Se genera un ambiente muy lindo durante ese trabajo”.

Morero manifestó que aún existen ciertos mitos sobre el material, al que se asocia con los ranchos y con el mal de chagas, pero que con la realización de los cursos esos conceptos se van rompiendo y las personas empiezan a evaluar el material de manera más seria como alternativa a la construcción.

“Acá en la zona aún no se ve mucho. Si hay algo de barro, son cosas hechas desde hace mucho tiempo. En Josefina, por ejemplo, hay una chica que está haciendo una casa de este tipo. Es algo nuevo, se está empezando a perder el miedo. Lo que pasa es que tradicionalmente las casas se hacen de cemento entonces si vas a hacer una casa lo primero en lo que vas a pensar va en hacerla de esa manera. Y cambiar ese paradigma lleva tiempo”, subrayó.

Sobre la fundación

El profesional contó que la fundación está abocada, además, a la realización de otros proyectos.

Entre ellos, a una granja de producción de alimentos sanos y seguros, libres de agroquímicos, y al uso de energía alternativa, así como a la construcción sustentable, amigable para el medioambiente.

“De ahí surge lo de usar bioconstrucción, usar materiales naturales y hacer casas de adobe”, explicó Morero.