El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), dependiente del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la República Argentina, informó días atrás el lanzamiento de una nueva temporada de entrega de semillas otoño - invierno 2022 pertenecientes al programa ProHuerta.

En todo el país, son las agencias de extensión del INTA las que participan en los circuitos de distribución de las semillas. En San Francisco, si bien se confirmó que se entregarán la próxima semana, aún no se informó la modalidad de distribución, aunque las semillas suelen otorgarse de manera gratuita en las instalaciones de la entidad, ubicadas en el predio de la Sociedad Rural de San Francisco.

Los kits cuentan con distintas especies de semillas como acelga, achicoria, arveja, cebolla, caléndula, lechuga, perejil, rabanito, remolacha y repollo.

El objetivo es que las personas puedan construir sus propias huertas en sus domicilios u otros espacios, para así cosechar sus alimentos. Desde el INTA ofrecen asistencia y capacitación, y aclaran que no se necesitan grandes espacios para hacerlas.

Consejos para sembrar en otoño-invierno

Cada vez más ciudadanos se animan a producir sus propios alimentos en una huerta. A fin de acompañar esta tendencia en crecimiento, desde el INTA brindan una serie de pautas para el inicio y el manejo de la huerta agroecológica de la temporada otoño-invierno. 

Fechas de siembra. Cada especie tiene su calendario de siembra y la misma también depende de la zona. Retrasarse en la fecha de siembra genera el riesgo de que se presenten adversidades climáticas para el normal crecimiento y desarrollo de las plantas, lo que puede repercutir negativamente en el tamaño final del producto a cosechar.

Hortalizas más apropiadas. Se destacan la acelga, achicoria, ajo, alcaucil, apio, arveja, cebolla y cebolla de verdeo. Así como el cilantro, espinaca, habas, hinojo, lechuga, perejil, puerro, rabanito, remolacha, rúcula y zanahoria.

Almácigos. La mayoría de las especies pueden iniciarse en almácigo. Pero no recomienda en aquellas con semillas grandes y fáciles de manipular, como las habas y arvejas, o las que presentan dificultades en el trasplante, como el perejil, el rabanito, la zanahoria, la espinaca y la rúcula.

Profundidad y cantidad de semillas. Depende del tamaño de las semillas. Las más pequeñas se siembran “al voleo” por toda la superficie, mientras que las más grandes se siembran “a golpe” colocando dos semillas por orificio. Es recomendable que la profundidad de siembra sea de 2 a 3 veces el tamaño de la semilla. Luego de la siembra, es necesario un riego generoso.

Ubicación y protección de las plantas. Es importante tener en cuenta varios factores. A mayor cantidad de horas de luz solar directa, mejor será el crecimiento y desarrollo de la planta. Un buen drenaje y contenido de materia orgánica, mediante abonado, favorecerá el adecuado crecimiento y desarrollo del cultivo. Es recomendable cercar la huerta con algún material, como cañas, alambrado o maderas para evitar el acceso de los animales en la huerta.

Distribución de los cultivos. Es aconsejable tener en cuenta dos prácticas agroecológicas al momento de distribuir las especies en la huerta: la asociación y la rotación de cultivos. La práctica de asociación consiste en combinar, de manera simultánea, cultivos de distintos requerimientos de nutrientes según el órgano de cosecha (raíz, hoja o fruto); el tamaño final de cada planta (para evitar el sombreado de unas con otras) y la familia botánica a la que pertenecen (evitar combinar especies de la misma familia). 

La práctica de rotación, en tanto, se basa en alternar plantas de diversas familias botánicas y con distintas necesidades nutritivas, en un mismo lugar durante distintos ciclos, evitando que el suelo se agote y que se perpetúen las enfermedades que afectan a un tipo de planta. Es importante incorporar alguna leguminosa como puede ser habas, porotos, arvejas o vicia, para mejorar la fertilidad del suelo.

Suelo. Resulta indispensable mantener la fertilidad del suelo para un buen crecimiento de las plantas y para un manejo sustentable de los recursos. Es importante incorporar abonos orgánicos. Se puede cubrir el suelo desnudo con algún material orgánico, como pasto seco, para conservar la humedad y proteger al suelo de la desecación y de la erosión causada por las lluvias y el viento, y para favorecer el control de malezas al no dejarlas crecer por falta de luz solar.

Sobre el programa ProHuerta

El Programa ProHuerta es una política pública gestionada en conjunto con el INTA, que promueve la Seguridad y Soberanía Alimentaria, a través del apoyo a la producción agroecológica y el acceso a productos saludables para una alimentación adecuada.

Está dirigido a familias y organizaciones de productores y productoras en situación de vulnerabilidad social.

Durante el 2020, ProHuerta cumplió 30 años de historia, transformándose en una de las políticas públicas alimentarias más importantes de Argentina y Latinoamérica.